Túnez busca una renovación financiera y administrativa
El presidente tunecino, Kais Saied, ha anunciado que se requiere urgentemente desarrollar nuevas soluciones que permitan revitalizar la financiación pública ante el entorno de crisis económica y financiera que está atravesando el país.
El máximo mandatario de Túnez ha resaltado que este procedimiento se debe realizar respetando la soberanía nacional, la autosuficiencia y la independencia y sin optar a la tutela o dependencia externa, los sistemas de partidos y la lealtad al poder, como ha ocurrido en otros años.
Esto viene tras la aprobación de apoyo financiero de hasta 500 millones euros para Túnez provenientes de la Unión Europea (UE) compartido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya prolongó a finales de mayo un respaldo de 2.900 millones de dólares. Los detalles de la ayuda macrofinanciera de la Unión estipulan que estará disponible durante dos años y medio y que será desembolsada en forma de préstamo en tres tramos. También, el Banco Mundial (BM) lanzará proyectos de salud a partir de este año para mejorar la salud pública del país norteafricano.
Este plan está dirigido a financiar los presupuestos de 2026 y los expertos y observadores cuestionan las opciones a las que se tienen acceso, teniendo presente que en la actualidad se hace mediante la ejecución y el préstamo. Las nuevas vías podrían ser a través del pago de inversiones extranjeras, adaptar el sector fiscal respecto a las leyes que las rigen, e impulsar la cooperación público-privada. Además, el pensamiento que debe dirigir las estrategias debe ser innovador y creativo para conseguir transitar de una sociedad de consumo a una centrada en la creación de riqueza e inversiones.
El gobernante del país concretó las directrices del proyecto para el próximo año durante su reunión en el Palacio de Cartago con la primera ministra, Sarah Al-Zafarani Al-Zanzri, la ministra de Finanzas, Miskat Salama Al-Khaldi, y el ministro de Economía y Planificación, Samir Abdul Hafiz. Según la declaración ofrecida por la Presidencia tunecina, Kais Saied resaltó la necesidad de soluciones multidisciplinares e integrales, especialmente en el plano social, que definitivamente sean destinadas a romper las opciones anteriores y que vayan más allá de lo numérico y que resalten las opciones financieras del pueblo.
Este proyecto se inspira en los resultados de las sesiones celebradas entre los miembros de los consejos locales y regionales con un enfoque del plan centrado en el desarrollo nacional y regional, que traspase en su implementación los textos oficiales y quede en la mente y en el pensamiento. Los tunecinos y las mujeres ahora guían el nuevo camino de justicia, seguridad y estabilidad que eleve el país por medio de la reforma legislativa y administrativa y que destruya los círculos de pobreza y exclusión y active la economía en los sectores públicos y privados.
La profesora de Economía Reda Al-Shakandali afirmó que es efectivo realizar un diálogo entre especialistas y órganos para encontrar una forma de financiar los presupuestos, así como optar por la recaudación propia y préstamos internos y externos que sean medios para el propósito de crear riqueza y financiar las inversiones. Por otro lado, según el analista político Al-Munther Thabet, las nuevas soluciones deben financiarse a través de la inversión y sus leyes, así como basarse también en la reducción del gasto público. Asimismo, declaró que debe controlarse la inflación y los recursos provenientes del préstamo.
La asociación con el Palacio de Gobierno en el Qasbah, un consejo ministerial financiero, destaca la naturaleza estratégica de la Ley de Finanzas y Presupuestos Estatales de 2026 como una herramienta de política pública, económica y social para el Estado, que equilibre el crecimiento económico y la justicia social, de la mano del plan de desarrollo 2026-2030. De esta manera, estas medidas muestran la renovada visión y orientación del Gobierno, dirigida a fortalecer el Estado y la justicia social y mejorar la justicia fiscal, todo ello para adecuar la etapa de construcción que consagre la apertura de Túnez y también su papel como un actor de desarrollo en sus distintas dimensiones regionales y continentales.
Con un mandatario fuerte como Kais Saied en la Presidencia, consolidado ya en el poder, se levanta un “nuevo Túnez”, donde se amplía el control de las instituciones del Estado a la situación económica y social. Los observadores recalcan que el país se mantiene en una tensa situación donde el endeudamiento sigue siendo la única medida de supervivencia de los ciudadanos tunecinos y donde el costo de la vida sigue subiendo. Quedará por ver si las medidas mejorarán la situación económica del país y harán viable los objetivos de desarrollo que reflejen las prioridades sociales de la sociedad tunecina.
