Los envíos desde el país asiático, uno de los principales exportadores de café, están disminuyendo debido a la pandemia y a la escasez de existencias y contenedores

La crisis del café en Vietnam

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Después de un aumento del precio del café tipo robusta debido a unas fuertes heladas en Brasil, la situación en Vietnam acentúa la crisis de esta materia prima. De acuerdo con el grupo Intimex y Simexco Daklak, dos grandes compañías de transporte marítimo, los envíos desde Vietnam están disminuyendo a causa de la pandemia del coronavirus, la importante escasez de contenedores y el agotamiento de existencias de los agricultores. Las dos empresas estiman que la caída de exportaciones continúe hasta septiembre.

“Los agricultores dicen que se han quedado sin grano. No hemos comprado ni vendido gramo durante más de un mes”, declara Do Ha Nam, presidente del grupo Intimex. Como consecuencia de esta crisis en las plantaciones vietnamitas, unida a las recientes heladas en Brasil, los precios de granos de tipo arábica han alcanzado su máximo desde 2014. Este mes el coste de arábica aumentó un 25% mientras que el de robusta alcanzó un 13%.

“Los altos costes de trasportar han disuadido a los importadores de comprar granos en Vietnam. No tenemos nuevos contratos para comprar grano a los agricultores”, advierte Van Hong Anh, director ejecutivo de Quang Minh Coffee Trading. El envío de un contenedor de Vietnam a Europa alcanza los 10.000 dólares, cifra que ha aumentado siete veces en un año. Como consecuencia, Anh estima que las exportaciones de su empresa disminuirán un 20%.

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Además de los problemas logísticos cabe destacar el impacto que la COVID-19 está teniendo en la crisis del café. Cinco regiones vietnamitas que son clave en el cultivo del grano están experimentando un incremento de fallecimientos. Tal y como informa el Ministerio de Salud del país, los contagios han aumentado a 300 en tan solo una semana. Por otra parte, en algunas zonas cafeteras se ha impuesto el confinamiento domiciliario, como en Dak Lak, que produce alrededor de un tercio del café del país.

Las empresas dedicadas al café temen que el virus se agudice hasta la cosecha principal de noviembre. Cinco de los 11 comerciantes encuestados esperan una nueva cosecha, dos de ellos incluso aseguraron que podría ser entre un 6% y un 10% más alta que la del año anterior que alcanzó 1,7 millones de toneladas. Sin embargo, según la Oficina de Estadísticas, las exportaciones en lo que va de año han registrado una disminución del 9% con respecto al año pasado.

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Una crisis con repercusión global

Los efectos que tiene la pandemia sobre las plantaciones asiáticas tienen un impacto a nivel mundial. El Grupo Allegra, una compañía de investigación de mercado, calculó que las cadenas de cafeterías de Estados Unidos tardarían dos años en recuperarse de la pandemia. La disminución de las ventas alcanzó los 11,5 mil millones de dólares debido a las restricciones y confinamientos. Algunas de las compañías afectadas con Starbucks o Dunkin Donuts.

“Con la administración masiva de vacunas y las empresas adaptándose rápidamente a los nuevos formatos comerciales, ahora hay luz al final del túnel después de un año lleno de desafíos. Las ventas son efectivas a partir del verano de 2021, pero los operadores tardarán varios años en adaptarse completamente a la nueva normalidad”, explica Jeffrey Young, fundador y CEO del Grupo Allegra. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se espera que la demanda del grano supere a la producción por primera vez desde 2017.

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Además de los problemas logísticos y sanitarios en Vietnam y las heladas del Brasil, la situación en Colombia también empeora el problema del café. Las recientes multitudinarias protestas en el país latinoamericano bloquearon carreteras impidiendo que los granos llegasen a los puertos para ser exportados. Se estima que alrededor de 100 millones de personas en todo el mundo viven de esta materia prima, muchos de ellos en países de bajos ingresos.   

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