Opinión

Un viaje de regreso con miles de millones… de granitos de arena

photo_camera Pedro Sánchez, Prime Minister of Spain, in the UAE

La humildad que es seña de identidad del presidente Pedro Sánchez y los ecos de la reciente aprobación de la importante Ley de Reforma Laboral ‒que ya es la envidia de la Unión Europea y del resto del mundo‒ han impedido que el viaje triunfal del jefe del Gobierno de la coalición PSOE-Unidas Podemos a la Unión de Emiratos Árabes haya tenido la transcendencia nacional que se merece.

Por fortuna, la repercusión internacional de la visita del presidente español a la Expo Dubái y de su encuentro con el primer ministro y emir de Dubái, Mohamed bin Rashid al-Maktoum, y con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed bin Sultán al-Nahyan, han tenido gran relevancia. Hasta el punto de que ha obligado a Joe Biden y a Vladimir Putin a hacer un paréntesis en sus tenues discrepancias respecto a Ucrania y dedicar toda su atención a los importantes logros obtenidos por el español.

El avión de la Fuerza Aérea española partió de Emiratos con destino Madrid con un Pedro Sánchez cargado de miles de millones de… granitos de arena

Los compromisos adquiridos por el jefe del Ejecutivo en su visita relámpago al joven país del Golfo en su 50 aniversario han buscado “relanzar” la relación entre los dos países y “ampliar” las áreas de cooperación, objetivos que, según el propio presidente, “hemos cumplido”. 

Lo conseguido por Pedro Sánchez viene a eclipsar la gloria alcanzada a finales de 2021 por el presidente de la República francesa durante su también rápida estancia en Emiratos. Emmanuel Macron efectuó el 2 de diciembre un fugaz viaje a Emiratos para presidir el Día Nacional de Francia en la Expo de Dubái, en la que estuvo acompañado por sus ministros de Exteriores y Defensa, Jean-Yves Le Drian y Florence Parly, respectivamente, y un largo rosario de líderes de la industria de defensa y aeroespacial gala.

El presidente español mantuvo encuentros con el primer ministro y emir de Dubái, Mohamed bin Rashid al-Maktoum, (en imagen) y con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed bin Sultán al-Nahyan
Dos ministros y un séquito empresarial 

La diplomacia de París había organizado el viaje para refrendar la venta de 80 aviones de combate, 38 helicópteros y centenares de misiles de todo tipo y condición. Conseguidos sus objetivos, Macron partió de Emiratos con una cartera de pedidos en firme para la industria francesa por valor de más de 16.000 millones de euros.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, no ha querido ser menos que su vecino del norte. Llegó a Emiratos el 2 de febrero ‒exactamente dos meses después que Macron‒ para estar presente en el Día Nacional de España en Expo Dubái. Y si Macron fue con dos ministros y una amplia delegación de su mundo empresarial, pues el inquilino de la Moncloa lo mismo y un poquito más.

En el séquito presidencial estaban el ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, la titular de la cartera de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. Junto a ellos, los presidentes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, y de la Cámara de España, José Luis Bonet.

Les secundaba un nutrido grupo de altos directivos de variopintas empresas españolas de la construcción, ingeniería, transporte, sanidad, hoteleras, aeroespaciales y de defensa, como Acciona, Airbus España, Alsa, Asisa, Barceló, Constructora San José, Escribano Mechanical & Engineering, Duro Felguera, Grupo Oesia/Tecnobit, Indra, Isdefe, Técnicas Reunidas y TSK. Todos ellos han tenido la oportunidad de mantener conversaciones con empresas emiratíes.

En su viaje a Emiratos a principios de diciembre, Emmanuel Macron refrendó la venta de 80 aviones de combate, 38 helicópteros y centenares de misiles y regresó a París con más de 16.000 millones de euros en los bolsillos
La arena, una bendición para Emiratos

Para una siguiente ocasión han quedado acuerdos gobierno-gobierno de gran calado, lo que no lograron acordar en sus viajes previos la anterior ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ni tampoco la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez. Así es que el avión de la Fuerza Aérea española partió de Emiratos con destino Madrid con un Pedro Sánchez con las manos y los bolsillos cargados de miles de millones de… granitos de arena.

Como premio de consolación, la breve estancia del presidente español en el país del Golfo ha servido para que los ministros de Exteriores e Industria firmaran un importante número de acuerdos con sus homólogos emiratíes. Y, sobre todo, para que Pedro Sánchez y el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed, hayan suscrito una declaración conjunta.

Con el comisario general de la Expo de Dubái, Sheikh Nahyan bin Mubarak al-Nahyan, tras quedarse impresionado por las arenas del desierto

Un comunicado del Palacio de la Moncloa califica el acuerdo como “de amplio calado político y económico”, puesto que establece que entre España y Emiratos se crea “una asociación estratégica”. Su objeto es alentar y expandir la cooperación aeroespacial, de defensa y de seguridad, las tecnologías de la información y la comunicación, el turismo, la agrotecnología, el tratamiento de residuos y el desarrollo del hidrógeno verde como fuente de energía, sectores “prioritarios” en los que la cooperación se puede concretar “de manera inmediata”, asegura Sánchez. Veremos.

En el Foro Empresarial también estuvieron presentes el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez

Una curiosidad. La visita del presidente del Gobierno a Emiratos ha servido para sacar a flote su oculta devoción por los desiertos. En unas palabras que concedió a la televisión de Expo Dubái, Pedro Sánchez declaró que en su recorrido por el pabellón de Emiratos se había quedado “impresionado por la arena del desierto (…) una bendición que el país tiene”. No plenamente satisfecho, ampliaba su afirmación asegurando que “me encantaría visitar el desierto con mi familia”. Omito cualquier comentario por mi parte.