José Ignacio Pino de la Chica: “Marruecos puede ayudar mucho a la empresa española a entrar en África Occidental”

El Consejo Económico Marruecos-España (CEMAES), creado por iniciativa de las confederaciones empresariales española y marroquí, reúne a empresarios y organizaciones económicas de ambos países que desean desarrollar una zona económica común. 

El representante de este organismo en la edición de 2025 de la feria IMEX Madrid fue José Ignacio Pino de la Chica, su covicepresidente, además de representante del banco marroquí Attijariwafa Bank en España. 

Desde el Consejo Económico Marruecos España, CEMAES, ¿qué expectativas tienen en esta edición del IMEX Madrid, que además cuenta con Marruecos como invitado de honor? 

Efectivamente, Marruecos es el invitado de honor en esta edición. Para CEMAES siempre es un placer el poder estar en el IMEX Madrid, acompañando a nuestros amigos de las diferentes instituciones y organizaciones, como es la Cámara de Comercio de España en Tánger o el Centro Regional de Inversiones de Tánger-Tetuán-Alhucemas. Estamos buscando dar ese impulso, una vez más, a las relaciones entre España y Marruecos, que son buenas, pero que pueden ser mejores. Este foro es un sitio fantástico para poder continuar e influir para que las empresas españolas se animen a desarrollar sus negocios, en este caso, en el norte de Marruecos.  

¿Qué papel desempeña CEMAES desde su creación en 2013 para fomentar las relaciones comerciales entre Marruecos y España?  

CEMAES surge bajo los parabienes de las dos monarquías reales y tenemos el apoyo también de las dos confederaciones de empresarios: CEOE y CGEM. Al final, lo que busca CEMAES es generar ese lobby, que lo hacen muy bien otros países como Francia, y que en España nos falta un poco. Lo que queremos es aunar a todas las organizaciones y asociaciones, ponernos de acuerdo y defender a la empresa española en Marruecos, en sus licitaciones, en sus proyectos, en sus negocios… Y lo mismo para la empresa marroquí, que empieza también a llegar a España. CEMAES quiere ser ese lobby. 

Marruecos es un socio comercial fundamental para España, como están demostrando las cifras de implantación de empresas españolas en el territorio marroquí. ¿Cómo influye esta etapa de excelentes relaciones diplomáticas entre los dos países a la hora de hacer negocios?  

Evidentemente, influye. Desde que nuestro país dio un giro a su política con respecto a Marruecos y ciertos temas sensibles de Marruecos, España se alineó con ellos, y, evidentemente, las cosas han cambiado. Desde el punto de vista diplomático, las relaciones son excelentes y eso ayuda a que las relaciones económico-comerciales también estén pegando ese impulso y nos estemos llevando esa cuota, además de licitaciones importantes en Marruecos que se están adjudicando a empresas españolas. ¿Y todo esto por qué? Porque hay una relación a nivel político buena que ayuda a que luego aterrice en la parte comercial.  

En una entrevista que le realizamos al presidente de CEMAES hace unos meses en un Doing Business en Barcelona, comentaba que más allá de las relevantes cifras de intercambios económicos entre España y Marruecos, hace falta dar un paso más, tener intereses comunes, aumentar las inversiones en Marruecos con garantías como la Carta de Inversiones, las ventajas fiscales y la privilegiada posición geoestratégica de Marruecos como puerta de comunicación entre Europa y África. ¿Es posible dar este salto?  

Totalmente. Creo que España lo está haciendo muy bien desde el punto de vista comercial, hablan ya de 24.000 millones de intercambios. Son cifras bárbaras. A Francia lo miramos por el espejo retrovisor en temas de comercio; en temas de inversión, no. Nos falta muchísimo por hacer, se calcula siempre que hay en torno a unas 800.000 empresas que están haciendo negocios, proyectos de empresas españolas en Marruecos, pero para mí el IBEX 35 no está presente en Marruecos. Y es ese el paso que nos falta. Creo que estamos en el buen momento y yo sigo insistiendo mucho: Marruecos es África. España tiene que empezar a mirar que África está al lado y que hay muchas oportunidades para colaborar con países africanos en su desarrollo. Marruecos, que es buen conocedor sobre todo del África Occidental, puede ayudar mucho a la empresa española a entrar con ellos para hacer buenos negocios o proyectos en esa zona. 

Y dentro de Marruecos, la región norte, a 14 kilómetros de la costa española, con un 80 % de población que habla español, con ventajas fiscales y facilidades para el establecimiento de empresas… ¿se convierte en la puerta de entrada ideal? 

Sin duda. Tánger lo tiene todo. Además, es una región que ha mejorado mucho desde todos los puntos de vista: logísticos, infraestructura... Personalmente, Tánger me encanta. Es una ciudad en la que te sientes como en casa, a solo 14 kilómetros de Algeciras, y que lo tiene todo para que una empresa española se pueda instalar allí, incluido el idioma y eso une mucho. Lo que ocurre en Tánger se puede replicar en Casablanca o en Agadir, y seguro que te puede ir muy bien, pero es verdad que allí es más difícil encontrar gente que hable español. Y esta es la diferencia básica entre instalarte en el norte de Marruecos o instalarte en otras partes del país. 

Y, por último, usted, además de representante de CEMAES, es el representante en España del banco Attijariwafa en España. ¿Qué papel desempeña este banco como conexión entre las empresas españolas y Marruecos?  

Me incorporé recientemente al banco Attijariwafa porque creo mucho en los mercados africanos y en el mercado marroquí. Creo que la empresa española tiene que ir hacia África, a Marruecos, y nuestro banco lo que quiere es acompañarlos. Somos un banco panafricano, estamos en 16 países africanos, y esto para una empresa española, a la que le puedes dar un servicio local para ayudarle en la financiación en local, en sus necesidades en local… es un plus que no te da ahora mismo ningún otro banco. Nuestro papel fundamental, mi papel, es el acompañamiento a la empresa española que quiera realizar proyectos tanto en Marruecos, que es más fácil porque nos conocemos, como en otros países africanos.