Estados Unidos bombeará un sinnúmero de barriles de petróleo para paliar la decisión de la OPEP+
La pericia de la OPEP+ de limitar la producción de barriles de petróleo fue una decisión que no gustó en la Casa Blanca, lo que subraya cuán gravemente se ha deteriorado la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí, quien dijo que los recortes eran un intento de aliviar la volatilidad del mercado, y subrayó que las relaciones con EE. UU. deben basarse en la confianza. Referencia ante la que tanto el presidente Joe Biden, como el secretario de estado Antony Blinken, en sus declaraciones advirtieron al reino saudí que dichas acciones tendrían consecuencias.
El contratiempo marcadamente público refleja la creciente inquietud dentro de la Casa Blanca ahora que tiene poco que mostrar por el acercamiento de Biden a los saudíes, que se vio obligado a hacer cuando los costes del carburante se dispararon durante el verano, a pesar de su promesa de campaña de tratar al príncipe heredero Mohamed bin Salman como un “paria”.
Un funcionario del Golfo dijo que hay una verdadera sensación de agravio de que EE. UU. no ayudó a Arabia Saudí durante los espacios de precios bajos del petróleo, pero está demandando su ayuda ahora que quiere impedir que los precios suban antes de las elecciones de mitad de período en EE. UU. del próximo mes y en medio de la disputa para despojar al presidente ruso, Vladimir Putin, de los ingresos de los hidrocarburos.
Los norteamericanos por su parte explicaron que buscan, con esta decisión, tratar de lograr el equilibrio en los mercados y evitar que los precios del petróleo suban. El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó que Estados Unidos ha proporcionado un estudio que muestra que no existe una base de mercado para el recorte de la producción de petróleo.
Arabia Saudí indicó que la decisión de sujetar la producción de petróleo fue “tomada por unanimidad de los países de la OPEP+”, para inspeccionar las condiciones de los mercados petroleros. Manifestó que “la decisión se dio dentro de estas consideraciones, como parte de los esfuerzos para apoyar la estabilidad y seguridad energética”. Subrayó que la decisión logra los intereses de productores y consumidores, y suscita el desarrollo financiero y el desarrollo en el mundo.
Kori Schake, directora de estudios de Política Exterior y de Defensa en el American Enterprise Institute, sobre la posición de Estados Unidos dijo que, “una vez más han personalizado el problema, lo que conducirá a otra escalada humillante cuando necesiten algo de Arabia Saudí”. Además, añadió que “habrían sido más inteligentes si hubieran señalado que Arabia Saudí con frecuencia rechaza las solicitudes de Estados Unidos para usar el petróleo como una herramienta política, cuando la economía saudí depende totalmente de él y tiene un interés primordial en la estabilidad de precios”.
Por parte de Estados Unidos, Scott Modell director gerente de Rapidan Energy Group explicó que, por muy insatisfechos que estén los saudíes con los retrasos en la entrega de armas estadounidenses o la asistencia debido a la guerra en Ucrania, “tienen que sonreír y soportarlo” porque no hay sustituto para Estados Unidos en lo que respecta a la defensa y la seguridad, dijo. Por ahora, por parte de la Administración Biden solo se habla de castigar a Arabia Saudí más que facilitar un acercamiento.
Hasta el momento el plan elaborado por los Estados Unidos para intervenir en la producción de petróleo tiene nombre y se llama NOPEC. Dentro de su legislación existe una posibilidad por la cual se le permitiría a EE. UU. demandar a los productores de la OPEP por manipular el mercado energético. La Administración Biden ya planea vender al menos 165 millones de barriles de crudo hasta noviembre de las reservas estadounidenses para combatir el aumento de los precios. Biden podría ordenar más lanzamientos de petróleo e intentar reducir aún más el precio del petróleo.
En contraposición, el Ejército saudí está compuesto en un 75% por equipos estadounidenses, incluidos sistemas de alta gama como aviones de combate, dijo Bruce Riedel, miembro principal de la Institución Brookings y director del Proyecto de Inteligencia Brookings. Ese equipo depende del apoyo de los contratistas estadounidenses y de las piezas de repuesto, lo que ofrece un punto obvio de influencia para Washington, que veremos hasta dónde es capaz de influir en futuras decisiones de la OPEP+.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.
