El mensaje del rey Mohamed VI en la Ibrahim Governance Weekend 2025 que puede transformar millones de vidas en África

El discurso del monarca de Marruecos es vital para el futuro económico, comercial y financiero del continente africano
El rey Mohamed VI de Marruecos - PHOTO/MAP
El rey Mohamed VI de Marruecos - PHOTO/MAP

El rey de Marruecos, Mohamed VI, ha emitido un trascendental discurso con motivo de la Ibrahim Governance Weekend 2025, organizada en Marrakech entre el 1 y el 3 de junio por la Fundación Mo Ibrahim y que busca abordar el asunto de la financiación del desarrollo de África, en presencia de destacadas personalidades del mundo de la política, la economía y la sociedad civil.

El mensaje lanzado por el monarca alauí en el Foro Ibrahim Governance Weekend de este año es vital para el futuro de África por su enfoque estratégico de cara al porvenir del continente africano porque redefine el equilibrio de poder establecido y está enfocado en liberar a África de la pesada losa financiera que pesa sobre el continente. 

El rey de Marruecos ha instado a que haya una financiación para África adaptada a sus necesidades. “África no podrá desarrollarse sin una financiación adaptada a sus necesidades”, ha indicado el monarca marroquí. “No hay duda de que, sin una financiación suficiente y adaptada a sus necesidades específicas, África no podrá llevar a cabo sus reformas y proyectos de desarrollo”, ha explicado el monarca marroquí.

Una directriz que protege a un continente que es pobre y que no tiene unas relaciones comerciales al nivel de otros continentes, como Europa o Asia. La participación de África en el comercio mundial no supera el 3 %. De manera similar, el comercio intraafricano representa el 16 % del volumen total del comercio en el continente, en comparación con el 60 % en Europa y el 50 % en Asia. Por lo tanto, cifras muy dispares. 

Para el rey Mohamed VI, sin dinero no hay soberanía, y, sin soberanía, África seguirá sufriendo una gran dependencia, vulnerabilidad y fragmentación. 

El monarca también ha aludido a que África no puede depender constantemente de la asistencia y caridad exterior: “África ya no puede depender de la ayuda oficial al desarrollo”.

Se trata pues de una declaración de independencia económica para África, un cambio en el paradigma financiero.

“Nuestro continente debe transformar estos desafíos en oportunidades, capitalizar sus fortalezas, afirmar su visión de desarrollo propio y tomar el control total de su destino”, ha indicado el rey marroquí, quien ha resaltado que “la ayuda externa es lenta, condicional y a veces tóxica” y que “crea deuda, no riqueza”.

Marruecos plantea, a través del monarca alauí, movilizar recursos propios y acabar con la dependencia tóxica que existe respecto a la ayuda exterior. 

El mensaje Real se basa en cuatro pilares específicos:

  • Financiación propia con transferencias, mecanismos innovadores y una reforma macroeconómica.
  • Crear un clima propicio para la inversión a través de un buen gobierno, justicia y protección del inversor.
  • Impulsar el comercio intraafricano, mediante la activación del Área de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA), y superar así la barrera de que el comercio africano suponga solamente el 3 % del total global. 
  • Transformar los recursos africanos, pasando de la extracción al valor añadido local.

La doctrina expuesta se basa en buscar un mayor desarrollo de África basado en la autonomía financiera evitando depender de la ayuda exterior y movilizando recursos propios, creando además mecanismos financieros innovadores y maximizando las remesas de la diáspora. 

Cimentada también en la creación de instituciones sólidas, que son las que pueden permitir el desarrollo africano. Para el monarca alauí, “no hay desarrollo sin una gobernanza ejemplar”. Todo ello con transparencia total, lucha implacable contra la corrupción, protección de los inversores y un clima de negocios óptimo.

La integración africana es básica, según lo dispuesto por el rey marroquí. En este sentido, el Área de Libre Comercio Continental Africano supondrá un gran cambio. El AfCFTA es un acuerdo comercial que busca crear un mercado único continental de bienes y servicios, facilitando el comercio intraafricano y la integración económica del continente. Se trata de un área de 1.300 millones de consumidores, con un mercado único y cadenas de valor continentales. Un escenario que otorgaría a África una gran autonomía comercial y financiera.

De esta forma, es importante que África potencia su comercio interno como continente y no propicie una salida de materias primas en bruto hacia otros países. En otras palabras, debe aprovechar sus materias primas con una industria propia y aprovechar las materias primas y la producción local para potenciar su comercio dentro del propio continente. Una autonomía comercial y financiera que desembocaría en un continente fuerte capaz de competir económicamente con otras zonas del mundo. 

Hay que tener en cuenta que África tiene el 40 % de las reservas mundiales de materias primas y el 30 % de los minerales críticos. Esto supondría un escenario de poder para el continente africano si fuese capaz de gestionarlo de manera autónoma y sin depender de potencias extranjeras. 

Esta es la senda que sigue Marruecos y trata de dar ejemplo con ello al resto del continente africano. Las directrices del rey Mohamed VI desde su ascenso al trono en 1999 han sido claras durante todos estos años. El plan para seguir ha sido el de modernización e industrialización nacional en todos los sectores, promoviendo el desarrollo económico y comercial nacional y atrayendo las inversiones exteriores necesarias para potenciar el tejido económico y productivo propio a través de importantes beneficios y acciones estatales atractivas como reducciones fiscales importantes, agilización de trámites burocráticos e inyección de capital para promover esas inversiones exteriores. 

De esta forma, el discurso de Mohamed VI en el Foro Ibrahim Governance Weekend 2025 de Marrakech se basa en hechos reales y prácticos puestos en marcha por el propio país norteafricano. Desde su ascenso al trono, el rey Mohamed VI ha apoyado proyectos concretos e infraestructuras estratégicas como el Gasoducto Atlántico Nigeria-Marruecos, la Iniciativa Atlántica para los países del Sahel que busca facilitar el acceso al océano Atlántico a países sahelianos con pocos recursos para fomentar su desarrollo, la Ciudad Financiera de Casablanca o el Fondo de Inversión Mohamed VI.

Aunque no es sólo una cuestión de dinero, hay que reformar el sistema. “África está marginada en el desarrollo del sistema financiero mundial” y eso debe cambiar, según el monarca alauí, quien ha exigido una reforma de la arquitectura financiera internacional, el acceso equitativo al crédito, tarifas adaptadas a nuestras realidades y el fin de las tarifas excesivas en las transferencias de la diáspora.

“África exige respeto, no caridad”, como ha explicado el rey marroquí. 

“Creemos firmemente que financiar el desarrollo en África requiere una acción colectiva que combine la cooperación regional e internacional. El debate fundamental sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional debería adoptar un enfoque multilateral, que involucre plenamente a los países africanos, que con demasiada frecuencia quedan marginados en el proceso de elaboración de las reglas del sistema monetario y financiero mundial”, ha manifestado el rey Mohamed VI.

A continuación, se detalla el texto completo del mensaje del rey Mohamed VI de Marruecos, leído por el consejero de Su Majestad el Rey, el señor André Azoulay:

“Alabado sea Dios,

Que la paz y las bendiciones de Allah sean con el Profeta, su familia y sus compañeros.

El Sr. Mo Ibrahim, presidente de la Fundación,

Damas y caballeros,

Nos complace enviarle este mensaje con motivo de la edición 2025 de la “Ibrahim Governance Weekend”, que se celebra bajo Nuestro Alto Patrocinio en Marrakech, en presencia de una asamblea de ilustres personalidades del mundo de la política, la economía y la sociedad civil, que han venido a debatir el tema eminentemente importante de la financiación del desarrollo de África.

Este encuentro ofrece una oportunidad única para profundizar el debate en torno a un tema que sigue siendo relevante hoy en día, de modo que, en última instancia, sea posible trabajar colectivamente para dar forma al futuro de un África emergente, digna de las legítimas aspiraciones de nuestros pueblos.

Aprovechamos esta oportunidad para elogiar los constantes esfuerzos del Sr. Mo Ibrahim y su Fundación, que realizan una notable contribución al enriquecer los debates sobre el desarrollo de África y a la formulación de soluciones innovadoras para los principales desafíos presentes y futuros.

Damas y caballeros,

Nuestro continente está soportando el peso de las repercusiones de crisis internacionales multidimensionales, en particular el agravamiento de las disparidades y desigualdades entre países y regiones. Esta situación reduce la eficacia de las medidas adoptadas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 y, por tanto, afecta a la realización de nuestra visión de una África rica y próspera.

Sin embargo, estos desafíos cíclicos no deben de ninguna manera socavar nuestra voluntad común de seguir adelante. Mejor aún, nuestro continente debe transformarlas en oportunidades de desarrollo y crecimiento, valorizar sus activos, afirmar su visión de su propio desarrollo y tomar control total de su destino.

Pero no hay duda de que, sin una financiación suficiente y adaptada a sus necesidades específicas, África no podrá llevar a cabo sus reformas y proyectos de desarrollo. Además, la movilización de recursos, que sigue siendo un requisito previo para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo, constituye una condición esencial para la transformación estructural de las economías africanas.

En este sentido, deseamos destacar cuatro directrices para un desarrollo inclusivo y sostenible en África:

1-El cambio de paradigma en la financiación del desarrollo: nuestro continente está llamado a movilizar mayor sus recursos internos y a iniciar reformas estructurales para fortalecer el marco macroeconómico. También debe desarrollar mecanismos innovadores para financiar el desarrollo y beneficiarse eficazmente de las transferencias de la diáspora africana. De hecho, África no puede depender únicamente de la asistencia oficial para el desarrollo o de la financiación externa, que, por definición, generan deuda.

2-El establecimiento de un entorno institucional, económico y social propicio para el desarrollo: para fomentar la inversión, el espíritu empresarial y, por ende, la creación de empleo es esencial acelerar las reformas relativas, en particular, a la buena gobernanza, la mejora del clima de negocios, el fortalecimiento de la transparencia, la protección de los inversores, la lucha contra la corrupción y la moralización de la justicia.

3-Fortalecer y dinamizar el comercio intraafricano: la integración económica del continente ya no es una opción, sino una necesidad imperativa en un mundo globalizado donde la participación de África en el comercio mundial no supera el 3 %. De manera similar, el comercio intraafricano representa el 16% del volumen total del comercio en el continente, en comparación con el 60 % en Europa y el 50 % en Asia.

En este sentido, la puesta en marcha de la Zona de Libre Comercio Continental Africana representa una verdadera oportunidad para estimular el comercio entre los países africanos y convertirlo en un catalizador del crecimiento y el desarrollo sostenible del continente, promover la industrialización y fortalecer la flexibilidad de las economías africanas y su atractivo para la inversión.

4- Explotación plena de los recursos naturales del continente: con el 40 % de las reservas mundiales de materias primas y el 30 % de los minerales críticos, así como un potencial considerable en materia minera, energética, hídrica, agrícola y biológica, África ya no puede simplemente exportar sus materias primas.

Ha llegado el momento de que África aproveche plenamente su enorme riqueza, cree valor añadido y genere ingresos para financiar su desarrollo. Sin embargo, este objetivo sólo podrá alcanzarse mediante la inversión en la transformación y el desarrollo local de sus recursos naturales, la creación de cadenas regionales de valor que impulsen así la industrialización, la creación de empleo y la consolidación de la integración regional y subregional.

Damas y caballeros,

Marruecos se está consolidando como catalizador estratégico de las asociaciones Sur-Sur y desempeña así un papel de puente natural entre las distintas regiones del continente y los países del Sur. Esto le llevó a lanzar proyectos concretos y estructurantes que transformarán de forma sostenible el panorama económico y social del continente.

Esta dirección se está concretando a través de proyectos de alcance continental, como el Gasoducto Atlántico Africano (AAGP), que constituye un verdadero corredor de integración y desarrollo económico.

Es con este mismo espíritu y según un enfoque de solidaridad y codesarrollo que recientemente lanzamos la Iniciativa Atlántica para promover el acceso de los Estados del Sahel al océano Atlántico. El objetivo final es sentar las bases de un nuevo modelo de cooperación regional. También iniciamos el Proceso de Rabat en los países africanos atlánticos, para beneficio mutuo.

Además, la experiencia acumulada por Marruecos en sectores estratégicos como las energías renovables, la agricultura sostenible, los servicios financieros y las infraestructuras de transporte constituye un factor clave para el desarrollo de sinergias a escala continental.

Consciente de la importancia crucial de la financiación, Marruecos ha adoptado además un enfoque estratégico basado en el desarrollo de mecanismos financieros innovadores y en la movilización eficaz de los recursos nacionales.

En este sentido, el Fondo de Inversión Mohamed VI se ha consolidado como un auténtico catalizador financiero capaz de estimular la inversión privada, apoyar a las pymes, promover la innovación tecnológica e impulsar una dinámica de desarrollo sostenible. De igual modo, Casablanca Finance City ha logrado posicionarse como un importante centro financiero regional, canalizando considerables flujos financieros hacia nuestro continente.

Damas y caballeros,

El desarrollo no se puede decretar; se construye mediante políticas ambiciosas, inversión en capital humano y una gobernanza económica rigurosa.

Por lo tanto, es necesario aunar esfuerzos a nivel nacional, regional y mundial para llenar el déficit de financiación del desarrollo y, en consecuencia, contribuir al surgimiento del África que estamos pidiendo.

Sin embargo, hoy más que nunca, a medida que se acerca la fecha límite de 2030 del Programa de Desarrollo Sostenible, la cuestión de la financiación del desarrollo de África debe situarse en el centro de la agenda internacional.

La reducción de las elevadas tasas de interés impuestas a los países africanos en los mercados financieros internacionales, el acceso a financiación en condiciones favorables y a préstamos con bajo interés, el fortalecimiento de la capacidad de las instituciones financieras regionales para apoyar a las economías africanas, la mejora de la representación de África, en toda su diversidad, dentro del sistema financiero internacional, y la reducción de los impuestos a las remesas de la diáspora africana son todas demandas legítimas que deben atenderse.

En la misma línea, la celebración a finales de mes en Sevilla de la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo ofrece a los países africanos la oportunidad de continuar con este llamamiento a la búsqueda de soluciones urgentes.

Damas y caballeros,

Creemos firmemente que financiar el desarrollo en África requiere una acción colectiva que combine la cooperación regional e internacional. El debate fundamental sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional debería adoptar un enfoque multilateral, que involucre plenamente a los países africanos, que con demasiada frecuencia quedan marginados en el proceso de elaboración de las reglas del sistema monetario y financiero mundial.

Esta revisión esencial debe garantizar, más concretamente, el fortalecimiento de la representación legítima de África en las instancias internacionales, permitiendo así una auténtica apropiación por parte de los actores africanos de las cuestiones planteadas y de sus soluciones.

Para concluir, queremos destacar que financiar el desarrollo en África es un desafío importante que requiere soluciones innovadoras y de apoyo adaptadas a las realidades del continente.

El Reino de Marruecos, fiel a su visión constructiva de la cooperación Sur-Sur e impulsado por su compromiso inquebrantable con el crecimiento inclusivo y sostenible, en el mejor interés de los pueblos africanos, seguirá desempeñando resueltamente un papel clave en la movilización eficiente de recursos, el fortalecimiento de las asociaciones estratégicas y la promoción de mecanismos financieros eficientes y eficaces.

Os agradecemos vuestra atención e imploramos al Altísimo que corone con éxito vuestras obras.

Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh.”