Irán reactiva sus planes de producción de hidrocarburos a través de reservas abandonadas

La República Islámica ha iniciado su plan para aprovechar sus reservas, explotar su producción y diversificar su economía, pese a los desafíos y limitaciones
Bandera iraní con un gráfico de la Bolsa y un modelo en miniatura de un gato de bomba de petróleo - REUTERS/DADO RUVIC
Bandera iraní con un gráfico de la Bolsa y un modelo en miniatura de un gato de bomba de petróleo - REUTERS/DADO RUVIC

Irán alberga importantes reservas de hidrocarburos, aunque no dispone del desarrollo en sus instalaciones, infraestructuras, ingresos e inversiones para capacitar su producción. 

Esto, en conjunto con la aplicación de las sanciones internacionales, impide al país ubicarse en el mercado global de petróleo y energético y desarrollar sus industrias de acuerdo con sus reservas. Para dar respuesta a esta cuestión, Irán ha dado comienzo a la perforación y exploración del mar Caspio, epicentro euroasiático para el acceso a recursos minerales energéticos de gas y petróleo y fundamental por su conectividad. 

Este plan ha sido retomado por el ministro de Petróleo iraní, Mohsen Paknejad, quién comunicó la reanudación de este proyecto que había permanecido pausado desde 1997. 

La intención final de esta estrategia es fortificar la posición del país persa en especial en respuesta al desarrollo de la explotación de los países que circundan el mar como son Kazajistán, Turkmenistán y Azerbaiyán. 

PHOTO/PIXABAY
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Las ambiciones de Teherán pueden verse frustradas por sus inestabilidades internas y externas, especialmente cuando el país afronta una crisis en sus infraestructuras industriales causadas por las sanciones internacionales que afectan al sistema económico estatal. El éxito de las exploraciones en el mar Caspio impulsaría las capacidades de producción y sería una propuesta central para aumentar la producción nacional, promedio de unos 3,6 millones de barriles diarios y que se acerca a la meta de 4 millones prevista a principios del año 2024. Sin embargo, no hay existencia de una estructura clara trazada para lograr este objetivo. 

Como tercer mayor productor de petróleo en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con Arabia Saudí e Irak liderando el podio, para Irán la creación de ganancias aplacaría el déficit presupuestario que azota a la nación desde finales de marzo. 

Asimismo, pese a las presiones que ejercen las sanciones en el Estado, la producción petrolera iraní se mantiene en incremento y alcanzó los 3,3 millones de barriles diarios, un hito tras el punto máximo de hace cinco años. Por otro lado, cabe destacar que las exportaciones tienen como principal destinatario a China. 

Sede de la OPEP en Viena, Austria, el 3 de junio de 2023 - REUTERS/LEONHARD FOEGER
Sede de la OPEP en Viena, Austria, el 3 de junio de 2023 - REUTERS/LEONHARD FOEGER

Aparte de los obstáculos que generan las sanciones y la falta de financiación, la elevación de las cuotas para la OPEP+, el grupo de miembros expandido creado en 2016 para mayor poder sobre el mercado global del petróleo se incluye como una preocupación añadida. 

Pese a los proyectos dirigidos para dinamizar la economía, las sanciones de Occidente, la falta de fondos y los dilemas de liquidez siguen siendo dificultades patentes. Para ello, en marzo del año 2023 Irán invirtió hasta 13.000 millones de dólares en empresas nacionales para explotar los campos petrolíferos, donde se visibiliza la evolución de los campos de Azadigan y de Azar, que limitan y son compartidos con territorio de Irak. 

El país de Oriente Próximo y Asia Occidental ya actúa como potencia regional y el incremento de su trascendencia internacional para muchos significaría una amenaza para la seguridad internacional a raíz de la desconfianza que genera su programa nuclear y sus ambiciones geopolíticas. 

Igualmente, la región del golfo Pérsico es inherentemente una zona con un papel geopolítico clave por su ubicación geográfica y por albergar un cincuenta por ciento de las reservas mundiales de petróleo, que la hace un área con un papel estratégico en el comercio mundial de hidrocarburos. De este modo, las dinámicas políticas de los países que bordean el gran golfo marino en una ruta tan estratégica y de alta conflictividad son esenciales para la geopolítica global y por la extensión de influencia que ejercen sobre el resto de las regiones. 

La exploración sobre los yacimientos y riquezas de la cuenca del mar Caspio son una oportunidad para la República Islámica, pero también puede reactivar las tensiones por los territorios del Caspio, un asunto todavía sin resolver y que aún requiere de un marco de concordancia entre los actores involucrados de Europa y Asia.