Las redes 5G operan a pleno rendimiento en el hemisferio norte del globo. Aunque la tecnología está presente en todos los continentes, su funcionamiento se concentra en Norteamérica y Europa, con Estados Unidos y Francia como principales estandartes. El golfo Pérsico es otro de los enclaves donde trabaja la quinta generación de comunicación inalámbrica, mientras que la otra cara de la moneda se aprecia en Sudamérica y África, extensas regiones donde la conectividad 5G es limitada.
En este contexto, Marruecos quiere erigirse como el primer país del continente africano en poner en funcionamiento la nueva tecnología. Y, contra todo pronóstico, tiene competencia. Libia, a pesar de su profunda crisis interna, ha sido capaz de implementar el 5G gracias a la compañía Almadar, que lanzó su servicio en octubre de 2020. Sin embargo, este sólo está presente en la capital, Trípoli, y el único usuario que hace uso de la red es la propia operadora.
La capital tunecina también registra actividad 5G en escasos puntos ubicados en el barrio acomodado de Les Berges du Lac, una zona copada por las Embajadas internacionales. Por su parte, en el resto del continente destacan los casos de Senegal, Mali, Kenia y, sobre todo, Sudáfrica, que registran tímidas conexiones en sus respectivas capitales.

El Reino alauí pretende acometer un proyecto más ambicioso. Marruecos ha acometido una gran inversión económica en su proyecto de telecomunicaciones, cuya intención pasa por no dejar zonas blancas, es decir, áreas alejadas de las ciudades que queden excluidas de la conectividad. En este sentido, desde Rabat expresan que, antes de llevar a cabo el cambio de red, el país tiene otras prioridades.
Aunque las autoridades marroquíes encargaron un estudio para 2021 con el objetivo de conocer las diferentes propuestas y modalidades para la implantación de la nueva tecnología, este aún no se ha llevado a cabo, según el digital Medias 24. Lo que hace anticipar una demora en la hoja de ruta marcada por Rabat. Un retraso que prolongaría a su vez el plazo en que Marruecos podría poner en funcionamiento las redes 5G, previsto ‘a priori’ para 2023.
Los principales operadores de Marruecos, IAM, Orange e Inwi, han manifestado estar preparados. De hecho, las compañías aguardan desde hace dos años para recibir las licencias de explotación que emite la Autoridad Nacional Reguladora de Telecomunicaciones (ANRT), el organismo regulador.
En 2014, Marruecos recibió las propuestas para implementar las redes 4G, la tecnología actual. Pocos meses después, la propia ANRT concedió los permisos y las tres grandes operadoras llevaron a cabo el proyecto vigente. En esta ocasión, las compañías no cuentan con la misma rapidez en los plazos. Según Media 24, se espera que las concesiones se asignen a finales de 2022 o en 2023. Por lo que no se espera un despliegue efectivo de las redes 5G hasta el año 2024 o incluso 2025.

Antes de dar luz verde a las distintas propuestas, Marruecos quiere esperar al completo desarrollo de la tecnología, que sólo opera desde abril de 2020 y está aún por desarrollarse, así como proyectar un plan de garantías que facilite el proceso. Una apuesta que le puede hacer perder la condición de pionero en África.
Las tres grandes operadoras han desarrollado una tecnología 5G preliminar. Destacan los casos de Orange e Inwi, que trabajan bandas de frecuencia. En todo caso, debe ser la ANRT quien homologue estos intervalos para su utilización formal. De entre las condiciones para conseguir una licencia, las compañías deberán comprometerse a respetar las condiciones del organismo y abonar el pago de una cláusula de explotación, según detalla la ANRT.
El coste de las redes 4G superó los 1.000 millones de dirhams para IAM y 500 millones para Medi Telecom, actual Orange, e Inwi, según recoge Media 24. Una cantidad que podría elevarse en este caso con una nueva modificación del espectro de frecuencia, que correría a cargo de las operadoras. Continúa la espera.