Marruecos alega obstáculos económicos para el retraso en la liberalización del dírham

El Fondo Monetario Internacional (FMI) presiona a Rabat para la liberalización del dírham marroquí. La iniciativa impulsada en 2018 por el Banco Central de Marruecos comenzó a implementar un programa que garantizó la liberalización del dírham, aunque, eso sí, de forma paulatina. Los primeros cambios sirvieron para cambiar la fluctuación de la moneda desde el 0,3% de hace cuatro años hasta el 2,5% hacia arriba y abajo. Ahora, el FMI pide un nuevo paso adelante por parte de Marruecos, usando como excusa el exponencial aumento de la inflación a lo largo de este año.
No obstante, Rabat no parece tener prisa en llevar a cabo este proceso. Abdellatif Al-Jawahiri, gobernador del Banco Central marroquí, cree que “el precio del dirham no es exagerado, y está en línea con la situación económica del país”. Eso no quiere decir que el reino alauí no piense en llevar a cabo esta liberalización. De hecho, el propio Al-Jawari ha asegurado que se podrían tomar más medidas, pero piden al Fondo que deje de hacer presión en ese aspecto. Pide también precaución ya que “el tipo de cambio o la tasa de interés nos podría meter en problemas”.

El gobernador del Banco Central de Marruecos ha explicado algunos de los motivos que generan inquietud en el Reino y por el que esta liberalización, aunque se pueda hacer, ha de llevarse a cabo con precaución. Uno de ellos es la distribución de empresas en Marruecos. El 90% son pequeñas empresas y el 9% medianas, por lo que, según explica, el país podría “no estar preparado para mover el tipo de cambio o aumentar la tasa de interés a un ritmo acelerado”. Es por ello por lo que Rabat aún cree que “no es el momento adecuado”, sobre todo por la situación de crisis que atraviesa el mundo.
Es precisamente esta crisis la que preocupa a Marruecos y por la que no están convencidos de liberalizar el cambio de forma inmediata. “Nuestro principal objetivo es que la crisis actual pase, ya que recalcamos que no deben mirar las cosas solo desde la perspectiva de las grandes economías, ya que cada mercado tiene su particularidad”, decía Al-Jawahiri. También se debe tener en cuenta que, cuando se hizo el cambio al 2,5% de liberalización del dírham, el Ministerio de Economía y Finanzas del reino lo defendió como una medida que pretendía “fortalecer la inmunidad de la economía local frente a choques externos, apoyar su competitividad y contribuir al nivel de crecimiento”.
El tema de la liberalización del dírham no es el único que planea sobre la economía marroquí. La subida de las tasas de interés es otro de los asuntos que se pretenden abordar en los próximos días pero que, ante esta situación volátil, no se pueden dar por sentadas. Al-Jawahiri asegura que la decisión acerca de esta subida no está tomada y que llevar a cabo acciones proactivas en un momento como el que se atraviesa actualmente es muy complicado para cualquier economía.
La inflación es una de las amenazas que más preocupa, no sólo en Rabat, sino en todo el mundo. Marruecos ha visto como en tan sólo un año la inflación se ha disparado, y los datos al cierre del pasado agosto la elevan hasta el 8% anual, el dato más alto desde 1992. Esta cifra cobra aún más importancia cuando se tiene en cuenta que durante los primeros ocho meses de este año, el porcentaje se había quedado por debajo del 6%, dejando ver la forma en que se ha disparado la inflación durante agosto, y la dificultad que ataña tomar decisiones tan importantes como la liberalización de la moneda, incluso teniendo detrás la presión constante del FMI.