Alex Erquicia
Pie de foto: La FAA de EEUU prohibió a las aerolíneas nacionales entrar en el espacio aéreo de Irán como respuesta al derribo de un dron en la zona. JUSTIN SULLIAVAN/GETTY IMAGES/AFP
Las idas y venidas en las provocaciones y acusaciones de injerencias entre Estados Unidos e Irán ya están teniendo sus efectos sobre los ciudadanos y empresas internacionales. EEUU prohibió a las aerolíneas comerciales estadounidense volar sobre el estrecho de Ormuz y el golfo de Omán, incluyendo el espacio aéreo iraní, "debido al incremento de las actividades militares y las mayores tensiones políticas por los posibles riesgos de las tensiones políticas que pueden poner a los vuelos comerciales en una situación de riesgo", según anunció la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés). Diversas aerolíneas internacionales han seguido la pauta estadounidense y han anunciado que no sobrevolaría el espacio aéreo que controla Irán.
En su notificación, la FAA citó el derribo el pasado jueves de un dron estadounidense por parte de Irán. La orden de la agencia aérea se produjo cuando compañías de vuelo internacionales ya estaban ponderando su respuesta a las tensiones en el Golfo. Así, el viernes, las principales aerolíneas de todo el mundo ya desviaron vuelos para evitar las áreas alrededor del estrecho de Ormuz. United Airlines, por ejemplo, ya había suspendido los vuelos entre Mumbai, la capital financiera de India y Newark, en Nueva Jersey, una ruta que pasa por espacio aéreo iraní, citando preocupaciones de seguridad, en lo que se considera que fue la primera decisión de este tipo por parte de un operador aéreo.
Las repercusiones del incidente con el dron pudieron ser devastadoras, pero se quedó en un amago por parte de Washington. Según los medios estadunidenses, el jueves 20 el presidente de EEUU aprobó un ataque selectivo contra Irán, en respuesta al derribo del dron, y con los preparativos ya en marcha el mandatario suspendió la orden abruptamente antes de que el Pentágono la ejecutase.
La Guardia Revolucionaria desde Teherán asegura que el dron fue abatido con un misil tierra-aire cuando entró en su espacio aéreo en las primeras horas del jueves para realizar tareas de vigilancia, pero el Pentágono defiende que el aparato se encontraba en tareas de reconocimiento sobre aguas internacionales. Las Fuerzas Armadas de Irán aseguraron el viernes que enviaron varias advertencias al avión no tripulado estadounidense antes de derribarlo. Irán publicó el viernes las primeras imágenes del avión no tripulado estadounidense, modelo RQ-4A Global Hawk, derribado el día anterior.
El viernes, la escalada de tensión hizo que compañías europeas también tomaran cartas en el asunto. La británica British Airways, Qantas de Australia, la aerolínea holandesa KLM y Lufthansa de Alemania dijeron poco después que también evitarían sobrevolar Irán, re direccionado sus aviones para que sorteen el estrecho de Ormuz (la aerolínea alemana aseguro que seguiría volando a Teherán). British aseguró que "nuestros equipos de seguridad y protección están constantemente en contacto con las autoridades de todo el mundo como parte de su evaluación integral de riesgos en cada ruta que operamos". La española Iberia no se había pronunciado al respecto.
La aerolínea emiratí Eithad Airways, por su parte, dijo que está monitoreando cuidadosamente la situación actual. "Los planes de contingencia están en su lugar, y decidiremos qué medidas adicionales se requieren después de evaluar cuidadosamente la directiva de la FAA para los operadores de EEUU", dijo en un comunicado.
La principal cuestión de seguridad a la que se refieren las aerolíneas comerciales es que los mismos aviones que operan podrían ser atacados por error por un misil de tierra-aire iraní u otro tipo de proyectiles procedentes del país. En la memoria reciente está el derribo del avión de Malaysian Airlines sobre Ucrania en 2014.
Si otras aerolíneas europeas siguen los pasos de KLM, las consecuencias serían principalmente para los vuelos entre Asia y Europa, puesto que tienen que "elegir una ruta diferente y, por lo tanto, el trayecto se hará más largo, usando más combustible", dijo el experto aeroespacial Joris Melkert a la televisión holandesa NOS, recoge Efe.
Las aerolíneas internacionales están en alerta, sobre todo más débiles financieramente, ante el repunte del precio del petróleo que fue pronunciado tras el ataque a dos barcos petroleros en los alrededores del golfo Pérsico, el pasado día 13 de junio.
El derribo elevó más si cabe las tensiones entre Estados Unidos e Irán, una relación que se ha deteriorado desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, retirara a su país del acuerdo nuclear con Irán y otros cinco países firmantes en mayo del año pasado. Desde entonces se han reanudado las sanciones contra la República Islámica, levantadas bajo el pacto, que se reforzaron en mayo con el fin de las exenciones a otros países para la compra de crudo iraní. Diversos analistas apuntan que la escalada de la confrontación entre ambos países es preocupante, algo que algunos de los principales operadores de vuelos internacionales empiezan a asumir.