La UEFA quiere que se acaben las ligas y dedicar agosto a la Champions. La vuelta del fútbol es un aliciente social importante

La Champions hace su agosto

photo_camera REUTERS/YVES HERMAN - El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin
#JugarJugaryJugar

Una titánica videoconferencia desde su sede suiza sirvió para que la UEFA dictase sus deberes a las ligas nacionales. La orden es clara: hay que terminar los campeonatos. El esloveno Aleksander Ceferin no llegó por casualidad a la Presidencia de la UEFA. Criado entre abogados y dedicado a la dirección de clubes de fútbol, sabe más por los despachos que por los vestuarios. Mira al horizonte y entiende que la pandemia será una mala pesadilla, que el mundo volverá a activarse y que el paréntesis de unos meses no puede alterar una competición que ya vive amenazada por una competencia en la sombra. 

#PaísesMuyBajos

La díscola Holanda ha dado por finalizada su competición. Holanda dejó de ser Holanda el 1 de enero de 2020. Esa es solo una región de los Países Bajos, que así es como debe ser llamada. La Eredivise -que es como debe ser llamada su liga de fútbol- ha cerrado definitivamente con 26 de 34 partidos jugados y con el Ajax, Az Alkmaar y Feyenord ocupando los tres primeros puestos, los dos primeros jugarían la fase previa de la Champions y el tercero de la Europa League. La UEFA no quiere invitados en su Champions de la temporada 2020-2021 y ya ha comunicado a las federaciones que necesita méritos deportivos para participar en su competición. Entre el fútbol y su insolidaridad en Europa con el coronavirus, les quedan pocos amigos. 

#Agostazo

Agosto será por fin un mes de fútbol serio. Se acabaron las malas pretemporadas en Estados Unidos o las goleadas en derbis nocturnos y alevosos. El plan de Ceferin incluye que se dedique agosto a jugar la Champions. Un mes entero para terminar los cuatro partidos de octavos, jugar ocho partidos de cuartos de final, cuatro de semifinales y la gran final de Estambul. En total, 17 partidos en 30 días. 

#BuenaIdea

La idea la respaldan los grandes clubes. El plano físico es muy importante una vez que los jugadores han perdido el ritmo definitivamente. La competición doméstica les serviría para volver a competir en junio y julio y así llegar a pleno rendimiento a la Champions de agosto. Hay mucho en juego como para dar por perdida la temporada. Queda por saber si aceptarán que el Real Madrid juegue en el estadio Alfredo Di Stefano la vuelta contra el Manchester City. Un lugar seguro para el público porque hay menos aforo, para los jugadores porque podrían concentrarse en Valdebebas y para las obras del Bernabéu que podrían seguir su curso sin aglomeraciones. 

#PazYDecretazos

En España las guerras civiles habituales se cuadran al paso de la UEFA. Tebas y Rubiales firman un espantajo de alto el fuego en el CSD por imposición de Irene Lozano que, sabiamente, quiere que España deje de hacer el ridículo internacional. Bastante tiene Pedro Sánchez con las mascarillas, los bulos y la censura. Además, uno de los últimos reales decretos llevaba un regalo, como el de meter a Iglesias en el CNI, pero para alagar a Rubiales y comprometer a Tebas. El decretazo dice que la RFEF puede explotar los derechos del fútbol de 2º B, del femenino, del fútbol sala y de las federaciones deportivas con menos peso por medio de la fundación España Deporte Global. Es decir, más dinero para la RFEF que toma el control definitivamente del fútbol sala y deja sin contenidos a LaLiga Sport TV, un canal de LaLiga para dar visibilidad a esos deportes con menos tirón. Una pinza perfecta a Tebas que tuvo que ceder para poder acabar el fútbol español.  

#NuestroFútbol

Ceferin ajustó todo mucho en la videoconferencia con las federaciones. Habló del reparto económico, de los derechos por la cesión de jugadores a los clubes y mandó la Eurocopa femenina a 2022. Todos contentos en el planeta fútbol. Un deporte que forma parte de la singularidad de muchos países de Europa. Que fija hábitos y horarios. Que da un quehacer al que le gusta y una excusa al que no le gusta. Un espectáculo recurrido por los políticos para apaciguar al pueblo. Lo más importante de lo menos importante que ahora nos importa mucho que vuelva.
 

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