La Administración Trump cierra las oficinas de USAID

El pasado 24 de enero, las ONG que trabajan con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) recibieron un correo electrónico en el que se les pedía detener todas las actividades que estuvieran financiadas por la agencia de ayuda humanitaria estadounidense. Una semana después se les permitió reanudar algunas tareas dedicadas a la asistencia humanitaria vital, como proporcionar medicamentos esenciales, servicios médicos, refugio, agua de emergencia, saneamiento e higiene.
No obstante, el comunicado de reanudación de la actividad era ambiguo y provocó la confusión de las organizaciones, ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, había ordenado reducir la financiación de USAID. De hecho, el pasado 6 de febrero se reveló que el Gobierno estadounidense valoraba reducir su plantilla desde 10.000 empleados a, aproximadamente, 300.
USAID es una agencia federal independiente encargada de planificar y administrar la asistencia económica y humanitaria a nivel mundial. Sin embargo, durante su primer día en la Casa Blanca, Trump ordenó la congelación durante 90 días de casi toda la ayuda exterior. Además, el secretario de Estado, Marco Rubio, comentó en varias ocasiones que muchas veces USAID actuaba en contra de los intereses estadounidenses.
Por fin, el pasado 10 de febrero la web de USAID se cerró, al igual que sus oficinas. Incluso, los letreros puestos por ciudadanos frente a la entidad fueron retirados.
Conversaciones antes del cierre
El presidente Donald Trump declaró que USAID es una pérdida de dinero y cree que la agencia está liderada por “lunáticos”. Sin embargo, los expertos advierten de que el cierre ordenado por la nueva Administración estadounidense podría beneficiar al país que Trump considera como una amenaza: China.
El personal de la agencia fue informado el pasado 10 de febrero, vía correo electrónico, que la sede principal de la entidad permanecerá cerrada y que deben trabajar desde casa. Un correo fue enviado tras las declaraciones de Elon Musk en las que explicó que había acordado con Trump el cierre de la agencia.

En una transmisión en directo a través de XSpaces, el 10 de febrero por la mañana, Elon Musk declaró: “Con respecto a la cuestión de USAID, lo hablé con él [Donald Trump] en detalle y estuvo de acuerdo con que deberíamos cerrarla”. Posteriormente, en la red social X, el dueño de SpaceX, continuó con sus declaraciones sobre el cierre, mencionando que ya estaba en marcha.
Hay que recordar que Donald Trump le ha encomendado a Elon Musk la dirección del grupo del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que se dedica a explorar en qué departamentos gubernamentales se pueden hacer recortes.
El cierre de esta agencia deja en el limbo miles de millones de dólares en ayudas y tendrá consecuencias inmediatas como poner fin a programas de salud globales que salvan vidas, sistemas de alerta temprana y campañas de seguridad alimentaria. Además, el senador demócrata por Nueva Jersey, Andy Kim, quien trabajó para la USAID mientras estudiaba, declaró que “las acciones de Trump debilitan el liderazgo y la influencia global estadounidense en un momento en que nos enfrentamos a serias amenazas a la seguridad nacional”.

Consecuencias del cierre
La agencia estadounidense cuenta con un presupuesto de 42.800 millones de dólares, que representa el 42 % de la ayuda humanitaria a nivel mundial. La congelación de este flujo de recursos financieros tendrá repercusiones en diferentes países.
Uno de éstos es Mozambique, donde se encuentran desplegados combatientes leales al Daesh. Allí, la idea de Trump, según Kevin Goldberg, director de Solidaridad Internacional, provocó una suspensión de las operaciones de recuperación agrícola que estaban destinadas a rescatar a millones de personas que habían sido desplazadas de la crisis humanitaria provocada por los combates.
Solidaridad Internacional es una organización no gubernamental francesa que se encarga de proporcionar ayuda a unos cinco millones de personas cada año y depende en un 36 % de la financiación de USAID. El cierre de la agencia estadounidense le impedirá garantizar asistencia humanitaria a unos dos millones de personas.
Por otro lado, también se ha pausado la ayuda en Yemen, en donde la distribución de dinero en efectivo proporcionado por Solidaridad Internacional fue fundamental para estimular la economía local en las zonas de conflicto. Siria se ha visto afectada, debido a que la ONG ya no puede restablecer el sistema de agua y saneamiento necesario, ya que se ha congelado la ayuda estadounidense.
Asimismo, en Filipinas, donde la ayuda estadounidense fue de aproximadamente 190 millones de dólares en 2023, el fin de la colaboración de USAID con Solidaridad Internacional pone en peligro la situación, debido a la escasez de las vacunas contra la tuberculosis y de recursos para las víctimas de violencia.

Congelación de la financiación
Muchas personas no ocultan su temor de que la idea de la Administración Trump afecte sobre todo a cuestiones de género y sexuales. Es el caso de la ONG británica MSI Reproductive Choices, que se encarga del campo de la anticoncepción y el aborto. Esta organización recibe al menos un 10 % de financiación estadounidense, ayuda que podría detenerse.
Hasta ahora, USAID operaba en 36 países. Los empleados se sienten perdidos, ya que no se sabe qué ocurrirá. Carlyle Tyer, profesor emérito de la Universidad de Nueva Gales del Sur, cree que el llamado “poder blando” (del inglés “soft power”, un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un estado para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos, con el complemento de medios diplomáticos) es la ventaja de Estados Unidos y señaló que abandonarlo deteniendo la asistencia de USAID sirve a los intereses chinos.
Sobre esto último, varios analistas han mencionado que el cierre de la agencia estadounidense es un “auténtico caramelo” para China y aunque Trump ha destacado que su principal objetivo es detener el avance de la influencia china en Latinoamérica, su decisión, según Renata Segura, directora de Crisis Group para América Latina y El Caribe, podría generar que los gobiernos latinoamericanos busquen esa ayuda en China u otros países.