Italia asalta Wembley con un brexit duro a Inglaterra
El 11 de julio de 1982 Paolo Rossi, Marco Tardelli y Alessandro Altobelli le daban a Italia su tercer Mundial después de imponerse 3-1 a Alemania Federal en el Santiago Bernabéu. Después llegó el Mundial de 2006 con Fabio Cannavaro como capitán.
15 años después de la última gesta, Italia volvió a liderar el fútbol, esta vez el europeo. Lo hizo en Wembley, ante Inglaterra y en una extraña Eurocopa que mantuvo como rey del viejo continente a Portugal durante cinco años por culpa de la pandemia.
La Eurocopa de las 11 sedes, de la vuelta del público a los estadios, de la todopoderosa Francia y de la España que tenía más dividido, si se puede, al país. La Euro que empezó con Eriksen resucitado gracias a los médicos y con el Puskas Arena de Budapest de bote en bote hasta los 70.000 espectadores en una imagen para la historia en aquel 0-3 en el Hungría-Portugal.
La UEFA fue agradecida con Inglaterra. El país de los equipos que rechazaron la Superliga. Su selección estaba invitada a ganar el torneo. Disputó todos los partidos en Wembley a excepción de la goleada a Ucrania en octavos que certificó en Roma. Su juego invitaba a pensar que era su Eurocopa. Acabó con 11 goles a favor y cuatro en contra. Cuando las cosas se complicaron en semifinales ante Dinamarca, allí estaba el colegiado holandés Danny Makkelie para darle el empujoncito necesario a Sterling. Un penalti en la prórroga para “zambullir” a los ingleses en la final como se jactaría la prensa local utilizando el verbo en toda su maldad.
Los de Southgate tenían todo a favor contra Italia. Wembley con 67.173 espectadores, apenas 8.000 italianos, la carta de Isabel II arengando al equipo a repetir lo que ella vivió en 1966 con aquel Mundial que su país ganó a Alemania Federal en el mismo escenario. También apareció la típica lluvia british y, sobre todo, un gol de Shaw en el minuto dos que ponía el partido de cara.
Enfrente estaba Italia, una obrera del fútbol que ha forjado su leyenda a base de bregar en los campos de todo el mundo. Sin un juego excesivamente bonito que fue de más a menos en la Eurocopa. Su peor partido lo hizo ante España, pero la suerte de los penaltis les regaló una final. Bonucci y Chiellini suman años y experiencia, pero nadie podrá negar su entrega y su pasión por su país desde que suena el himno hasta que acaba el partido. No necesitan sumar minutos en partidos intrascendentes, ni imponer su voluntad a Mancini, ni utilizan a la Azurra en su beneficio. Son soldados romanos agrandando la leyenda italiana.
Chiesa es el jugador de la Eurocopa. Federico es hijo de Enrico, compañero de Mancini en la delantera de la Sampdoria de los años 90. Su padre no pudo ganar la Eurocopa de 1996 aunque marcó un gol en la derrota de Italia ante la República Checa del segundo partido de la fase de grupos. Su hijo es el diamante que puede subir el nivel a cualquier plantilla de Europa. Acaba contrato en 2022 y, si la Juventus y la Sampdoria no se ponen de acuerdo, el centrocampista es carne de la Premier o LaLiga.
Bonucci puso orden en el marcador en el minuto 66. Batió a Pickford después de varios rechaces que elevaron, por fin, el nivel de los porteros ingleses. Desde Seaman a “Calamity” James nunca han tenido la meta mejor cubierta. Y apareció Southgate con su ataque de entrenador para poner en práctica situaciones que no había preparado. Era evidente que dejar a Rashford o a Sancho en el banquillo no era buen plan de inicio. Tampoco lo fue dar paso a Henderson en 74 y volver a cambiarle en el 120 para poner a Rashford en el campo y que lanzara un penalti. Sancho también salió en el 120 y también falló. Y para aumentar el drama el jovencísimo jugador del Arsenal, Bukayo Saka (19), fue el encargado de lanzar el penalti decisivo que acabó en manos de Donnarumma.
El nuevo portero del PSG fue nombrado jugador de la Eurocopa 2020. Cinco tandas de penaltis en su carrera y las cinco ganadas. Desde que debutara con 17 años en 2016, Gianluigi Donnarumma es el portero titular de Italia. Con casi dos metros de altura y unos nervios de acero, el napolitano paró tres penaltis seguidos a los ingleses y les aplicó un durísimo brexit en su propio estadio. El polémico representante Mino Raiola disfrutó viendo como su uno de sus productos estrella se revalorizaba para otro futuro movimiento millonario.
Así se cuenta la historia de una Italia que ganó la Eurocopa 2020 después de faltar en la cita mundial de Rusia en 2018 y con una plantilla sin grandes estrellas. Spinazzola fue el primero en recoger la medalla de campeón. Con muletas y con una sonrisa saludó a Ceferin antes de que Bonucci recogiera la copa de campeón de Europa de selecciones con la pericia del obrero que recibe su salario a final de mes. La sonrisa humilde de la Eurocopa que bromeó con un circunspecto Jordi Alba antes del sorteo de la tanda de penaltis.
Inglaterra tendrá que esperar a Qatar 2022. Será una nueva ocasión para que su mejor generación de los últimos años luche por un título mundial. Southgate quizá no llegue al Mundial. La prensa inglesa le señalará por su fútbol rácano con un equipo plagado de jugadores con mucha calidad. La próxima Eurocopa volverá en 2024 y será en Alemania. Ceferin también ha anunciado que podrán jugarla hasta 32 selecciones.
Italia honró a la Carrá y a Paolo Rossi, los dos disfrutaron desde arriba de un cielo que ya es más azul.
