Los comercios cierran para protestar por la devaluación de la libra

Revolución, devaluación y el negocio del dólar en el Líbano

photo_camera AFP/ ANWAR AMRO - Manifestación frente a la entrada de la Universidad Americana de Beirut, en la calle Bliss de la capital libanesa, el 29 de diciembre de 2020, contra la decisión de varias universidades de adoptar un nuevo tipo de cambio del dólar para fijar el precio de las matrículas

Una nueva oleada de virulentas manifestaciones sacude el Líbano de norte a sur, jornadas de multitudinarias protestas toman nuevamente las calles por una iracunda muchedumbre a razón de la sin fin paupérrima situación vivida en el país y el estrepitoso desplome iniciado la semana pasada de la moneda local marcando las 11.000 LBP respecto al baremo de referencia el dólar estadounidense y continuado durante toda la semana hasta alcanzar en los últimos días nuevo récord histórico en el mercado informal de 13.250 LBP al cambio por USD, cabe recordar que la tasa oficial se estableció la primavera pasada en 3.900 LBP. Lo que conlleva una hiperinflación, descontrol de precios y aún más dramático la inaccesibilidad a productos elementales por buena parte de la población. Este es el día a día de una sociedad en coma sumida en una profunda crisis económica sin precedentes en la historia de una nación conocida un día por su exitosa industria financiera.

El país está sumido en una crisis económica que ha provocado un aumento del desempleo y una espiral de precios, mientras que la moneda se ha desplomado hasta un nuevo mínimo con respecto al dólar en el mercado negro AFP/ JOSEPH EID
¿Cómo empezó todo?

Son diversas las variables que intervienen en el colapso económico y el agravamiento de la crisis financiera libanesa. Entre las causas externas, la principal acusada es el resentimiento de la economía regional afectada por la devaluación del precio del crudo en los últimos años, lo cual , frenó las ayudas financieras e inversiones de los países de la región sumados a la desconfianza de los mercados financieros internacionales de cara al inestable sistema político libanés acusado reiteradamente por los organismos internacionales de nepotista, clientelar e incapaz de formar un ejecutivo estable que asegure el futuro de las inversiones internacionales mermando de esta manera el flujo de la necesitada divisa extranjera para el mantenimiento del sistema bancario nacional.

Entre las causas internas, todavía si caben aún más intrincadas que las externas que interfieren en la incesante devaluación de la moneda local tuvo como el detonante que hizo saltar por los aires todo el sistema financiero a inicios del 2019 el pinchazo de la burbuja inmobiliaria resultante de los créditos Al-Iskan también conocidos como Housing Loans promovidos por Banque de l’habitat.

Una mujer libanesa junto a su nevera vacía en su apartamento en la ciudad portuaria de Trípoli, al norte de Beirut, el 17 de junio de 2020. -  AFP/ IBRAHIM CHALHOUB

La devastadora especulación del ladrillo causada por un tipo de “crédito basura” cual consistía en ofrecer un producto hipotecario o prestación financiera a muy bajo interés destinado principalmente a empleados de la administración pública para la adquisición de una propiedad inmueble bajo el aval del estado, un aval promocionado a costa del endeudamiento del ejecutivo con los grandes bancos privados libaneses terminó por colapsar a finales de 2018 a causa de la incapacidad de la administración en hacer frente la deuda contraída.

Otra importante causa del colapso financiero libanés responde a las inadecuadas estrategias de expansión de activos financieros en los países de la región a manos de algunos de los principales bancos libaneses, el fracaso de la expansión internacional arrastró a la intervención del banco central libanés (BDL) con el fin de evitar la quiebra de estos implicando todavía más carga y endeudamiento en las finanzas públicas.

Banco Central del Líbano en Beirut PHOTO/REUTERS

Por otro lado, es de mención los productos tóxicos ofrecidos durante años por la banca a los ahorradores expatriados siendo esta una de las más importantes fuentes de recursos financieros para la entrada de divisa internacional a la economía nacional.
La banca libanesa tradicionalmente ofrecía altos intereses a la diáspora expatriada atraída para el depósito de sus ahorros en cuentas de bancos nacionales además de seducidos por el secreto bancario concedido a los clientes lo que mantuvo durante décadas un sistema circular basado en créditos hipotecarios “fáciles” de concesión alimentados por el depósito de ahorros y retribuidos con altos intereses a los pequeños inversores logrando así un el flujo constante de USD al Líbano y cierta estabilidad de lira libanesa desde finales de los años 90 al cambio de 1.500 LBP respecto al dólar hasta la devaluación oficial por parte del Banco central la primavera del año pasado estableciéndose definitivamente en 3.900 LBP por dólar.

El resentimiento de la banca así como los síntomas de fatiga en los dos últimos años por un sistema envenenado e híper endeudado terminó por espantar a los ahorradores en la diáspora cortando el envío de tan necesitadas divisas a los depósitos de los bancos libaneses. En reacción a los acontecimientos y planeando el temor de la insolvencia financiera y la quiebra los bancos en el pasado año 2020 eliminaron el acceso a la población de dólares estadounidenses así como la imposición un estricto control de capital mensual por persona , fenómeno que retroalimenta la especulación del USD en el mercado informal así como el incremento constante de precios.

El gobernador del Banco Central del Líbano, Riad Salameh PHOTO/REUTERS

La casi banca rota en la que se encuentra el estado y la insolvencia de la banca privada incapacitan al Banco central libanés, Banque du Liban (BDL) en importar oficialmente dólares estadounidenses materia prima para cualquier operación financiera en el país ya sea desde el comercio exterior hasta la economía básica doméstica. La práctica inexistencia de USD en el mercado oficial sumada a la baja productividad de una nación carente de industria y tejido productivo competitivo importando prácticamente todos los bienes que se consumen desde maquinaria, combustibles, medicamentos hasta alimentos básicos y con una moneda tan devaluada repercute negativamente en el incremento exponencial de precios, la pérdida de valor de las transacciones en la moneda local y por ende como efecto social el impacto que supone el incremento imparable de la pobreza.

Si ya no era suficiente la devaluación de un 85% de la divisa nacional en menos de un año, la estratosférica tasa de desempleo que asciende en los meses pasados a más del 40% sobre el total de la población hay que sumar el acorralamiento por parte de los bancos a los activos de los ahorradores bloqueando el acceso a sus ahorros. La insidia de esta trampa se cierne especialmente en las cuentas depositadas en dólares estadounidenses por parte de los pequeños ahorradores. Al no existir en el mercado oficial la circulación de esta divisa el ahorrador se ve atrapado en una espiral de pérdidas constantes de sus valores al verse obligado a comprar con sus ahorros en dólares liras libanesas al cambio de 3.900 LBP que establece el banco central (BDL) pero hacer frente a precios de los productos en el mercado oscilantes entre 8.000 como fue en los últimos meses hasta llegar al descalabro de 13.250 LBP en los últimos días por dólar. Es decir, se adquieren liras a un tipo de cambio y se hace frente a precios de los productos por más del triple del valor oficialmente estipulado perdiéndose de esta manera gran valor de la moneda en la transacción y decreciendo seriamente el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Un voluntario de la ONG libanesa Beit al-Braka (casa de las bendiciones) organiza las existencias de alimentos que se distribuirán a los necesitados, en la sede de la organización en la capital, Beirut, el 23 de febrero de 2021 AFP/ JOSEPH EID
El negocio del USD

¿A quién beneficia la situación?

Sin lugar a dudas como bien reza el proverbio “A río revuelto ganancia de pescadores “ en todas y cada una de las calamitosas situaciones siempre hay beneficiados de la desgracia ajena, en este caso, los favorecidos por la crisis del dólar son las casas de cambio quienes influyen en la fluctuación en el mercado negro del USD respecto la divisa nacional.

Las empresas, los particulares y todos y cada uno de los consumidores urgen la disposición de USD para la subsistencia, la escasez de producción nacional empuja a este pequeño país a importar la mayor parte de materias primas y alimentos para el sustento de la nación.

Todas las empresas de la mayor a la menor sean cadenas de supermercados, farmacéuticas e importadores de toda índole necesitan la divisa USD para la adquisición de sus productos en el mercado internacional. Como el banco central no dispone de dólares estadounidenses para inyectar en el mercado los consumidores se ven obligados a acudir a cambistas alternativos para comprar dólares estadounidenses.

La entrada regular de esta divisa se realiza mediante cuentas denominadas “Fresh Money “un tipo de cuenta particular con origen en el extranjero y destino Líbano que habilita la transferencia desde el exterior de USD. Este tipo de cuenta en algunos casos es el único sustento para muchas familias quienes gracias a algún pariente en el extranjero que envíe remesas ayuda a la economía familiar pero por otro lado lamentablemente dada la desaforada necesidad de consumo   la situación es aprovechada por otros para hacer negocio en las casas de cambio disparando la especulación en el mercado negro y el descontrol en el incremento de precios.

Un hombre cuenta libras libanesas en una tienda de cambio, en Beirut, Líbano AP/HUSSEIN MALLA

La ciudadanía exhausta y desesperada acude a las casas de cambio para adquirir dólares estadounidenses como activo seguro para hacer frente a los gastos familiares incapaces de cubrir con salarios devaluados. En la transacción el cambista sin control ni reglas establecidas fijas por las autoridades imponen el cambio arbitrariamente según el flujo diario de USD a Líbano llegando a comisiones de un 70% para la obtención de dinero en efectivo.

El origen de dichas casas de cambio responde a diversa naturaleza, por lo general, son empresas registradas y autorizadas por el Ministerio de Finanzas libanés y el banco central (BDL) para ejercer la actividad como cambistas pero existen muchas otras no tan oficiales en manos de inversores privados.

Hasta tal punto ha llegado la asunción del lastre económico por parte de la sociedad que existe una aplicación móvil gratuita que determina por horas el cambio vigente y así programar con antelación las compras necesarias en función de la previsión en el encarecimiento de los productos.

El presidente del Líbano, Michel Aoun PHOTO/DALATI&NOHRA

Esta doble economía, la establecida por la formal nominalmente en 3.900 LBP pero inexistente a efectos prácticos y la informal cual ha devorado el mercado libanés consume lentamente a Líbano no haciendo más que acelerar el descalabro financiero en el que se encuentra sumido el país.

Cómo es de esperar la necesidad de dólares estadounidenses despierta el apetito de actores financieros irregulares las autoridades conscientes de la urgencia en ocasiones deparan poco sobre el origen de muchas cuentas lo cual colateralmente fomenta la entrada de inversores de dudosa procedencia, oportunistas para blanqueo de capital, mafias y cómo siempre en esta nación erosionada por el sectarismo actores irregulares y grupos armados con conexiones políticas.

La deriva

Lejos de divisarse el fin del túnel la penumbra de la incertidumbre se acrecienta sobre el Líbano a causa del bloqueo político que se encuentra la nación impide la formación de un ejecutivo duradero y estable. La inacción de las autoridades en emprender las diversas reformas estructurales exigidas por el FMI para el rescate financiero cual obliga a cambios en la estructura bancaria imponiendo entre otras condiciones la transferencia de todos los depósitos en cuentas USD a Liras libanesas, una medida no sólo impopular sino inédita de obligada votación en el parlamento de la que ningún grupo político quiere responsabilizarse. Las reformas demandadas por el FMI e inversores internacionales no sólo restructuraría los cimientos de la economía libanesa sino también dinamitaría el sistema piramidal clientelar endémico de la política nacional además de poner en peligro la colación entre los socios de gobierno actuales entre partido del ex general Michael Aoun y el partido de Dios pro iraní.
 

Más en Economía y Empresas