Los vientos que soplan en el escenario geoestratégico mundial son favorables a la potenciación de la industria militar y de doble uso en las naciones de la Unión Europea.
Bruselas y su comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton, abonan con miles de millones de euros el ecosistema aeroespacial y de defensa del Viejo Continente, en el que las compañías españolas hacen ímprobos esfuerzos por mostrar su elevado saber hacer y competir y aumentar su cuota de mercado.
Una de ellas es la multinacional tecnológica Indra, en cuya Junta General de Accionistas del 30 de junio, su presidente, Marc Murtra, ha dejado constancia que el anterior equipo directivo encabezado por Ignacio Mataix ha cerrado el ejercicio 2022 con la mayor parte de los parámetros clave resueltos en condiciones óptimas.

En términos semejantes a Murtra se ha pronunciado el nuevo consejero delegado, Jose Vicente de los Mozos, aunque ha subrayado que la compañía dispone de transversalidades y prácticas “que no se han explotado convenientemente hasta el día de hoy”.
En su primer discurso ante los accionistas, ha expuesto que Indra puede llegar a ser la multinacional española de referencia en defensa y tecnología siempre que se refuercen cuatro capacidades. Son cuatro “prioridades” que ha identificado y que la compañía debe abordar con todo su empeño si pretende alcanzar la posición de campeón nacional. Los dos pares de conceptos comienzan por la letra T y son Tracción, Transformación, Talento y Tecnología.

Sumar capacidades para conformar al campeón nacional
El actual hombre fuerte de Indra ha podido evidenciar que Indra dispone de capacidades sobradas para liderar y ejercer un efecto tractor de contratista principal sobre el ecosistema tecnológico de defensa español. Entiende que “lo podemos lograr desde una perspectiva de proyecto-país y con una posición colaborativa con toda la cadena de valor”.
En sus visitas a los distintos centros de la compañía y en sus reuniones con los altos responsables de las diferentes áreas de negocio y altos cargos de los Ministerios de Defensa e Industria, ha constatado que Indra forma parte de un importante número de proyectos y programas nacionales y de terceros países. Un ejemplo es que el Fondo Europeo de Defensa de la UE acaba de conceder a la multinacional el liderazgo de dos proyectos de I+D+i y su participación en otros 12, que suman una financiación de 500 millones de euros y cubren todas las áreas tecnológicas clave de la compañía.
De los Mozos afirma que su empresa está en condiciones y “debe” liderar el proceso de suma de capacidades para conformar un campeón nacional. En su opinión, se puede lograr a través de diferentes mecanismos y “no solo a través de la compra”. “También mediante acuerdos tecnológicos con terceras empresas para, con posterioridad, dar el paso al entorno internacional”, ha planteado.

Desde su conocimiento, “la punta de lanza de la compañía debe apuntar a Europa”, hacia donde deben encaminarse las principales acciones de la compañía en el plano exterior. Pero sin olvidar el mercado norteamericano, al que considera “la preciada ambición a desarrollar a través de adquisiciones”. El primer paso fue la adquisición a finales de 2022 del componente de tráfico aéreo de Selex ES, la rama de electrónica de la filial norteamericana del grupo italiano Leonardo, que Indra ha renombrado Indra Air Traffic.
Una segunda prioridad que se ha propuesto acometer es la transformación del modelo de compañía, medida que considera “imprescindible”. Lo pretende hacer realidad mediante dos palancas. Una es reconfigurar el organigrama de la sociedad, al objeto de poder ejercer el papel de primer actor del ecosistema de defensa español. La otra palanca consiste en “simplificar las operaciones internas”, con la intención de “dar respuesta a nuestros clientes de una forma más ágil en calidad, coste y plazos”, resalta De los Mozos.
Para llevar a buen puerto la necesaria transformación, es consciente que debe rodearse de talento, ya sea nacional o de más allá de las fronteras hispanas. En ese sentido, quiere implementar iniciativas capaces “de atraer y retener a los mejores profesionales”, a la vez que crear “un entorno laboral diferencial que les haga sentirse orgullosos de la compañía en la que trabajan”.

Plan Estratégico con visión hasta 2030
Una compañía como Indra no puede dejar de lado la tecnología, que es la base sobre la que se sustenta. A los accionistas les ha recordado que la sociedad “tiene productos y servicios que son referentes en el mundo”. Sabedor que la tecnología avanza cada vez más rápido, ha puesto el dedo en la llaga al reconocer que, “en los últimos años, no hemos sabido mantener ese ritmo”. En consecuencia, ha recalcado que “debemos invertir más en tecnología de una forma sostenible”.
Su intervención ante la Junta de Accionistas del 30 de junio la remató con el anuncio de que iba a poner en marcha “una serie de acciones concretas”, de las que ha anticipado cuatro y alguna incluso ya ha hecho realidad. Ha dado vida a un Comité de Dirección estructurado en torno a diferentes áreas de negocio, con responsabilidad end-to-end, es decir, de principio a fin sobre la cuenta de resultados.

Son veteranos directivos de Indra junto a nuevos fichajes. Uno es Pedro Fuster, hasta hace unos días subdirector general de Inspección, Regulación y Estrategia Industrial de Defensa, que acumula más de 15 años de experiencia en el departamento. Otro es Miguel Ángel Morell, que era el director general de TESS Defence, el consorcio que desarrolla el Vehículo de Combate de Ruedas 8x8 del Ejército.
Una segunda medida es suscribir de inmediato los primeros acuerdos con compañías del sector, con la vista puesta en contribuir a redefinir el panorama actual del tejido industrial nacional de la defensa. La tercera es activar lo que ha denominado Proyecto Indra 4.0, cuyo objetivo es “reposicionar” a Indra como la compañía digital de referencia en todos los procesos operativos y de negocio de la empresa.

Con el amplio bagaje en logística y planificación que acumula como ex alto directivo del grupo automovilístico Renault y bajo su batuta, De los Mozos ha comenzado a esbozar las líneas maestras de la hoja de ruta de la multinacional en su evolución hacia el futuro.
El actual Plan Estratégico de Indra culmina el presente año y el nuevo consejero delegado va a liderar su cuarto pilar: la definición y puesta en marcha de un nuevo Plan Estratégico para el trienio 2024-2026 “pero con visión hasta el año 2030”. Contendrá el escalonamiento de las inversiones para “capturar capacidades externas que aporten respuestas a las necesidades de nuestros clientes”. Es en lo que confían sus 57.000 empleados y también los accionistas, que anhelan extender aún más el volumen económico de las actividades comerciales de Indra en los cinco continentes.