El entrenador asistente del Fenerbahçe femenino reclama un baloncesto de chicas más profesional y avisa sobre el declive en la formación de jugadores 

Nacho García: “En España no hay una apuesta firme por el baloncesto femenino” 

Nacho García: “En España no hay una apuesta firme por el baloncesto femenino” 

“Pedí un contrato profesional. No me contestaron. Cogí las maletas y me fui”. Ahí empieza la segunda etapa de Nacho García como entrenador de baloncesto. El día que le comunica a Estudiantes que su trabajo merece algo más que una limosna.  

Antes había jugado al baloncesto hasta los 18 años. Una lesión le obligó a retirarse. Un jugador “nada extraordinario”, como se define él mismo, que defendió la camiseta del Agustiniano y del Canoe.  

A los 16 años ya entrenaba a chavales de 8 años. Ha pasado por todas las canteras de chicas de Madrid: Agustianiano, Canoe, Majadahonda, Estudiantes y Leganés. Eso no le aseguró un contrato para entrenar a la élite femenina en Euroliga, pero le permiten opinar con criterio sobre el baloncesto femenino y el de formación.

Lucas Modelo y Víctor Lapeña le han llevado al mejor baloncesto de Europa, primero en el Dynamo Kursk y ahora en el Fenerbahçe. En Turquía asiste al mejor entrenador de la pasada temporada y a las mejores chicas del baloncesto mundial.  

Nacho García: “En España no hay una apuesta firme por el baloncesto femenino” 

¿Cómo es la figura de entrenador ayudante en Europa? 

Cada vez tienen más peso los ayudantes. En equipos masculinos de Euroliga cada entrenador tiene su staff. En Fenerbahçe, Zeljko Obradovic estuvo siete años y es como un dios. Se trajo a José María Izquierdo con el que coincidió en Badalona, ahora ha venido Igor Kokoskov y se ha traído al ayudante que tenía en la selección eslovena.  

Normalmente es alguien de confianza porque estás fuera y, aunque lo más importante es el trabajo y alguien con capacidad, que ayude, que aporte y dé equilibrio, también hay vida después porque estamos solos. Es necesario tener a alguien de tu país, que te entienda… Con Víctor Lapeña tengo una relación profesional y personal buenísima. Y eso nos ha ayudado mucho.  

¿Cuál es tu labor en Fenerbahce? 

Soy el primer asistente de Víctor. Luego hay uno turco y otro serbio. Analizo a nuestro equipo, a los rivales de Euroliga y a los más importantes de nuestra liga. También hago análisis de nuestra plantilla. El trabajo de equipo lo preparamos juntos Víctor y yo. Tenemos discusiones sobre qué haríamos uno y otro en papeles contrarios para saber por dónde nos haríamos daño.  

Víctor me da mucha cancha en los partidos. Me consulta decisiones, le propongo ideas… Te sientes útil y eso es muy importante. Si tengo una idea que a Víctor le parece bien me da la pizarra para que se lo explique a las chicas durante el partido. Pero tengo claro que el responsable de la última decisión es él.  

¿Cómo acabó la temporada pasada? 

Fue una lástima. Ganamos la President Cup que es como la Supercopa, luego ganamos la Copa Turca con autoridad. En Euroliga quedamos primeros de grupo con tres derrotas de 14 partidos. Ganamos a equipos buenos. Nos impusimos en el primer partido de play off en casa. Era cuando la pandemia estaba llegando a Europa. Tras ese partido nos llamó la General Manager para decirnos que se suspendía el entrenamiento hasta nueva orden. Se empezaron a parar todas las ligas de todo el mundo de todos los deportes, el coronavirus estaba cerca. Nos llamaron un jueves a las 18:00 y nos volvimos en el último vuelo a España el 17 de marzo. Después de todo el trabajo que haces que no puedas culminar la temporada por una situación tan dramática es una faena. No se recuperó nada. Estuvimos preparados para volver en junio, pero se canceló todo.  

¿Cómo afrontaste la pandemia tan lejos de casa? 

Yo no fui muy consciente de lo que pasaba. En Estambul el gobierno no daba mucha información, pero me quedé impactado y casi rompo a llorar cuando llegué a España. En Barajas recogí las maletas y estaba fuera en apenas 10 minutos. No había nadie en la terminal, solo la Policía y los taxis. Por la M40 no nos cruzamos con ningún coche, veía colas en los supermercados… la llegada fue dura. Se me pasó cuando vi a mi mujer y a mi hija. Yo le iba preguntando cosas al taxista y me quede impactado.  

¿En qué punto de la competición estáis ahora? 

Ahora nos quedan 8 partidos de liga regular. No hemos jugado Copa ni Supercopa. La Copa la suspendieron para terminar la liga. En Euroliga hemos jugado en burbuja las dos vueltas. Antes eran dos grupos de ocho equipos en fase regular. Este año han hecho cuatro grupos de cuatro equipos. La primera burbuja se jugó en Estambul y teníamos el grupo de la muerte. Llegamos con siete jugadoras con covid que se incorporaron con una semana de entrenamiento. No te imaginas lo que hemos sufrido en esa burbuja. Se lesionaron el base titular Jazmine Thomas -base de Connecticut en la NBA-, no jugó el segundo partido. Ganamos a las polacas con un solo base. En el tercero se lesionó el base que nos quedaba por un golpe en la cabeza y perdimos con el con Lyon por 14 puntos de diferencia. En la segunda burbuja se nos ha dado mejor porque tenemos buen roster y chicas sanas.  

¿También te ha tocado pasar la COVID fuera de casa? 

Lo pasé sin olfato ni gusto. Y me encontraba agotado. Sin energía. Once días en casa. Tardé casi tres semanas en recuperarme del todo. Lo extrapolaba a las jugadoras y entendía su sufrimiento. En los entrenamientos teníamos que abrir las puertas del pabellón para que saliesen a respirar las que habían pasado la enfermedad porque les faltaba el aliento.  

¿Por qué te vas de España? 

Veía que mi ciclo de cinco años y cuatro fases de ascenso en Leganés había acabado. Tampoco estaba a gusto en mi trabajo. Porque el baloncesto no daba para vivir. En Liga 1 te da justito, pero los sueldos en España son muy bajos. Al final se juntaron muchas cosas. En ese momento me llama Lucas Mondelo. Fue el oasis. Llevaba toda la vida en esto y tenía la oportunidad de jugar con un campeón de Euroliga y con las mejores jugadoras del mundo.  

¿De qué conocías a Modelo? 

Coincidí con él en la selección española en 2008. Trabaje en formación. Siempre hemos mantenido contacto. Hablamos muchos, le seguí en salamanca. Un año estuve con él cuando pasó por Madrid y le comenté que si había oportunidad de que estuviera en su equipo, me gustaría probar. El día que me llama acababamos de comprar la casa nueva, estaba metiendo unas sillas. Me llamó y me pareció extraño que lo hiciese sin escribirme antes. Me ofreció irme a Rusia. Le dije que en 30 segundos le llamaba. Cuando se lo comenté a mi mujer se puso a llorar de la alegría porque sabía que yo quería algo así.  

Lo que me encontré, al margen de lo económico, no tiene nada que ver con lo que hay en España. El tema deportivo es importante porque no es fácil abrirte camino en Europa con dos equipos tan importantes como Dynamo Kursk y ahora con Fenerbahce.  

Nacho García: “En España no hay una apuesta firme por el baloncesto femenino” 

¿Cómo es tu vida en Estambul? 

Es una ciudad muy europeizada. Vivimos en la zona asiática que es muy moderna, con rascacielos… me llamó mucho la atención. Vivo a cinco minutos del pabellón. La primera vez que vine aquí fue con Dynamo Kursk contra Fenerbahçe en Euroliga y recuerdo que nada mas subir al autobús escuchamos la llamada al rezo musulmán. A mi eso me acojonó, pero cuando vives aquí te das cuenta de que pasa como en todos los sitios: hay gente que es musulmana y cumple todas las normas y hay mucha gente que come cerdo, bebe alcohol, no reza jamás… no es como te lo imaginas antes de venir. Yo vivo en Rivas (Madrid) y veo muchas mujeres con el pelo cubierto, más que donde yo vivo en Estambul. Quizá haya más en la zona europea. Son gente con ese toque mediterráneo de cercanía que después de venir de Rusia se agradece mucho. Tienen una cultura gastronómica alucinante. En España se queda para comer o para cenar, pero aquí se queda a desayunar. Tienen fincas con campos de futbol, canastas… quedan a las 11 o las 12 de la mañana y comen sin parar todo el día.  

¿Os afectan los temas políticos? 

Ahora con el coronavirus a partir de las nueve de la noche no puede haber nadie en la calle de lunes a viernes y el fin de semana están confinados todo. Llevamos así casi tres meses.  

¿Por qué en España no se apuesta por el baloncesto femenino? 

En España no hay una apuesta firme por el baloncesto femenino salvo en excepciones como Valencia, Girona o Salamanca. Es un tema económico. Si quieres dar espectáculo tienes que tener dinero para contratar a las mejores jugadoras. 

En Turquía se vuelcan. La mejor liga de Europa es la turca. Quitando Ekaterimburgo, las mejores americanas están en Turquía. Hay afición, la gente lo sigue, lo ve… El que es de Fenerbahçe es de todos los deportes del club. El año pasado vivimos cosas espectaculares. Si vamos a jugar fuera y en esa ciudad no hay equipo de baloncesto, ni de futbol de chicos, todos los aficionados de Fenerbahçe van a verte y metes en un pabellón de cuatro mil espectadores a la mitad de tu equipo.  

En España a los entrenadores hay que respetarlos pagándoles por su dedicación exclusiva a su trabajo. No se si todo el mundo tiene un contrato como debe ser. Creo que sacaron una ley que obligaba a hacer las cosas bien. Son casi limosnas. O tienes un mecenas como pasa en Valencia o en Salamanca con Perfumerías Avenida que sujeta al equipo o es muy difícil vivir del baloncesto femenino. Casi imposible. Tendrías que estar toda la vida en Salamanca.  

¿Tus inicios en equipos de base te ayudan en tu trabajo? 

Sí. Nunca hay que perder la perspectiva. Tienes que acordarte de donde vienes. Mi hija juega desde los 8 años y ya tiene 12. Es importante conocer todas las edades del baloncesto. Todas las experiencias te vienen bien. Nosotros tenemos aquí jugadoras que son millonarias. Estrellones como Kayla McBride, Satou Sabally… tienen mucho prestigio. Incluso para tratar con ellas también te sirve este punto de vista.  

¿Cómo ves el baloncesto formativo? 

El baloncesto formativo se esta corrompiendo por las ganas de ganar de los entrenadores jóvenes. Se olvidan de la formación en canasta pequeña. Es una cultura que no se dónde lleva, pero te aseguro que quedar campeón de Madrid en alevines no te va a garantizar un contrato de Euroliga.  

He trabajado con la Federación de Baloncesto de Madrid en los cursos de formación de entrenadores de nivel 0, 1 y 2. Cuando llegué a Leganés le propuse al club y a la concejala de deportes quitar los resultados de los partidos en la liga local. El problema en estas edades no son tanto los entrenadores competitivos como los padres de los niños que están todo el día protestado o diciendo lo bueno que es su hijo. Propuse quitar los resultados para que los niños jueguen y no den importancia al resultado.  Para que se diviertan. Que se enganchen. No hubo manera. 

He dejado de ir a ver partidos de alevín, cadete y demás categorías porque se ha perdido un poco aquello de que gane el mejor. Ahora te encuentras zonas en infantiles… cosas que te llaman la atención y se da mucha importancia al resultado demasiado pronto. Me preocupa eso del deporte en formación. Si te importa el resultado, el jugador 12, 11, 10 y 9 te importan muy poco. Y sin esos jugadores no pueden tener un equipo. Lo que pasa en España es que están dejando de jugar muchos niños y muchas niñas antes de lo que deberían porque se desaniman. Entrenan para no jugar y tienes que entrenar para jugar.  

¿Entrenar a una chica es diferente que a un chico? 

Es más la persona que el sexo. Nosotros tenemos todo tipo de personalidades. Americanas, turcas, italianas, ucranianas… cada una tiene su personalidad. Víctor y yo cuando hacemos el equipo lo primero que preguntamos siempre es cómo es la jugadora a nivel personal. Si es una chica normal, si tiene mucho ego, si es la típica que necesita una casa que mire al sur, planta 18 y un chofer… intentamos tener referencias fiables. Hasta el día de hoy no nos hemos equivocado. Tenemos jugadoras muy normales en el trato, muy directas, hacen lo que les dices. La relación entre nosotros y ellas es fluida.  

¿Cómo trata el baloncesto profesional a las jugadoras que quieren ser madres? 

Normalmente si es planificado, la jugadora lo dice. Me pasó en Leganés con Estela Rubio, pero fue a final de temporada y no afectó demasiado. Luego ya no jugó el año siguiente. Tampoco hay muchos casos. Solo faltaba que hubiese algún problema laboral porque una chica se quede embarazada. 

¿La situación de las jugadoras en España es precaria? 

R: Depende del club. En liga femenina te puedes encontrar jugadoras que están por encima de 100.000 brutos al año y otras que ganan 600-700 euros al mes y tienen otra actividad. Hay un desequilibrio muy grande. La diferencia entre Salamanca, Valencia, Girona y Zamora, Bembibre y otros equipos que están por abajo es gigante. Casi imposible que haya sorpresas como nos puede pasar en Turquía. Todos los equipos tienen, al menos, dos extranjeras que son muy buenas. Un mal día tuyo y bueno de ellas te puede hacer perder un partido.  

¿Qué porcentaje te llevas del trofeo a mejor entrenador de Víctor Lapeña? 

Él siempre me dice que es nuestro. Nosotros hicimos un baloncesto muy bonito el año pasado. Muy dinámico, de correr, de campo abierto, de ser agresivos atrás… llama la atención. Eso y el 11-3 de Euroliga marcaron mucho. Estoy orgulloso de que a Víctor le dieran el trofeo porque es un reconocimiento al trabajo a él, pero también al resto.  

¿Qué objetivos tenéis esta temporada? 

Este año es meternos el la Final Four de Euroliga y ganar la liga turca.  

¿Se nota la grada sin público? 

Es lo que más pena me da de Turquía. De jugar con público a jugar sin público hay mucha diferencia. Tienen una ley que prohíbe a los hinchas de Fenerbahçe ir a ver los partidos al campo de Galatasaray y viceversa.  

¿Es posible una Euroliga como la NBA? 

La liga se juega cuando la Euroliga te deja. Acabará siendo una NBA europea. Para los jugadores es inviable mantener este ritmo durante muchos años. La edad de final de carrera de un jugador se va a acortar, pasan de jugar 50 partidos al año a jugar 87. Hay semanas que no ves al masculino de Fenerbahçe porque juegan dos partidos de Euroliga fuera, dos de liga turca fuera y la siguiente semana tienen otro partido también fuera. Cuando hablamos con Kokoskov nos dice que no sabe ni donde duerme. Los rosters de ahora tienen 15 o 16 jugadores porque si no es imposible afrontar las competiciones.  

Nos obligan a tener turcos en plantilla apenas los ves en Euroliga pero luego tienen que jugar en liga turca. Kokoskov tiene dos equipos uno de liga doméstica y otro de Euroliga. A nosotros nos pasa algo parecido. Tenemos cuatro jugadoras turcas que juegan en Euroliga pero en la liga turca nos obligan a jugar con dos turcas en pista siempre y de las seis extranjeras solo podemos utilizar a cuatro. Eso condiciona porque son dos quintetos diferentes. En Euroliga podríamos jugar con un quinteto casi americano y en Turquía tenemos que combinar: si ponemos el base y el pívot turcos, los dos aleros son extranjeros y el 4 es extranjero. Si ponemos el base americano tenemos que poner a una turca en el alero y a otra en interior. 

Nacho García: “En España no hay una apuesta firme por el baloncesto femenino” 

 

¿Cómo ves el futuro de Pablo Laso? 

En el baloncesto esta más aceptado que haya entrenadores que estén muchos años en el mismo sitio. El equipo del Real Madrid ha envejecido mucho en los últimos años porque tiene muchos veteranos. Llegará un momento en el que haya sustituirlos. Y va a ser muy difícil conseguir gente tan buena nacional y extranjera que se identifique tanto con el club en el que juega. Es lo que pasaba antes con Iturriaga y compañía. Eso ahora no se suele dar, pero el Madrid de Laso lo ha conseguido con jugadores como Carroll o Taylor porque llevan muchos años. Laso puede seguir otros 10 años porque el mensaje será el mismo. El problema será reemplazar a Reyes, Llul, Rudy o Carroll que por desgracia se acabaran.  

¿Qué secreto hay en San Pablo Burgos? 

Una química de vestuario descomunal y muy buen entrenador. Seguro. Es un poco lo que nos pasa a nosotros. Tenemos tan buen vestuario que nuestras jugadoras cuando no están en la pista se siguen divirtiendo juntas. Burgos tiene un componente de gente trabajadora, que tienen muy asumido su rol, nadie saca el pie de su labor por respeto al otro y todo eso ha hecho que tengan un vestuario que es una piña.  

¿Hasta cuando seguirás en Turquía? 

Víctor ha renovado hasta 2023 y es como si hubiera renovado yo. Si están contentos con su trabajo y si cumplimos objetivos, seguiremos. Confío en que lo haremos bien y cumplamos objetivos. Recomiendo mucho esta ciudad.  

¿Volverás a España? 

Me gustaría volver a ser primer entrenador, pero lo veo muy difícil. Si quieres estar en equipos de este nivel para vivir Euroliga, dirigir a jugadoras de calidad...tienes que estar aquí. Salvo que cambie mucho el baloncesto en España y alguien te quiera en su equipo… me he pensado poder volar solo fuera de España que volver a España. Mi idea es seguir con Víctor.