#Ciclotimia
Zidane estaba en el alambre hace siete días. Podía quedar eliminado en Champions y dejarse ir en liga. Los jugadores eran incapaces de ganar al Alavés y habían caído con rivales como el Cádiz o el Shaktar. Siete días después el Real Madrid ha ganado los tres partidos. Pasa a octavos de Champions como primero de grupo y se pone a tres puntos de los de arriba en liga. La ciclotimia del Madrid es inexplicable. Un Expediente X del fútbol mundial que las crónicas siempre dirán que fue cuestión de actitud y de motivación.
#SinIdeas
Simeone se estrenó en el Di Stéfano con la idea de dejarle el balón al Real Madrid y matar a la contra. Era una idea y no tenía más. Porque el Real Madrid sabía qué tenía que hacer y a la rapidez que tenía que hacerlo. Los rojiblancos se vieron desbordados por la velocidad blanca y solo alcanzaron a perseguir sombras. El nuevo Atlético de Simeone juega más. Saca el balón de atrás tocando y procura cuidar la pelota. Pero el Real Madrid puso el “modo campeón”. Lució el fútbol de las citas importantes. El de la última bala de la ruleta rusa. Esa bala que casi nunca le atina el pie. Presiona, mueve el balón, desespera al rival y, encima, marca goles. Casemiro remataba un balón al que los defensas atléticos respetaron demasiado. El segundo fue obra de Carvajal para celebrar su vuelta tras la lesión.
#SinPlanB
Simeone no tenía plan B. No supo leer el juego del Real Madrid ni encontrar sus puntos débiles. La presión, la insistencia, el juego duro… su ADN no llegó Valdebebas. Los delanteros no presionaban la salida del balón blanca y la cara del argentino en el banquillo era un poema. Cambió en la segunda parte a Joao Félix para darle un toque de atención. Los asientos del Di Stéfano fueron testigo del cabreo del portugués. Suárez fue el sacrificado por Kondogbia para evitar el tercero. Volvía el Simeone de las grandes citas. El de las finales de Champions superado por las circunstancias.
#SinTáctica
Zidane tampoco fue un ejemplo táctico. Pero sabe dirigir la orquesta para que los jugadores interpreten sinfonías los días de concierto. De vez en cuando desafinan, pero hay que querer a este Real Madrid y más en los tiempos que corren. Hizo los tres cambios cuando Simeone había hecho los cinco y más su hubiera podido. El francés sumó nueve de nueve cuando ya tenía escrita su dimisión o Florentino firmado su finiquito. Comienza una nueva etapa ante rivales como el Athletic, Eibar, Granada, Elche o Celta. Los que no le motivan y le pueden hacer perder todo lo que ha ganado en los últimos días.
#SinMiedo
La derrota rojiblanca es casi balsámica. Puede perder y seguir líder. Puede volver a la senda ganadora porque sabe el camino. El Atléti que hace ocho años estaría fuera de Europa y en una tremenda crisis por perder el derbi ahora es un equipo ganador que puede tropezar sin que prendan fuego al estadio. Pero es su temporada y eso no lo pueden olvidar. Igual que el resto de aficiones no pueden entender qué es ser del Atlético de Madrid el resto de los mortales no podrían entender que se descuelguen de la liga. Con regularidad pueden mantener a raya al Real Madrid. El Barça tiene suficiente con alcanzar el cuarto puesto. Y el resto no son rivales para los de Simeone. Eso se lo tiene que creer el Atlético.
#SinPúblico
El derbi tuvo un calentón que llevó al aficionado a pensar que eran otros tiempos. La impotencia de Koke por el resultado la pagó Vinicius. Hubo algo de refriega, insultos y algún empujón, pero Mateu apagó el fuego pitando el descanso. Falta el aficionado en los estadios. Empieza a ser necesario el calor del público. El grito en la grada. La presión. Los recibimientos. Los tifos en los fondos. Los pitos y los aplausos. Los jugadores parecen que lo llevan bien, pero el fútbol se enfría. El cloroformo social debería volverse vitamina social. Pero los datos no permiten que nadie se relaje y el CSD ni se plantea algo parecido a lo que hacen los equipos de Londres. De momento, el fútbol seguirá vacío. Y el Real Madrid seguirá ganando.