El Banco Mundial otorga un préstamo a Marruecos para el desarrollo de la economía azul
El Banco Mundial acaba de aprobar el envío de un préstamo de un valor total de 350 millones de dólares a Marruecos. El país alauí brevemente recibirá la subvención que irá destinada principalmente a desarrollar el lanzamiento de un programa de economía azul. La nación norteafricana destinará este dinero a mejorar el ecosistema costero y marino y todas las actividades relacionadas con el mar.
La entidad mundial ha recalcado en una nota a la prensa que este préstamo está destinado principalmente a desarrollar los marcos institucionales del país alauí. En este se incluye una actualización de la gestión integrada de los recursos naturales del Reino, además de incluir un refuerzo de algunos sectores de la industria marítima. Esto último va en línea con la visión de Marruecos en la lucha contra el cambio climático. Por lo tanto, se desarrollarán nuevos proyectos sostenibles que mejoren la calidad de vida en el territorio y sean menos perjudiciales para el planeta.
“Este préstamo pretende estimular la creación de empleo y del crecimiento económico, así como la mejora de la sostenibilidad, la capacidad de recuperación de los recursos naturales y de la seguridad alimentaria, un reto cuya importancia ha aumentado con las repercusiones de la guerra en Ucrania”, dice la institución en el comunicado.
Marruecos ha iniciado una carrera para convertirse en un actor importante en el desarrollo de la economía azul y de la sostenibilidad. Esta es uno de los principales pilares del Nuevo Modelo de Desarrollo (NMD) del reino magrebí, con lo que se pretende aumentar la riqueza nacional, proporcionar empleo a sus ciudadanos y elevar su nivel de vida.
La economía azul es un nuevo modelo económico lanzado hace pocos años y que tiene como objetivo producir bienes y servicios a empresas. En este sentido, la economía azul pretende introducir este sistema de una forma ecológica sin dañar a la naturaleza ni al medio ambiente. Este modelo se suele implantar sobre todo en las zonas costeras, donde se respeta la vida y la flora marina, obteniendo los mismos beneficios, pero de una manera más respetuosa con el planeta.
Jesko Hentschel, director de la operación del Banco Mundial para el Magreb sitúa a Marruecos como un importante actor en esta nueva economía debido a sus recursos naturales. “Bordeado por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, Marruecos dispone de un gran potencial para el desarrollo de la economía azul. Sus áreas costeras ya representan más de la mitad del PIB y los empleos del país, mientras hay un gran potencial sin explotar en sectores emergentes de la economía azul”, señala el director.
Entre estos sectores destacan algunas actividades como la acuicultura, el cultivo de algas marinas, las energías renovables marinas y el turismo sostenible. El primero y el segundo son unas técnicas en la que expertos se encargan de crías especies acuáticas, tanto de animales como de vegetales. Se trata de una de las principales actividades económicas en la producción de alimentos y que proporciona una vía sostenible para reducir la pesca masiva.
En el caso de las energías renovables marinas, Marruecos podría desarrollar plataformas de energía eólica marina, otras de energía fotovoltaica solar flotante o incluso proyectos basados en utilizar la energía del mar para generar electricidad, como la mareomotriz. Con ella, el Reino aumentaría su compromiso con el medio ambiente y podría dejar de depender de energías no renovables. Además, sería un factor clave en el mix energético nacional, que cada vez es más sostenible y está superando los retos que la nación se ha impuesto contra el cambio climático.
“Con sus abundantes recursos marinos y costeros, la costa marroquí ofrece, al final de la pandemia, perspectivas de empleo y recuperación equitativa, y una mayor resiliencia al cambio climático”, agrega Marcelo Héctor Acerbi, especialista ambiental.
Por ahora, Marruecos ha confirmado que con ese dinero obtenido se llevarán a cabo una serie de proyectos. Destacan estudios marinos en las aguas marroquíes, la salud de las reservas de la pesca, la calidad de las costas del país y medir la erosión en las playas a través de un satélite que capte imágenes. También se crearán 14 nuevas granjas dedicadas a la acuicultura, en especial, la cría de mariscos y de algas.
