La ESA ya tiene en órbita los satélites Proba-3, los primeros desarrollados por la española Sener
Un lanzador indio PSLV ha enviado al espacio la primera misión europea que quiere demostrar la viabilidad del vuelo en formación de alta precisión

La pareja de satélites Proba-3 desarrollados por la compañía española Sener Aeroespacial y Defensa para la Agencia Espacial Europea (ESA) ya están en órbita y en correcto estado de salud.
Su lanzamiento a bordo de un cohete indio PSLV ‒acrónimo en ingles de Vehículo de Lanzamiento de Satélites Polares‒ se ha producido con un retraso de 24 horas respecto a lo previsto. Una medida errónea en una válvula del sistema de propulsión de uno de los Prona-3 durante la comprobación final impidió el despegue el día 4. Por fin, se ha producido el jueves, 5 de diciembre, a media mañana, hora española, ‒cuatro horas y media más en India‒ desde el centro espacial de Satish Dhawan de Sriharikota, situado en la costa de Bengala, en el estado de Andra Pradesh.

India es la cuarta potencia espacial a escala mundial ‒tras Estados Unidos, China, y Rusia‒, posee un ambicioso programa espacial y su agencia espacial, la Organización de Investigación Espacial de India (ISRO), ha desarrollado toda una familia de lanzadores domésticos para conseguir plena autonomía en el acceso al espacio exterior.
La misión que ha llevado a los dos Proba-3 a su órbita es la numero 61 del PLSV, cuyo primer vuelo se remonta a septiembre de 1993. De 44 metros de longitud, cuatro etapas de propulsión y 320 toneladas de peso al despegue en la versión XL, es el elegido para poner en órbita los dos Proba-3. No es la primera vez que la ESA recurre al PSLV para enviar al espacio alguno de sus satélites. El mismo lanzador ya fue seleccionado por la Agencia para poner en órbita en octubre de 2001 el Proba-1, un pequeño satélite de observación de 94 kilos.

El vuelo de la misión Proba-3 a su lugar en el espacio lo ha contratado directamente la ESA con la compañía New Space India Ltd. (NSIL), empresa estatal creada en marzo de 2019 para ser el brazo comercial de la Organización de Investigación Espacial de India (ISRO).
Una misión automática de altísima complejidad
Situada bajo control del departamento del Espacio del gobierno de Nueva Delhi, la NSIL es responsable de producir e integrar los cohetes indios. También de incrementar la participación del capital privado indio en el sector espacial nacional y de comercializar sus productos a escala internacional.
La española Sener Aeroespacial y Defensa que dirige Jose Julián Echevarría es el contratista principal del ambicioso programa Proba-3 de la ESA, que a lo largo de 16 años ha desarrollado y puesto a punto “la compleja tecnología que aspira a demostrar que es posible el vuelo en formación de alta precisión entre satélites”, recalca Diego Rodríguez, director de Espacio de la compañía, que se encuentra en India para presenciar el despegue.

La ingeniera de sistemas de la ESA Esther Bastida, confirma que el objetivo principal de Proba-3 es “demostrar la viabilidad del vuelo en formación, que consiste en volar varios objetos de forma coordinada”. La prueba tecnológica, de resultar un éxito, debe abrir el camino a la puesta en marcha de “nuevos conceptos de misiones al espacio ultraterrestre”. Y es que la capacidad de los lanzadores “es limitada, y no es viable colocar estructuras grandes en el espacio, lo que obliga a posicionar en órbita sistemas distribuidos”.
La misión Proba-3 posee una altísima complejidad. El vuelo orbital en formación que ambos satélites deben describir está programado para que sea totalmente automática. Cada uno de los dos ingenios calculará de forma autónoma su posición y trayectoria con respecto a su compañero gracias a un avanzado sistema de guiado, navegación y control desarrollado específicamente para la misión.

Los dos satélites describirán una órbita muy elíptica alrededor de la Tierra, de tal modo que su trayectoria más cercana a nuestro Planeta Azul sea de 600 kilómetros y la más distante de 60.000. Es así porque la segunda prioridad de Proba-3 es observar muy de cerca la tenue corona del Sol, algo que sólo es posible desde la superficie terrestre cuando tiene lugar un eclipse solar total, fenómeno que ocurre 30 veces cada 50 años con una duración de tan sólo 10 minutos.
La aportación de la industria española a la misión
En cambio, la sincronía entre ambos satélites Proba-3 ‒uno el coronógrafo y otro el ocultador‒ va a facilitar el estudio de la estructura de la corona solar durante 6 horas en cada una de las orbitas, lo que “garantiza hasta un millar de eclipses artificiales”, puntualiza Anik de Groof, científica especializada en el estudio del astro Rey.
El coronógrafo apuntará directamente al Sol, mientras que el satélite que hace las veces de ocultador se interpondrá entre el astro y el coronógrafo para eclipsar a la estrella de nuestro sistema solar. Para ello cuenta con un disco de unos 140 centímetros de diámetro y equipos ópticos y láser, cuya función es posicionar a ambos satélites entre sí con una precisión extrema.

En el programa Proba-3 se han embarcado 40 empresas de 16 países bajo la batuta de Sener. Entre ellas hay más de media docena de compañías españolas. Airbus Space Systems de Getafe (Madrid) ha sido responsable de diseñar e integrar los dos satélites, fabricar las estructuras de ambos, montar su cableado, control térmico, la propulsión y los mecanismos de separación entre satélites y de despliegue del panel solar. También ha asumido el diseño y fabricación del disco ocultador y de los ensayos termo mecánicos de los dos satélites completos.
Airbus Crisa de Tres Cantos (Madrid) ha aportado la unidad electrónica (IEU) que enlaza el ordenador de a bordo con los distintos subsistemas del satélite. GMV ha materializado el software del complejo subsistema de vuelo en formación (FFS), los cálculos de las maniobras y los sistemas de supervisión y control de vuelo en las infraestructuras de tierra.

Deimos también en Tres Cantos asume el experimento de encuentro por navegación óptica entre ambos satélites y HV Sistemas de San Sebastián de los Reyes (Madrid) ha aportado el equipo verificador de la unidad electrónica IEU. Inventia de Getafe se ha encargado de diseñar, analizar y fabricar los modelos a escala para la verificación de la plataforma y protecciones de los paneles solares, mientras que Thales Alenia Space España de Tres Cantos ha suministrado los equipos de telemetría, seguimiento y control (TTC) que permiten a los dos satélites comunicarse con tierra a lo largo de toda la misión.