Rodrygo salva los muebles en el estreno de la era Mbappé de blanco

Kylian Mbappé ya sabe lo que es jugar un partido oficial en la Liga española con la camiseta del Real Madrid. Fue en Mallorca, el mismo estadio donde comenzó la era Mourinho en 2010 y también con un empate, aunque en aquel mes de agosto fue un 0-0.
Ancelotti tiene un bendito problema en la delantera blanca. Muchos atacantes de todos los perfiles, pero que tienen que estar protegidos por un centro del campo musculoso y preciso ahora que no está Kroos. La empresa no es fácil, pero el Real Madrid se ha sobrepuesto a la salida de grandes jugadores como Cristiano o Benzema y hasta ha ganado Copas de Europa.
Lo de esta temporada es cuestión de tiempo y de gestionar muy bien el estado de forma de una plantilla que podría enfrentarse a casi 80 partidos entre todas las competiciones que hay por delante, incluido el Mundial de Clubes del próximo verano.

En Mallorca fue Rodrygo el que marcó el primer tanto. Marca de la casa con la pierna derecha y un balón a la escuadra. Vinicius y Mbappé no acababan de pisar el área con peligro, pero ese gol daba la sensación de ser el primero de un partido fácil para los blancos.
Tchouaméni, Valverde y Bellingham tienen que suplir el control de balón y de juego de Modric y Kroos. Ocupar su sitio no es lo mismo que ocupar su cabeza y ese será el trabajo más duro que tenga Ancelotti esta temporada si decide no apostar por perfiles como Brahim o Güler a los que no les da miedo tener el balón y levantar la cabeza.
Malas noticias en el gol del Mallorca. Muriqi remató un balón colgado desde el córner. Un cabezazo en la frontal del área pequeña que no impidieron ni Militao ni Rüdiger y ante el que nada pudo hacer Courtois.
Con el 1-1 Ancelotti volvió a liarse con los cambios. Confiar todo el centro del campo a Modric y quitar a Tchouaméni no salió bien porque Valverde y Bellingham no cubren la espalda del croata tan bien como el propio Modric se la cubría a Kroos.

En los siguiente 20 minutos Mbappé sufrió una defensa cerrada y una serie de combinaciones con su futuro socio Vinicius que no acabaron en gol. El Mallorca tiene cosas de Aguirre, pero con Arrasate todos los jugadores cobran especial valor con Samu Costa, Dani Rodríguez o el japonés Asano corriendo y tapando las llegadas blancas.
Nadie sabe qué pretendía Ancelotti con tres cambios en el 87. Pretender cambiar el partido en los últimos cinco minutos contra un entrenador con tablas como es su amigo Arrasate es un error importante. Ni Lucas, ni Brahim ni Güler tuvieron tiempo de provocar ocasiones para que Mbappé marcase su gol que evitara la primera diferencia de puntos con el Barça.
El estreno del crack francés hizo aguas en Mallorca, pero el gran problema del Real Madrid llega en un centro del campo infinito donde no hay una brújula que ponga orden y señale a la estrella que debe marcar los goles.