La Superliga y el nuevo orden mundial del fútbol
El Real Madrid fue uno de los fundadores de la FIFA en 1904 y es uno de los Clubes Fundadores de la Superliga en 2021. Santiago Bernabéu como presidente del Real Madrid y Gabriel Hanot como editor de L'Équipe pusieron en marcha la Copa de Europa en 1955. Han pasado 117 años del primer acontecimiento y 66 del segundo. Lo que estamos viviendo en 2021 es el cambio de paradigma del fútbol tal y como lo conocemos hasta nuestros días. Y el Real Madrid vuelve a ser la piedra angular sobre la que gira el negocio de la pelota.
La Superliga ya tiene cara y ojos. La de Florentino Pérez como primer presidente. La noticia se extendió el domingo 18 de abril de 2021 pero no se hizo oficial hasta que el Real Madrid terminó su partido contra el Getafe. Durante la jornada circularon notas de prensa preventivas de ligas y federaciones en contra de cualquier competición que no sea la Champions League de la UEFA. Comunicados donde se amenazaba a los clubes con expulsarles de las competiciones domésticas, con no cursar las fichas a los jugadores, impedirles que defiendan la camiseta de su país y otras medidas exageradas y sin fundamento. El miedo hablaba. La RFEF y LaLiga unidas en una nota donde se calificaba de “cínica” la Superliga y se decía que “se basaba en el interés propio de unos pocos clubes”.
Sin duda que las reacciones al rumor retrataron a los críticos. Sacaron la artillería pesada contra una idea y ahora se van a quedar sin munición. Han evidenciado que su postura solo se sujeta por el interés en mantener su modelo de fútbol y se agarran a los contratos televisivos para intimidar. La Superliga presidida por Florentino Pérez ya está en marcha y las partes están condenadas a entenderse de aquí a dos años si no quieren dinamitar del todo el fútbol. Será el fútbol de los ricos contra el fútbol de los pobres.
Se hacen llamar Clubes Fundadores y son el El AC Milan, el Arsenal FC, el Atlético de Madrid, el Chelsea FC, el FC Barcelona, el FC Internazionale Milano, la Juventus FC, el Liverpool FC, el Manchester City, el Manchester United, el Real Madrid CF y el Tottenham Hotspur. Así aparecen en el comunicado. En perfecto orden alfabético. Pérez dirige la orquesta, de ahí sus continuos viajes a Turín y su convocatoria de elecciones en la noche santa de un jueves. En Los Alpes vive Andrea Agnelli, presidente de la Juventus y vicepresidente de la Superliga. El tercero en discordia, el segundo vicepresidente, es Joel Glazer co Presidente del Manchester United. Tres estandartes del fútbol como modelo de negocio. Tres dirigentes acostumbrados a manejar enormes cantidades de dinero en sus negocios y que ven como el fútbol se infravalora continuamente en el mercado. Ellos no saben perder dinero.
La Superliga nace del hastío de los grandes del fútbol europeo. Están cansados de que el negocio descanse sobre ellos. De que sus estadios sean teatros de sueños. De pagar millones de euros a jugadores que se lesionan en un Alemania-Andorra. Cansados de ser poderosos. De no ganar tanto como podrían ganar juntos. La clase media les sobra y no digamos los dieciseisavos de la Copa del Rey. No quieren las limosnas de la tele de su país. Tampoco valoran los esfuerzos de la UEFA por rehacer la Champions. Quieren más porque pueden conseguir más. Pero tienen que estar juntos. La élite del fútbol europeo compitiendo entre ellos sin partidos de perfil bajo.
Me arriesgo a decir que podrían asumir las innumerables sanciones que les quiere imponer la FIFA, la UEFA y sus federaciones. Que el beneficio económico seguirá siendo más importante. Que estarán en condiciones de reducir a sus estrellas la carga de partidos a cambio de doblarles el sueldo y a que renuncien a su selección. ¿Qué hay de malo? Es el nuevo fútbol que nace del viejo fútbol y que va a provocar muchos problemas si las dos partes no llegan a una entente cordial.
No es la NBA del fútbol, es la MLS del fútbol. No por el caótico sistema de calendario que no entendemos en Europa, si no por sus principios estructurales. Allí se llaman franquicias, aquí se llaman Clubes Fundadores. En la liga norteamericana los nuevos equipos tienen que reunir una serie de requisitos económicos, deportivos y sociales porque su fútbol esta sin hacer. Aquí el mérito sería únicamente deportivo. A los 12 valientes se les unirán tres más que no han querido dar la cara en primera instancia. Alemania y Francia, empezando por Bayern y PSG serían los más esperados. Luego, cinco nuevos “clasificados anualmente sobre la base del rendimiento”. Es la excusa que se guarda la Superliga para no parecer demasiado elitista. La FIFA ya ha llamado a este sistema “liga separatista”.
Queda mucho partido por jugar. La Superliga ha salido de la barra del bar y pone en jaque a las ligas domésticas. Hasta el fútbol moderno se va a quedar antiguo.
