El Reino ha experimentado un fuerte aumento en las transacciones a través de internet con tarjeta bancaria

El comercio electrónico se dispara en Marruecos

photo_camera PHOTO/FILE - Compras online en Marruecos

Marruecos está viviendo una rápida digitalización en la dimensión de pagos monetarios. De acuerdo con el último informe del Centro Interbancario de Banca Electrónica (CMI, por sus siglas en francés), la entidad nacional que facilita las transacciones bancarias, los consumidores marroquís cada vez apuestan más por los pagos digitales, uniendo al Reino a la tendencia global.

De acuerdo con las cifras que presenta el organismo, el primer trimestre de 2022 ha experimentado un fuerte crecimiento a este respecto. En este sentido, el pago a través de Internet por tarjetas bancarias se ha disparado en el Reino, aumentando un 34,3% en cuanto al número de operaciones y un 19,3% en cuanto al importe global con respecto al mismo periodo en 2021. En total, los sitios afiliados a la institución llevaron a cabo unas 6,3 millones de transacciones de pago en línea a través de tarjetas bancarias, por un monto total de 2,3 mil millones de dirhams (unos 218 millones de euros).

PHOTO/FILE - Marruecos controlará las compras y ventas a través de las plataformas de comercio electrónico y evitar el fraude y las operaciones de manipulación monitoreadas por la administración aduanera

Esta actividad ya experimentó un fuerte aumento en el primer trimestre 2021 de un 31% con respecto al mismo periodo en 2020, mientras el resto de los métodos de pago sufrían un duro revés como consecuencia de la pandemia de la COVID-19. Aquí han sido las tarjetas marroquís las que más rápido han crecido, hasta un 34,9% en número de operaciones y un 15,1% en monto, representando, respectivamente, un 93,8% y un 88,2% del total.

El comercio electrónico está creciendo rápidamente en todo el mundo, y se está convirtiendo en uno de los métodos más habituales de consumo, particularmente entre las nuevas generaciones, y Marruecos se está uniendo de lleno a esta digitalización, que todo apunta que marcará la economía del siglo XXI.

Esta tendencia, según Ismail Bellali, director general del CMI, también se produce en cuanto a los sitios de Internet que ofrecen este modo de pago en el país, en franco aumento. En unas declaraciones a la Agence Marocaine de Presse (MAP), el economista señaló que su número creció rápidamente entre 2020 y 2021, durante la pandemia. Entonces, la distancia social y el confinamiento supusieron un boom para este tipo de comercio en todo el mundo, y el país árabe no se quedó atrás.

Por otro lado, señala Bellali, este método de pago en el mercado marroquí se concentra, particularmente, en las transacciones de servicios, más que de productos, pese a que se tienda a asociar el comercio electrónico con estos últimos. “La compra de servicios es, con mucho, la más popular en Marruecos, incluyendo, principalmente, el pago de factura de los operadores de telecomunicaciones, del agua, de la luz, del transporte, de los impuestos y de las tasas escolares”, señaló el director general.

PHOTO/ARCHIVO – Compras online en Marruecos
Cierre del grifo al comercio electrónico fraudulento

Recientemente Rabat ha tomado la decisión de excluir las transacciones a través de plataformas electrónicas de las franquicias aduaneras, lo que podría hacer pensar que se podría producir un paso atrás en este sentido. Las plataformas extranjeras tenían permitido, hasta ahora, llevar a cabo transacciones libres de derechos de aduana para cestas de menos de 1.250 dirhams, pero el Reino les ha cerrado el grifo, en una ley que entra en vigor este mismo viernes. 

Bellali explica que esta medida tiene como objetivo “corregir una deriva que se ha vuelto muy palpable estos últimos años”. En este sentido, la exención previa, destinada a transacciones pequeñas, habría sido aprovechada por actores económicos para dividir compras grandes, libres de aduanas, en varias más pequeñas para, posteriormente, poder revenderlas en el país, aprovechando el agujero en la norma para enriquecerse violentando su espíritu, algo que ya no podrán hacer.

Más en Economía y Empresas