En las entrañas del S-81, el submarino español de nueva generación

A las puertas del 110 aniversario del Arma Submarina, el Isaac Peral se prepara para convertirse en la vanguardia sigilosa de la Armada
El capitán de corbeta Manuel Corral sobre la cubierta de S-81, el submarino y dotación que en las próximas semanas va a entrar en un proceso encaminado a dotarle de plena disponibilidad para el combate - PHOTO/JPons
El capitán de corbeta Manuel Corral sobre la cubierta de S-81, el submarino y dotación que en las próximas semanas va a entrar en un proceso encaminado a dotarle de plena disponibilidad para el combate - PHOTO/JPons
  1. Travesía del Atlántico
  2. Tubos lanzatorpedos con nombres de hombre y mujer

El S-81 “Isaac Peral” es el sistema de armas sumergible más avanzado, mejor armado, más automatizado, más discreto, más grande… y también más caro de la flotilla de submarinos de la Armada española.

Cabeza de la clase S-80, representa un salto tecnológico de tal envergadura que le convierte en la joya del Arma Submarina nacional ‒que el 17 de febrero conmemora el 110 aniversario de su creación‒, sobre la que descansan las expectativas para conformar de cara a la próxima década un poderoso instrumento que contribuya de manera decisiva a la disuasión estratégica de los potenciales enemigos de España.

El comandante del S-81 es el capitán de corbeta Manuel Corral, que en marzo de 2021 asumió la responsabilidad sobre la dotación de quilla del submarino, cuando la sofisticada máquina de guerra todavía estaba en su etapa de construcción en el astillero de Navantia en Cartagena, localidad de la región de Murcia donde también tiene su base principal. Es allí donde Corral muestra las entrañas de su criatura de acero, pero sin desvelar los secretos tecnológicos que encierra, que son muchos, a quienes consiguen autorización para subir a bordo.

Dotado con consolas y monitores multifunción, el simulador de la cámara de mando y control adiestra a los especialistas que supervisan los sistemas y equipos complejos y redundantes de la plataforma y del sistema de combate - PHOTO/JPons
Dotado con consolas y monitores multifunción, el simulador de la cámara de mando y control adiestra a los especialistas que supervisan los sistemas y equipos complejos y redundantes de la plataforma y del sistema de combate - PHOTO/JPons

Las próximas semanas van a ser decisivas para el S-81. Las actividades que va a dirigir el capitán de corbeta Corral están enmarcadas dentro del proceso encaminado a dotar a su submarino de plena disponibilidad para el combate. Al mando del sumergible desde que fue recepcionado por la Armada el 30 de noviembre de 2023, el comandante del submarino Isaac Peral detalla que lo siguiente que tiene que afrontar “son los primeros ejercicios del Isaac Peral a nivel nacional, que servirán para preparar su calificación operativa, que está prevista para el segundo trimestre”.

El comandante y su dotación tienen que demostrar que han logrado la integración humana con la máquina y que, por tanto, “saben hacer realidad lo que queremos que haga el submarino”. Por ejemplo, operaciones de minado, levantamientos fotográficos, inteligencia encubierta, vigilancias, guerra antisubmarina y contra buques de superficie y operaciones especiales”, detalla el jefe del Estado Mayor de la Flotilla de Submarinos, el capitán de fragata Ricardo Poblaciones.

El submarino Isaac Peral tiene programado disparar sobre un blanco en la mar su primer torpedo modelo DM2A4 con cabeza de guerra ‒filoguiado por fibra óptica y con sonar incorporado‒, ejercicio naval que se desarrollará previsiblemente en el sur de las islas Canarias. De confirmarse, el S-81 tendrá que efectuar “la navegación más prolongada desde que el submarino está dado de alta en la lista de buques de la Armada”, afirma el jefe del submarino. 

Los submarinos gozan de una tercera dimensión que no cumplen los barcos de superficie ya que en inmersión no sólo podemos modificar el rumbo y cambiar la dirección en modo horizontal, sino también cambiar de profundidad - PHOTO/JPons
Los submarinos gozan de una tercera dimensión que no cumplen los barcos de superficie ya que en inmersión no sólo podemos modificar el rumbo y cambiar la dirección en modo horizontal, sino también cambiar de profundidad - PHOTO/JPons

Travesía del Atlántico

El S-81 se encuentra desde el pasado mes de noviembre en periodo de garantía por espacio de un año. Ya ha rebasado “y bien” la evaluación operativa, que significa que la Inspección de Construcciones de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada y el Centro de Valoración para el Combate (CEVACO) han verificado que el submarino cumple los requisitos establecidos, concreta el capitán de fragata Poblaciones. En los pasados meses se ha comprobado que tiene “capacidad para disparar torpedos, que permanece bajo del agua el tiempo que queremos que aguante y que alcanza las velocidades que queremos que consiga”. 

Con un desplazamiento en superficie de 2.695 toneladas y en inmersión de 2.965, la autonomía de navegación en inmersión del S-81 “es mayor de 30 días” pero, a diferencia de lo que se pueda pensar, “no está limitada por los más de 100.000 litros de combustibles que sus depósitos pueden llegar a contener”, explica el corbeta Corral. “En la mar estamos condicionados por la cantidad de víveres que podemos llevar a bordo y por la resistencia física y mental de la dotación”, puntualiza.

Las limitaciones de espacio y las restricciones que sufrimos los submarinistas “las suplimos con compañerismo, espíritu de sacrifico y vocación”. Entonces ¿el S-81 es capaz de atravesar el océano Atlántico? Le pregunto. El capitán de corbeta Corral salta como un resorte. “Si, sí, claro que sí”. Y aclara: “Todavía no lo hemos hecho, pero la travesía está prevista para unas fechas no muy lejanas”. Está convencido que el Isaac Peral “abrirá la puerta de ser el primer submarino español en cruzar el Atlántico en inmersión”.

La estructura de ceros especiales del S-81 está construida con cinco secciones que albergan la zona de habitabilidad, la cámara de torpedos, la de motores, la de mando y control... PHOTO/JPons
La estructura de ceros especiales del S-81 está construida con cinco secciones que albergan la zona de habitabilidad, la cámara de torpedos, la de motores, la de mando y control... PHOTO/JPons

Corral puntualiza que los submarinos tienen “una tercera dimensión que no cumplen los barcos de superficie”. En modo submarino “podemos variar el rumbo, cambiar la dirección en modo horizontal y cambiar de profundidad, es decir, subir y bajar”. Esto último lo consigue el S-81 con unos grandes planos horizontales posicionados en la vela ‒la estructura vertical que sobresale del casco‒ y con los timones de popa que están bajo el agua”. 

La vela aloja los diferentes mástiles y periscopios, que son “los elementos que nos permiten estar en contacto con el exterior cuando el submarino está en inmersión, pero próximo a la superficie”. Los periscopios permiten ver y observar con cámaras optrónicas digitales, mientras que los mástiles, que se elevan fuera de la nave, “absorben aire para cargar las baterías, llevan sensores de guerra electrónica o antenas de comunicaciones con tierra o vía satélite que irradian en momentos puntuales”. 

De 80,81 metros de eslora, la estructura del S-81 está construida con cinco secciones numeradas de popa a proa. Una es la zona de habitabilidad, donde están los camarotes con literas para los 43 hombres y mujeres, la diminuta cocina, las tres duchas, los dos aseos y las pequeñas salas para todo. Otras son la cámara de torpedos; la de motores, la de mando y control, que queda justo debajo de la vela y donde el periscopio de ataque penetra físicamente en el casco; una más es la que alojará el AIP, el sistema de propulsión independiente del aire basado en tecnología de hidrógeno que ampliará su autonomía hasta unas tres semanas.

El componente crítico y de máximo secreto de la cámara de mando y control es el sistema de combate, que integra las direcciones de tiro, los sensores activos y pasivos y gestiona el empleo del armamento a bordo - PHOTO/JPons
El componente crítico y de máximo secreto de la cámara de mando y control es el sistema de combate, que integra las direcciones de tiro, los sensores activos y pasivos y gestiona el empleo del armamento a bordo - PHOTO/JPons

Tubos lanzatorpedos con nombres de hombre y mujer

El cerebro del submarino, la cámara de mando y control están segmentados en dos partes diferenciadas, explica el segundo comandante del S-81, el teniente de navío Antonio Simón. Un selecto equipo de cuatro especialistas monta las guardias de vigilancia frente a consolas y monitores multifunción que “supervisan todos los sistemas y equipos complejos y redundantes de la plataforma, la seguridad en inmersión y la seguridad de baterías y, por supuesto, la propulsión. Un quinto hombre, el timonel, controla la inclinación de la nave, modifica la cota de inmersión, cambia el rumbo y efectúa maniobras.

El otro componente crítico de la cámara de mando y control es el sistema de combate, que integra las direcciones de tiro, los sensores activos y pasivos, que gestiona el empleo de todo el armamento a bordo del barco, cuyas prestaciones son secretas, al igual que la tecnología de la cámara de torpedos. Allí, el sargento primero Pablo Movilla explica que se estiban y almacenan hasta una docena de torpedos o misiles y 24 minas, todo lo cual se dispara a través de seis tubos lanzatorpedos posicionados en proa. Los misiles de crucero de ataque a tierra UGM-109 Tomahawk y los antibuque UGM-84 Sub-Harpoon todavía están pendientes de adquisición.

El Isaac Peral todavía no ha afrontado el cruce del Atlántico, pero tal travesía está prevista para fechas no muy lejanas, lo que le convertirá  en el primer submarino español en cruzar el charco en inmersión - PHOTO/JPons
El Isaac Peral todavía no ha afrontado el cruce del Atlántico, pero tal travesía está prevista para fechas no muy lejanas, lo que le convertirá  en el primer submarino español en cruzar el charco en inmersión - PHOTO/JPons

Movilla asegura que es “la parte más bonita del submarino”. El sistema está automatizado de tal modo que se pueden cargar y disparar los torpedos o los misiles en remoto desde la cámara de mando y control. Se muestra orgulloso de destacar que cada tubo lanzatorpedos tiene un nombre de pila. “Es el tributo de nuestro comandante al oficial, suboficiales y marineros de armas de la dotación de quilla que sacaron el barco a la mar: Gero, Javi, Jorge, Paula, Pablo y Rubén”. 

La sargento María Aviar mantiene el criterio que la vida en un submarino “es de máximos y mínimos”. En la parte alta sitúa que “somos una comunidad donde predomina el compañerismo”. En el mínimo, como no, sale a relucir “el reducido espacio y las escasas posibilidades de contactos con el exterior”. No hay acceso a WiFi, Instagram, Tik-Tok ni a las Redes Sociales y los Email enviados no admiten fotografías ni videos. No obstante, las incidencias que pueda sufrir un familiar en tierra tienen reacción inmediata por parte del sistema de conciliación familiar que impera en la base.

El capitán de navío Pedro Márquez ejerce el mando de la flotilla de submarinos desde finales de junio de 2023, apoyado por su Estado Mayor y una sección de adiestramiento En el amplio recinto repleto de obras anexo al arsenal se encuentra la Escuela de Submarinos, en la que se lleva a cabo la formación genérica de los submarinistas, tanto de oficiales, suboficiales como de marinería. En el mismo centro docente se imparten cursos monográficos especializados y se adiestra de manera regular a las dotaciones mediante prácticas en simuladores.

El comandante y la dotación tienen que demostrar en breves fechas que han logrado la integración humana con la máquina y que saben hacer realidad lo que la Armada quiere que haga el submarino - PHOTO/JPons
El comandante y la dotación tienen que demostrar en breves fechas que han logrado la integración humana con la máquina y que saben hacer realidad lo que la Armada quiere que haga el submarino - PHOTO/JPons

La entrega a la Armada del S-82 Narciso Monturiol está prevista para dentro de unos 19 meses, para septiembre de 2026. Tras superar las fases de evaluación y certificación, está programado que acceda al estadio de alta disponibilidad en el primer semestre de 2027, coincidiendo con la retirada de servicio del S-71 Galerna, botado en 1981, a finales de la pasada década y vuelto a poner a flote en 2021.

Las previsiones para la recepción por parte de la Armada del tercer ejemplar de la serie, el S-83 Cosme García, ya se sitúan en diciembre de 2028. Será el primero que ya sea puesto a flote con el AIP incorporado. Por el momento las previsiones son que pueda entrar en servicio a finales de 2029. El último de la serie es, por el momento, el S-84 Mateo García de los Reyes, que Navantia entregará a la Armada en enero de 2030 y cuya puesta en servicio se sitúa a principios de 2031.