El mismo modelo de lanzador que pulverizó el satélite español Ingenio acaba de colocar en órbita la primera constelación nacional de observación

España celebra su Fiesta Nacional con tres nuevos satélites del INTA en órbita

PHOTO/INTA - La constelación de demostración ANSER pretende que sus tres nanosatélites consigan volar en formación a una distancia entre ellos inferior a los 10 kilómetros, para ampliar sus capacidades individuales de observación de la Tierra
photo_camera PHOTO/INTA - La constelación de demostración ANSER pretende que sus tres nanosatélites consigan volar en formación a una distancia entre ellos inferior a los 10 kilómetros, para ampliar sus capacidades individuales de observación de la Tierra

El día de la Fiesta Nacional de España se celebra el 12 de octubre con un desfile militar en Madrid, cuando hace poco más de 72 horas que los tres satélites de la primera constelación espacial española han sido puestos en órbita de forma simultánea.

La misión VV23 del lanzador europeo Vega despegó desde la Guayana francesa en la madrugada del 9 de octubre, a las 03:36 hora peninsular, dos días después de lo que estaba previsto. Vega ha cumplido ahora con su labor de transporte espacial, a diferencia de la VV17 que efectuó el 17 de noviembre de 2020, en que explotó durante su ascenso e hizo añicos al satélite español Ingenio, de 830 kilos, y al francés Taranis, de 175 kilos.

Por fortuna, Vega ha posicionado en el espacio tres años después a nueve diferentes plataformas y al primer trío de nanosatélites del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), “lo que ha ocurrido 1 hora y 44 minutos después del despegue” ha confirmado el Instituto. Constelación de nombre ANSER, uno de los tres actúa como plataforma principal y se le conoce como “leader”. Los otras dos son sus seguidores, y se les denomina “follower 1” y “follower 2”.

PHOTO/MDE - Mientras están en proceso de frenado y descenso desde sus 550 kilómetros de altura, lo primero que quizás puedan observar los ANSER es el desfile del 12 de octubre por el centro de Madrid
PHOTO/MDE - Mientras están en proceso de frenado y descenso desde sus 550 kilómetros de altura, lo primero que quizás puedan observar los ANSER es el desfile del 12 de octubre por el centro de Madrid

La función principal de ANSER consiste demostrar que pueden volar en formación a una distancia entre ellos inferior a los 10 kilómetros y, de ese modo, conseguir ampliar sus capacidades individuales de observación de la Tierra. Desde el punto de vista de sus aplicaciones y una vez operativos, se van a dedicar a supervisar la calidad de las aguas de los pantanos, embalses, lagunas y ríos de la península ibérica. 

Pero lo primero que quizás puedan observar los sensores a bordo de los ANSER es el desfile del 12 de octubre por el centro de Madrid. El director general del INTA, el teniente general del Aire Julio Ayuso, asegura que “todo va según lo planeado. Ya estamos recibiendo telemetría y tenemos contacto con ellos”. ANSER es la misión experimental que inaugura el programa de pequeños satélites del Instituto.

PHOTO/INTA - Los rostros de satisfacción de los especialistas de la sala de seguimiento y control de la misión ANSER en el Centro Espacial INTA Torrejón (CEIT) proclaman el éxito de su puesta en órbita
PHOTO/INTA - Los rostros de satisfacción de los especialistas de la sala de seguimiento y control de la misión ANSER en el Centro Espacial INTA Torrejón (CEIT) proclaman el éxito de su puesta en órbita

En proceso de frenado para bajar su órbita

Los técnicos del INTA en el campus principal del Instituto en la localidad de Torrejón de Ardoz, en las inmediaciones de Madrid, confirman su “satisfacción porque en el primer pase de los satélites sobre la vertical de nuestras antenas ya captamos las señales que emite cada uno de ellos”. El “leader” es el responsable de las comunicaciones con tierra, pero cualquiera de los tres puede cumplir esa labor porque “disponen de capacidad para emitir y recibir datos y telecomandos”.  

Las primeras acciones que se están llevando a cabo desde la sala de seguimiento y control de la misión en el Centro Espacial INTA Torrejón (CEIT) son “de frenado”. ¿De quién y por qué? Del “follower 2”, al que seguirán las del “follower 1” y del “leader”. “Ahora están dando vueltas como si fueran peonzas y lo primero que hay que hacer es estabilizarlos”, confirma un experto que conoce en detalle el proyecto ANSER.

A lo anterior se añade que Vega se desprendió de los satélites españoles con unos segundos de diferencia respecto a lo programado. Eso conlleva que están varias decenas de kilómetros por encima de la altura a que deben operar, que es del orden de los 500 kilómetros.

PHOTO/INTA - Trio de nanosatélites ANSER: en el centro, el que actúa como “leader”, flanqueado por el “follower 1 y 2”. Ahora están en el espacio dando vueltas como si fueran peonzas y lo primero consiste en estabilizarlos
PHOTO/INTA - Trio de nanosatélites ANSER: en el centro, el que actúa como “leader”, flanqueado por el “follower 1 y 2”. Ahora están en el espacio dando vueltas como si fueran peonzas y lo primero consiste en estabilizarlos

En consecuencia, los técnicos del INTA ya han iniciado las acciones para bajarlos desde los alrededor de 550 kilómetros en que ahora se encuentran. Eso no resulta fácil porque ninguno de los tres, dadas sus pequeñas dimensiones ‒del tamaño de una caja de zapatos‒ y de tan sólo 3,4 kilos, “no están dotados con ni siquiera un pequeño motor de propulsión”.

El descenso de cada uno de los ANSER hasta su correcta posición orbital se efectúa mediante una técnica denominada elevación y arrastre diferencial, en inglés “differential lift and drag”. “Consiste en colocar en el sentido del vuelo la superficie mayor del satélite, una especie de alas que los tres ANSER han desplegado en órbita. De ese modo obtienen un incremento de la resistencia en las capas altas de la atmósfera y, por tanto, poco a poco, el ingenio va perdiendo altura”, matiza el director del proyecto, Santiago Rodríguez Bustabad.

PHOTO/ESA Space Transport - Sala de control Júpiter de la base espacial de Kourou, en la Guayana francesa, desde donde se centraliza la campaña de lanzamiento y el despegue de la misión VV23 de Vega
PHOTO/ESA Space Transport - Sala de control Júpiter de la base espacial de Kourou, en la Guayana francesa, desde donde se centraliza la campaña de lanzamiento y el despegue de la misión VV23 de Vega

Estarán operativos a finales de año o comienzos de 2024

El seguimiento y control de los satélites lo lleva a cabo un equipo mixto de especialistas y científicos del INTA constituido por una decena de personas, que los supervisan las 24 horas. Una vez que consigan estabilizarlos, darán comienzo a las maniobras que deben culminar con colocarlos y mantenerlos en formación y a menos de 10 kilómetros entre sí y a unos 500 kilómetros de altura.

Una vez que los tres ANSER se sitúen en su altura correcta de trabajo, lo previsto es que todas las operaciones de verificación, ajuste y calibración ‒ que reciben el nombre en inglés de “Commisioning” ‒, se prolonguen durante “dos o tres meses”.

PHOTO/INTA - El teniente general Ayuso y el equipo ANSER posan para recordar que a las 05:24 horas de la madrugaba del lunes, 9 de octubre, estaban en el INTA tras presenciar el despegue del Vega y la puesta en órbita de los ANSER
PHOTO/INTA - El teniente general Ayuso y el equipo ANSER posan para recordar que a las 05:24 horas de la madrugaba del lunes, 9 de octubre, estaban en el INTA tras presenciar el despegue del Vega y la puesta en órbita de los ANSER

Durante ese tiempo, que coincidirá con finales de año o principios de 2024, se va a probar el correcto funcionamiento de todos los equipos a bordo de los ANSER. También se llevará a cabo el encendido de los subsistemas de observación, para que los científicos obtengan los primeros datos.

Los usuarios iniciales de la constelación ANSER son los científicos del INTA. Según vaya avanzando la misión, la idea que existe en el Instituto es distribuir la información adquirida a la comunidad científica mediante anuncios de oportunidad a los que accedan grupos científicos.

PHOTO/Arianespace-ESA-CNES-CSG - La misión VV23 del lanzador europeo Vega ha dejado atrás el mal recuerdo de la VV17, que despegó el 17 de noviembre de 2020 y su explosión en vuelo destrozó el español Ingenio y el francés Taranis
PHOTO/Arianespace-ESA-CNES-CSG - La misión VV23 del lanzador europeo Vega ha dejado atrás el mal recuerdo de la VV17, que despegó el 17 de noviembre de 2020 y su explosión en vuelo destrozó el español Ingenio y el francés Taranis

La siguiente constelación satelital en la que ya trabaja el INTA está enfocada a aportar datos sobre la calidad del aire. Se van a incluir instrumentos para medir el dióxido de carbono (CO2), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono (O3).  

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