Según el último informe del Banco Mundial (BM), la inflación del IPC (Índice de Precios al Consumidor) de alimentos en Marruecos es la segunda más baja de todos los países el norte de África.
El informe del BM indicó que solo Túnez, con una subida de la inflación del 9,9% sobre el IPC alimentario en junio del 2022, superó (eso sí, a la baja) la inflación marroquí sobre los mismos activos, que llegó a crecer un 10,6% en el mismo mes.

Datos que tienen mucho valor, ya que en “países de ingresos bajos y medios” las personas gastan gran parte de sus ingresos en alimentos, por lo que su población se ve más afectada por esta subida. Efectos que para su población, tanto Túnez como Marruecos (considerados países de bajos ingresos), han conseguido aliviar.
Al comparar a Marruecos con otros países del norte de África, el informe del Banco Mundial reflejó subidas de record, como la de Egipto, que en junio de este año ha registrado un aumento del 22,4% en el IPC de los alimentos.
Desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, el IPC sobre los alimentos ha ido aumentando en el Reino: en febrero este subió un 5,5% para llegar hasta el 9,1% en marzo, se mantuvo en 9,1% en abril e incluso en mayo, cayó hasta el 8,4%.

Aún no hay registros del BM de este mes de julio, pero, según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la inflación alimentaria en Marruecos se redujo hasta el 8,6%.
A pesar de no ser oficial, esta caída sí está dentro del radar del BM, quien afirma que una de sus principales causas es la gran reducción que los precios del aceite vegetal (19,2%) y el cereal (11,5%) sufrieron en Marruecos. También los lácteos (2,5%), la carne (3,8%) y el azúcar (0,5%) redujeron sus precios este mes de julio, aunque no en un porcentaje tan alto.