El auge de la cooperación entre Marruecos y China impulsa la inversión
Las sólidas relaciones diplomáticas entre Marruecos y China están abriendo nuevas avenidas de inversión y cooperación, fortaleciendo la posición del Reino en el escenario internacional y consolidando una asociación estratégica que promete beneficios mutuos.
El reciente anuncio de la llegada del grupo chino Sunrise, líder mundial en la industria textil, al mercado marroquí con una inversión de 2.300 millones de dirhams (aproximadamente 230 millones de dólares) es una clara muestra del creciente interés de China en Marruecos. Este proyecto, que contempla la construcción de dos unidades industriales en Skhirat y Fez, generará 7.000 empleos directos y 1.500 indirectos, posicionando a Marruecos como un centro regional clave en la industria textil. Además, contribuirá a la creación de una cadena de suministro integrada, reduciendo los tiempos y costes logísticos, y mejorará la eficiencia del sector al gestionar pedidos internacionales sin intermediarios.
Durante la ceremonia de firma del acuerdo, el primer ministro marroquí Aziz Akhannouch destacó que esta inversión refleja las distinguidas relaciones entre ambos países, impulsadas por el rey Mohammed VI y el presidente Xi Jinping. La confianza de los inversores extranjeros en el Reino marroquí se ve reafirmada con proyectos de esta magnitud, que no solo fortalecerán las cadenas de valor globales, sino que también mejorarán la competitividad del sector textil marroquí.
El impacto de la presencia china se extiende a otros sectores estratégicos como la automoción, las energías renovables y las infraestructuras. En este contexto, Abdelkader Al-Ansari, embajador de Marruecos en Pekín, subrayó que la cooperación bilateral está experimentando un notable crecimiento, sustentado en un diálogo político constante y una convergencia de intereses en temas clave.
Teniendo en cuenta la creciente presencia de marcas chinas en Rabat, Casablanca y Tánger, así como el aumento de coches chinos comercializados en el país, esta inversión jugará un papel fundamental para proporcionar materiales necesarios a las empresas locales y fortalecer la competitividad de las empresas marroquíes.
La participación de Marruecos en la Iniciativa de la Franja y la Ruta y su membresía en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura consolidan su rol como socio estratégico para China en África, facilitando el acceso a mercados africanos y europeos.
Un claro ejemplo de esta cooperación es el interés del gigante siderúrgico chino Jinji Group en el proyecto del gasoducto Nigeria-Marruecos, una infraestructura que fortalecerá la integración energética entre África y Europa. Según Zhang Yuanyuan, director adjunto de marketing internacional de Jinji, el grupo pretende suministrar al proyecto productos de acero de alta calidad esenciales para el desarrollo de esta infraestructura, que cuenta con el apoyo de los gobiernos marroquí y nigeriano y sus socios.
El experto en asuntos estratégicos Hisham Moatad destaca en Al-Arab que esta creciente colaboración no se limita al ámbito económico, sino que abarca también la educación, la tecnología y el intercambio cultural, convirtiendo la relación entre Marruecos y China en un modelo de cooperación multidimensional. Moatad señaló que China busca fortalecer su influencia a través de sus brazos económicos en medio de la creciente competencia con las potencias occidentales, y Marruecos está aprovechando este contexto para consolidarse como un actor regional e internacional capaz de equilibrar sus asociaciones con las grandes potencias.
En línea con esta dinámica, Marruecos mantiene su compromiso con la cooperación Sur-Sur, participando activamente en el desarrollo de asociaciones y programas conjuntos entre China y África. Gracias a su ubicación estratégica y a su historia política, Marruecos se ha consolidado como un puente para que China acceda a los mercados africanos, especialmente en las regiones occidental y central.
La puesta en marcha de vuelos directos entre Casablanca y las principales ciudades chinas, como Pekín y Shanghái, facilitará aún más el flujo de inversiones y el fortalecimiento de los lazos bilaterales. Con cada nuevo proyecto, Marruecos refuerza su posición como puente entre China y África, equilibrando sus asociaciones con las grandes potencias y consolidándose como un actor clave en la escena global.
