A pesar de los altos precios del petróleo, muchos países del Golfo están siguiendo estrategias fiscalmente estrictas

Gastar o ahorrar: ¿cómo se acerca el Golfo a 2022?

photo_camera PHOTO/REUTERS - Torre del Centro del Reino en Riad, Arabia Saudí

A medida que los precios del petróleo alcanzan máximos de 7,5 años, varios países de Oriente Medio han presentado medidas fiscales diseñadas para equilibrar sus presupuestos después de dos años de gastos relacionados con la pandemia.

Arabia Saudí, la economía más grande del Golfo, anunció a mediados de diciembre que esperaba registrar su primer superávit presupuestario en ocho años en 2022.

El Gobierno ha estimado que logrará un superávit de 90.000 millones de riales saudíes (24.000 millones de dólares) este año, equivalente al 2,5% del PIB. Esto se produce después de que el Reino registrara un déficit del 2,7% del PIB el año pasado, que siguió a un déficit del 11,2% en 2020, ya que la COVID-19 pesó mucho en la economía.

Con los precios del petróleo actualmente por encima de los 100 dólares por barril, niveles que no se veían desde 2014, el cambio anticipado será impulsado tanto por un aumento en los ingresos como por una reducción en el gasto.

Se prevé que los ingresos aumenten alrededor del 12%, a 1,05 billones de riales saudíes (266.700 millones de dólares). 

A pesar de este aumento en los ingresos, se prevé que el gasto del Gobierno saudí caiga un 6%.

Mohamed al-Jadaan, ministro de Finanzas, dijo a los medios locales que el superávit se usaría para reforzar las reservas gubernamentales afectadas por la pandemia, apoyar los fondos de desarrollo nacional, fortalecer los proyectos económicos y sociales estratégicos y pagar parcialmente la deuda.

En términos de esto último, el Gobierno pronosticó que la deuda pública disminuiría de 29,2 a 25,9% del PIB este año, mientras que se espera que la economía crezca un 7,4% en 2022, frente a la expansión del 2,9% de 2021.

Puerto de Jebel Ali, operado por el operador portuario gigante con sede en Dubai, DP World, en las afueras del sur del emirato del golfo de Dubái, el 18 de junio de 2020
Bahréin busca equilibrar el presupuesto

Este plan puede compararse con la estrategia de racionalización fiscal del vecino Bahréin, que a finales del año pasado publicó un plan diseñado para equilibrar el presupuesto para 2024. 

Además de duplicar el impuesto al valor agregado (IVA) al 10%, el plan incluye una reducción del gasto, una racionalización de los subsidios en efectivo a los ciudadanos y la introducción de nuevas iniciativas de ingresos.

Aunque Bahréin anteriormente tenía como objetivo equilibrar el presupuesto para 2022, revisó este objetivo como resultado de la interrupción económica creada por la pandemia. 

“Si bien la pandemia de COVID-19 resultó en la prolongación de los objetivos de equilibrio fiscal más allá de 2022, la disciplina del Gobierno en la reducción del gasto genera expectativas de que reducirá la brecha del déficit fiscal y logrará un equilibrio fiscal en los próximos años”, señaló Yaser Alsharifi, jefe de estrategia del Banco Nacional de Bahréin, a OBG en enero.

“Además, en medio de la tendencia de recuperación económica en 2021 y un entorno de precios del petróleo más altos, se podría esperar un desempeño económico sólido en 2022, lo que respaldará aún más la situación fiscal del Gobierno”.

Vista general del banco SABB en Riad, Arabia Saudí
Emiratos Árabes Unidos introduce el impuesto de sociedades

En otras partes de la región, varios países están buscando diferentes estrategias para mejorar sus respectivas situaciones fiscales.

A fines de enero, los EAU anunciaron que introducirían un impuesto sobre las ganancias corporativas. El impuesto del 9%, que se aplica a las ganancias superiores a 375.000 dirhams (102.000 dólares), entrará en vigor en julio del próximo año, ya que el país busca alinearse con las normas fiscales internacionales.

El impuesto también ayudará a diversificar los ingresos presupuestarios de los EAU y reducir aún más su dependencia de los hidrocarburos.

La introducción del impuesto corporativo es la última de una serie de medidas fiscales del Gobierno federal. En 2018, el país implementó un IVA del 5%, al que siguió un arancel aduanero del 5% sobre las importaciones.

A pesar de la introducción prevista del impuesto de sociedades, el país sigue siendo un destino empresarial competitivo. Las empresas que operan en zonas francas están exentas del impuesto y no existe impuesto personal.

La introducción o aumento de impuestos es un enfoque que varios países del Golfo han empleado en los últimos años.

Arabia Saudí aumentó su IVA al 15% en 2020, mientras que en abril del año pasado Omán introdujo su propio IVA del 5%. 

Qatar y Kuwait son los dos únicos miembros del Consejo de Cooperación del Golfo que aún no han introducido el IVA tras la firma del Acuerdo Común sobre el IVA en 2016. 

La empresa y sus filiales son una importante fuente de dinero en efectivo para la economía del emirato
Financiando la transformación

Estos esfuerzos para mejorar su situación fiscal se producen cuando los países del Golfo buscan recuperarse de la pandemia y reducir su dependencia de los hidrocarburos.

Durante varios años, los Gobiernos de la región han buscado diversificar sus respectivas economías invirtiendo fuertemente en industrias no petroleras y energías renovables.

Dado que la pandemia resultó en un gasto público masivo para abordar las consecuencias económicas y de salud resultantes, había preocupaciones sobre cómo esto afectaría los planes de desarrollo económico a largo plazo.

Aunque el estímulo inicial dio como resultado que gran parte del gasto se dirigiera hacia el sector de la atención médica y la asistencia financiera para los ciudadanos, los países del Golfo siguen comprometidos en general con sus estrategias de transformación, y algunos incluso buscan acelerarlas.

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