La Friedrich Naumann Foundation y la Fundación para el Avance de la Libertad invitan a la reflexión sobre la relación entre los países europeos y sus vecinos del Sur

Migraciones y energía, claves en las relaciones entre la UE y los países del Sur

PHOTO/NIEVES DÍAZ - David Henneberger, director de la Oficina de Madrid (3º por la izqda.) posa con parte del equipo de la Fundación Naumann y de la Fundación para el Avance de la Libertad
photo_camera PHOTO/NIEVES DÍAZ - David Henneberger, director de la Oficina de Madrid (3º por la izqda.) posa con parte del equipo de la Fundación Naumann y de la Fundación para el Avance de la Libertad

El Palacio de Linares fue el escenario de la conferencia “Europa y sus vecinos del Sur: fortaleciendo los lazos y las inversiones en una nueva era”, organizada por la Friedrich Naumann Foundation y la Fundación para el Avance de la Libertad, que se desarrolló durante la tarde del pasado 17 de mayo.

Roxana Nicula, presidenta de esta última fundación, fue la encargada de dar la bienvenida a los asistentes, con un mensaje de alerta: “Europa y el mundo se encuentran actualmente en una encrucijada; tenemos que defender nuestra libertad económica y civil para que nuestro progreso y modo de vida pacífico no desaparezcan ante la amenaza del autoritarismo, la sobrerregulación y la carga impositiva”.

PHOTO/ NIEVES DÍAZ -  Izqda. a dcha.: Roxana Nicula, presidenta de Fundalib; Lior Schillat, exdirector general de Energía de Israel; y Ricardo Silvestre, del Movimiento Liberal Social de Portugal
PHOTO/ NIEVES DÍAZ - Izqda. a dcha.: Roxana Nicula, presidenta de Fundalib; Lior Schillat, exdirector general de Energía de Israel; y Ricardo Silvestre, del Movimiento Liberal Social de Portugal

Karl-Heinz Paqué, presidente de la Fundación Naumann 

El primer acto del evento fue una videoconferencia desde Alemania, pronunciada por el presidente del Consejo de la Friedrich Naumann Foundation. Karl-Heinz Paqué puso de relieve que el fenómeno de la globalización se ha ralentizado durante los últimos años. 

Entre los factores que han propiciado este fenómeno, el presidente de la fundación citó el aumento del proteccionismo frente a Europa y China por parte del Gobierno estadounidense, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca; la concienciación de que China estaba emprendiendo una política imperialista respecto a África y Latinoamérica para asegurarse materias primas y la dependencia de esos países; la pandemia, que puso de relieve la dependencia europea de productos procedentes de China; y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que ha provocado una subida de los precios de la energía y los alimentos en todo el mundo. 

Respecto a las relaciones económicas de Europa con sus vecinos del Sur, Paqué señaló que los países africanos se han beneficiado de la globalización menos que otras regiones: “esto debe cambiar en el futuro, África debe tener tanto éxito en su integración en la economía mundial como los países del Este de Asia durante las últimas décadas, porque ello sería bueno también para Europa”.

PHOTO/ NIEVES DÍAZ - Rahel Zibner, de la Fundación Friedrich Naumann, da la bienvenida a los asistentes
PHOTO/ NIEVES DÍAZ - Rahel Zibner, de la Fundación Friedrich Naumann, da la bienvenida a los asistentes

Una de las claves de ello sería la inmigración, que debe compensar los cambios demográficos en una Europa envejecida, que va a perder en los próximos años por jubilación a millones de trabajadores que representan el cerebro y la espina dorsal de la ingeniería industrial europea. “Sin embargo, esas migraciones pueden representar una fuga de cerebros que comprometa el futuro de los países del Este de Europa y de África. Por ello, mi propuesta es fomentar la integración desde la perspectiva digital, aprovechando las habilidades digitales y el talento de los jóvenes de esos países e integrándolos en la cadena global”, propuso Paqué, quien señaló que el establecimiento de la sede española de la Fundación Naumann en Madrid tiene el objetivo de constituirse en un puente entre Europa y África para facilitar esta migración organizada”. 

Comercio, inversión e innovación 

La primera de las dos mesas de debate que se celebraron durante el evento abordó las estrategias para fortalecer los lazos entre Europa y sus vecinos del Sur, especialmente en las materias de comercio, inversión e innovación. Moderada por Jorge Galindo, director adjunto de Política Económica de ESADE, contó con la participación de Konstantin Kuhle, parlamentario alemán del FDP (Partido Libre Democrático); Inbal Orpaz, consultora en innovación estratégica de Israel; y María Parga, presidenta de honor de Alastria. 

Kuhle señaló que la migración es crucial: “aunque ha sido instrumentalizada por los regímenes autoritarios, también es la solución para una Europa envejecida. Es el motor de la creación de empleo e innovación en todo el mundo”.

PHOTO/ NIEVES DÍAZ - El presidente del Consejo de la Fundación Naumann, Karl-Heinz Paqué, se dirige a los asistentes por videoconferencia
PHOTO/ NIEVES DÍAZ - El presidente del Consejo de la Fundación Naumann, Karl-Heinz Paqué, se dirige a los asistentes por videoconferencia

Por su parte, Inbal Orpaz compartió algunos datos sobre la importancia del sector tecnológico en Israel, que pueden servir de ejemplo para otros países: “el sector tecnológico acapara la mitad de las exportaciones de Israel, representa casi el 20% del PIB, cuenta con el 10% de la mano de obra, más de 400.000 personas y aporta más del 25% del IVA. Su problema es la necesidad de recursos humanos, ya que en Israel solo se utiliza el capital humano local por cuestiones políticas. En cambio, la mayor parte de la financiación procede de inversores extranjeros”. 

María Parga puso en valor el papel de la tecnología blockchain en la transición tecnológica: “Internet ha sido un factor disruptivo para muchos sectores y ahora el blockchain lo es para la economía en general. La inteligencia artificial tiene el potencial de quitarnos nuestra identidad y valor como seres humanos. Sin embargo, el blockchain tiene la posibilidad de ser un enlace, nos permite controlar nuestra identidad, que ahora está en manos de las empresas”. 

PHOTO/ NIEVES DÍAZ - Izqda. a dcha.: Inbal Orpaz, consultora de nuevas empresas de Israel; María Parga, presidenta de honor de Alastria; y Konstantin Kuhle, parlamentario alemán del FDP
PHOTO/ NIEVES DÍAZ - Izqda. a dcha.: Inbal Orpaz, consultora de nuevas empresas de Israel; María Parga, presidenta de honor de Alastria; y Konstantin Kuhle, parlamentario alemán del FDP

Energía 

La segunda y última mesa de debate tuvo como protagonista a la energía. Moderada por Roxana Nicula, los ponentes fueron Gianbattista Rosa, vicepresidente de la Adam Smith Society; Lior Schillat, ex director general del Ministerio de Energía de Israel; y Ricardo Silvestre, responsable internacional del Movimiento Liberal Social de Portugal. 

El cambio climático y los planes de la Unión Europea al respecto centraron la mayor parte del debate. Gianbattista Rosa señaló que “el cambio climático es una cuestión bien visible y no debemos infravalorarlo. Pero me inquieta el enfoque de la Unión Europea, que triunfó con la liberalización de los mercados de energía, pero ahora ha emprendido un camino peligroso por su intervencionismo. El Pacto Verde europeo es una gran iniciativa política e industrial que puede resultar muy peligrosa”. 

En el caso de Italia, las medidas de financiación del aislamiento de los hogares han provocado que el gasto público se dispare, “y si éste es el modelo que quiere implantar la Unión Europea para 2050, debemos tener cuidado”, concluyó. 

Lior Schillat subrayó el componente estratégico de la lucha contra el cambio climático: “tenemos un objetivo a 30 años vista, y se trata de una revolución ingente, tan grande como la Revolución Industrial, que no se hizo precisamente en cuatro años. Tenemos que ser conscientes de que va a haber varias crisis energéticas, en plural. Y no todo lo que ha sucedido en Europa es culpa de Rusia: la crisis energética ya había comenzado antes”. 

Ricardo Silvestre puso el acento en la solidaridad energética: “tenemos que ser activos al respecto en la Unión Europea y con nuestros socios de África y Oriente Medio. La energía puede ser un nuevo elemento de unión entre los países, como ya fue el Covid-19 en 2020. Y el objetivo es garantizar nuestra independencia energética”. 

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