Real Madrid y Barça se citan en Yeda para cerrar con fútbol el sainete de Arabia Saudí

Dani Olmo podrá jugar después del rescate del CSD
<p>Los jugadores del Real Madrid, Brahim Díaz, Raúl Asencio y Rodrygo, celebran su segundo gol, un autogol marcado por el jugador del RCD Mallorca  - REUTERS/ PEDRO NUÑES</p>
Los jugadores del Real Madrid, Brahim Díaz, Raúl Asencio y Rodrygo, celebran su segundo gol, un autogol marcado por el jugador del RCD Mallorca  - REUTERS/ PEDRO NUÑES

El segundo Clásico de la temporada se disputará en el estadio Rey Abdullah de Yeda, la segunda ciudad más grande Arabia Saudí. Con una capacidad de 62.000 espectadores, este majestuoso recinto ya vio ganar al Real Madrid en 2020 la final de la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid. El estadio donde Benzema disputa sus partidos con el Al-Ittihad.  

Pero esta Supercopa pasará a la historia por otras situaciones extradeportivas que han mantenido el pulso informativo de estos días a falta de unas semifinales algo más interesantes. El Athletic de Bilbao no fue rival para el Barça porque su cabeza está en clasificarse para la Champions y en jugar la final de la Europa League en San Mamés. El Mallorca, disfrutó de la fiesta, pero a los 60 minutos ya había encajado el primero y apenas hizo daño al club blanco.   

<p> Lamine Yamal del FC Barcelona celebra su segundo gol  - REUTERS/ PEDRO NUÑES</p>
 Lamine Yamal del FC Barcelona celebra su segundo gol  - REUTERS/ PEDRO NUÑES

La gran final será diferente. En el palco, la tensión se podrá cortar con un cuchillo. Joan Laporta ante Rafael Louzán, el nuevo presidente de la RFEF, y algunos presidentes de territoriales con los que casi llega a las manos hace unos días. Nadie del Gobierno porque el país no merece la atención de Ernest Urtasun, un tipo que los fines de semana es más de ir al cine con la familia que de acudir a la inauguración de Notre Dame junto a líderes de todo el mundo.   

Tampoco estará el CSD, ni su presidente. José Manuel Rodríguez Uribes no ha dado la cara en los días en los que más necesitaba defenderse el organismo del Gobierno de los ataques de unos y otros. La cautelarísima concedida al Barça para la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor merecía una explicación para evitar que alguien pueda pensar que la pinza Puigdemont-Illa-Sánchez ha tenido algo que ver con que se permita al Barcelona vivir al margen de la ley.   

Los dos jugadores estarán en el césped del estadio Rey Abdullah si así lo considera Flick y se lo merecen. Los futbolistas no deben dejar de jugar por los habituales laberintos burocráticos españoles, pero las normas son para todos y el Gobierno, por medio del CSD, ha saltado por encima de LaLiga y la RFEF para generar un peligrosísimo precedente con otros clubes.   

En lo deportivo, un Clásico para medir cómo llegan los dos grandes de España a 2025 y la Champions que esta temporada no para en enero. El equipo catalán pisa fuerte en Europa mientras se diluye en la Liga española con un bajón importante en el rendimiento de Lewandowski. Ancelotti ha dado con el centro del campo perfecto: Valverde y Camavinga para guardar la espalda de Bellingham mientras que Vinicius y Mbappé se reparten goles junto a Rodrygo.   

<p>Dani Olmo, jugador del FC Barcelona - REUTERS/ ALBERT GEA</p>
Dani Olmo, jugador del FC Barcelona - REUTERS/ ALBERT GEA

El primer trofeo de la temporada podría ser el segundo para el Real Madrid después del Mundial de Clubes, trofeo que podría volver a ganar en junio gracias a la máquina de hacer negocios en el que se ha convertido la FIFA. Si marcan Olmo o Víctor, el recuerdo será el de una competición adulterada de acabar sin ficha esta temporada. El silencio cómplice del Real Madrid es el mejor altavoz de todo este sainete en Arabia.