Trump juega con fuego

Y utilizar información privilegiada es muy peligroso, es jugar con fuego. Sobre todo, cuando alguien se siente absolutamente investido por la gracia de Dios y de la mayoría del pueblo y se siente todopoderoso para hacer y decir lo que le viene en gana y, sobre todo, lo que más le interesa y lo que más beneficio de todo tipo le reporta.
Es el caso de Donald Trump. Cuesta creer que en una Administración como la de Estados Unidos no se planifiquen y se estudien y se prevean al más mínimo detalle las posibles consecuencias de las decisiones, pero por lo vivido en los últimos días las apariencias indican que Trump hace y deshace sobre la marcha. Pero, no hay que descartar que pueda tener un grave problema porque no solo hace lo que quiere, sino que se jacta, se regodea de lo que hace, pero la soberbia le pasa factura porque no puede reprimir contarlo todo a los cuatro vientos y siempre con actitud desafiante y grosera.
No estaba pensando en la famosa anécdota del torero Luis Miguel Dominguín con la diva Ava Gardner: lo más importante es contarlo. En este caso el mayor placer de Trump radica en machacar a sus oponentes y aparecer como el más listo y el más poderoso. Y no se trata de la reflexión tan intelectual que hizo: “Ahora todos me besan el culo”. Es conocido su gusto excéntrico. Se trata de dinero, de mucho dinero que unos pierden y otros ganan. Y ahí puede tener Trump una espada de Damocles muy peligrosa porque ha jugado con fuego y los contrapoderes en Estados Unidos, afortunadamente funcionan.
Cuando Trump afirma que hemos ganado mucho dinero con la gestión política y comercial del anuncio de la aplicación de aranceles, no se limita a las arcas del Estado norteamericano, se refiere en una escena grabada en video y difundida por las televisiones, muy obscena, por cierto, donde se ve a varios supuestos amigos reunidos en el despacho oval de la Casa Blanca.
Y tú, ¿cuánto has ganado? ¿Y tú y tú? Millones de dólares. El problema para Trump puede ser el mensaje que envió por redes sociales recomendando comprar acciones pocas horas antes de anunciar la decisión del aplazamiento de 90 días de la aplicación de las sanciones. La reacción de las bolsas después de pérdidas multimillonarias fue una fuerte subida por lo que quienes habían comprado, no solo compensaban lo perdido, sino que ganaban mucho dinero. Información privilegiada porque él tomaba después las decisiones.
La pregunta inmediata es ¿y el propio Trump y sus empresas también lo han hecho, también han ganado millones de dólares? Se supone que todos le presionaron, sobre todo los magnates de las tecnológicas para que terminara con el numerito de los aranceles que les había hecho perder miles de millones de dólares
En fin, cuidado porque en estos asuntos, la justicia y el fisco norteamericanos suele ser muy exigentes, y, sobre todo, quienes han perdido un montón de dinero y no solo magnates también ciudadanos de a pie con sus ahorros en bolsa, en fondos de inversión, algo habitual en Estados Unidos, porque las demandas pueden empezar a caer.
Mientras tanto, tenemos a Pedro Sánchez con el presidente chino Xi Jinping en Pekín, una visita bastante inoportuna y que tendrá sus consecuencias. En estos momentos pensar en China como alternativa a Estados Unidos es un error muy grave. Es como cortarse el cuello advierte el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent. China puede ser un socio comercial pero no un socio estratégico, por muchas razones muy evidentes.