La recesión económica en el país norteafricano ha resultado de una combinación de factores macroeconómicos y de la influencia de las condiciones externas

Crecimiento económico sostenido de Marruecos: el Banco Mundial prevé un futuro prometedor

AFP/ERIC BARADAT - Sede en Washington del Grupo del Banco Mundial

Se espera que Marruecos experimente un crecimiento económico sostenido a medida que avanza el año 2024. El Banco Mundial proyecta un crecimiento del 3,4%, ligeramente superior al 3,1% proyectado para 2023. La actual desaceleración se debe en parte a las tensiones comerciales globales, así como al debilitamiento de la demanda interna y los bajos precios de las materias primas. Para mantener el crecimiento, el Gobierno de Marruecos debe seguir implementando reformas estructurales para mejorar la competitividad y reducir la dependencia de los recursos naturales.

A pesar de la desaceleración económica, el Gobierno marroquí se ha comprometido a implementar políticas proactivas para aumentar la inversión pública y privada en infraestructura, desarrollo rural y educación. Estas inversiones se centran principalmente en las zonas rurales. El Gobierno ha reducido los impuestos para los nuevos inversores extranjeros y ha aumentado el gasto en energía renovable, con el objetivo de alcanzar el 100% de energía renovable para 2040. Por otra parte, el Ejecutivo marroquí también ha anunciado el lanzamiento de una serie de reformas económicas para aumentar la competitividad de la economía. Estas reformas incluyen la liberalización del mercado de la agricultura, la reducción de los subsidios a la energía, la reducción de las regulaciones para las empresas y la diversificación de la economía. Estas medidas tienen el objetivo de mejorar el clima de inversión y atraer a más inversiones extranjeras.

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El Banco Mundial predice que el crecimiento en el Medio Oriente y África del Norte (MENA) se desacelerará en 2023, debido a la economía mundial. Los países exportadores de petróleo, que se beneficiaron de un aumento de los precios de la energía en 2022, experimentarán la mayor desaceleración del crecimiento. A pesar de la reducción de los precios de la energía, los países exportadores de petróleo de MENA esperan superar el crecimiento de los países no exportadores de petróleo, con la excepción de Egipto.

Esto ha limitado el crecimiento, ya que los bancos han endurecido los requisitos de préstamos, lo que ha disminuido el crédito disponible para la economía. A su vez, ha afectado a las principales industrias y al auge económico. Por lo tanto, se prevé que el endurecimiento de la política monetaria en la región tendrá un impacto negativo en el desarrollo. El informe alerta sobre los desafíos a largo plazo que puede plantear el aumento de la inflación a corto plazo. Los precios de los alimentos han aumentado de manera significativa, lo que ha impactado en gran medida a los hogares de la región, haciendo más difícil acceder a los alimentos básicos. Esto puede llegar a tener grandes consecuencias.

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Esto representa que los precios de los alimentos aumentaron mucho más rápido que el salario promedio de los trabajadores pobres. Esta situación es aún más preocupante porque el costo de la canasta básica de alimentos se ha elevado significativamente en la región. Para abordar esta situación, los Gobiernos regionales deben implementar políticas que mejoren las condiciones de vida y combatan la inflación de los alimentos. Además, los Gobiernos han llevado a cabo medidas para afrontar la situación, lo que incluyen reducir los impuestos alimentarios, mejorar la infraestructura agrícola, fomentar el uso de tecnologías de producción de alimentos más eficientes, aumentar la producción agrícola, elogiar los precios de los alimentos y dar apoyo financiero a los agricultores. 

Sin embargo, estas medidas aún no han logrado reducir la inflación de los alimentos en la región, por lo que es necesario que los Gobiernos de la zona adopten políticas más integrales para mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Estas incluyen la reducción de la desigualdad, el acceso generalizado a la educación, el desarrollo de una economía diversificada y la creación de programas de ayuda alimentaria. La reducción de la pobreza alimentaria y la desnutrición es fundamental para mejorar el bienestar de los ciudadanos en la región MENA.