Marruecos diversifica sus fuentes de suministro de trigo y amplía su círculo a 25 países
Las consecuencias del conflicto ruso-ucraniano están empezando a evidenciarse. El control de Rusia sobre algunos productos básicos como los hidrocarburos y el trigo está provocando que las naciones busquen otras series de alternativas por temor a sufrir una falta de suministros y una crisis alimentaria. Es el caso de Marruecos que, al evidenciar la reciente escasez mundial de cereales, ha tenido que revisar sus fuentes de suministro.
El Gobierno marroquí se ha mostrado bastante preocupado por la situación actual y ya ha empezado a tomar cartas en el asunto. Tras una respuesta en el Parlamento al grupo Movimiento Popular (MP), el Ministerio de Agricultura, Pesca, Desarrollo Rural y Agua y Silvicultura ha anunciado una nueva estrategia para salvar al país de esta posible crisis.
Según el departamento, Marruecos ha adoptado por empezar a diversificar sus fuentes de suministro. El Reino prevé que esta decisión evita las consecuencias de la guerra en Ucrania, que ya se están empezado a notar y pueden afectar al mercado interior del país. Con esta idea, la nación magrebí pretende obtener cereales de 25 países de Europa, América y de Asia para poder abastecerse. Esta idea fue aplicada durante la temporada agrícola anterior y se obtuvieron buenos datos, por lo que puede considerarse una buena solución.
El Ministerio de Agricultura considera que se trata de un plan que solo va a traer consecuencias beneficiosas al país. Según los datos y siguiendo la estela actual de la situación de los principales países importadores (revisando sus condiciones climáticas y factores geopolíticos), Marruecos ha podido importar cereales de 15 países.
Esto además muestra que el Reino ha decidido tomar la sabia decisión de dejar de depender de Europa y América del Norte como principales vendedores de cereales. El Ministerio revela que, hasta finales de febrero de este año, se ha tomado en consideración la importación de cereales de otras zonas. Hasta ese periodo, el trigo ha venido de países como Brasil o Argentina que, en su totalidad, han representado el 41% de las importaciones de cereales.
De esta manera, el Ejecutivo parece confirmar que esta nueva estrategia va a ser la clave para evitar un desastre mayor. Gracias a estas decisiones previamente tomadas, el Ministerio afirma que Marruecos se ha podido blindar de las repercusiones del conflicto en Ucrania y la falta de recursos ha sido mucho más leve que en países que sí dependen totalmente de los productos de Rusia y Ucrania.
Las consecuencias de las decisiones y los bloqueos de productos por parte del presidente ruso Vladímir Putin han dejado entrever la fragilidad de los países africanos. Muchos expertos señalan que el Magreb se va a ver especialmente afectado por el bloqueo de exportaciones de cereales.
En muchos de estos territorios, existe un elevado riesgo de hambruna que cada vez es mayor y muchos países no pueden permitirse el elevado precio por la competencia actual. La Unión Africana ha hablado al respecto de esta situación y según las palabras del presidente Macky Sall, Putin abrirá pronto la veda y África recibirá granos.
Parece ser que esto ha sido confirmado tras una reunión del mandatario ruso con su homólogo senegalés. Estos se han reunido en Sochi, donde uno de los temas que más se discutieron fue la liberación de los alimentos. A pesar de los intentos de mostrar el impacto económico y social de la crisis alimentaria que se está produciendo, Putin asegura que la escasez mundial no es culpa de Rusia. Según este, su país no es el que bloquea la exportación de trigo y hace alusión a un complot de desprestigio contra su nación y el pueblo ruso.
Este afirmó que Ucrania ha instalado minas enfrente de sus puertos y por eso los barcos cargados de material no pueden salir por el mar Negro. Putin señala que a menos que levanten las bombas, las exportaciones estarán frenadas. Pero la realidad es que el Ejército ruso sí está bloqueando los puertos ucranianos y a pesar de las promesas del presidente ruso, los principales gobernantes del país invadido aseguran no confiar en la palabra de Moscú y temen represalias contra los barcos que partan desde el mar Negro.
