Arabia Saudí ha estado implementando una estrategia para desarrollar una economía diversificada, abrirse al mundo exterior y ser más autónoma respecto a las grandes potencias internacionales. Estos esfuerzos están diseñados para mejorar la competitividad de la economía saudí, aumentar la inversión extranjera, promover el desarrollo económico y aumentar el bienestar de la población.
El acuerdo de aviones de Boeing entre Arabia Saudí y Estados Unidos es una muestra de la ambición ilimitada y la capacidad de ambos países para construir un futuro prometedor. A pesar de que el acuerdo es simplemente una inversión en capital, se espera que aporte un enorme beneficio a la economía saudí, contribuyendo con 20.000 millones de dólares al Producto Interior Bruto (PIB) y creando 200.000 nuevos puestos de trabajo. Además, se espera que los ingresos generados por el acuerdo compensen el coste en menos de tres años. Esto demuestra que el gigante árabe está dispuesto a invertir en su economía para mejorar su posición internacional, y su compromiso con su pueblo.

Saudi Airlines espera convertirse en el mayor centro logístico de la región de Oriente Próximo mediante el transporte anual de 330 millones de pasajeros a través de sus aerolíneas oficiales, Saudi Arabia y Riyadh Airlines. El nuevo organismo de transporte de Arabia Saudí se está preparando para convertirse en el mayor centro regional en su sector. Esto asegurará la estabilidad de la liquidez en las cadenas de suministro entre los importadores, los proveedores y los destinatarios. La ubicación geográfica excepcional del Reino permitirá aprovechar los medios de transporte marítimo y aéreo para el intercambio comercial global. Esto hará que el país sea un líder en el transporte y el comercio internacional.
En octubre de 2020, Arabia Saudí y China firmaron un acuerdo de asociación estratégica que incluyó contratos por valor de más de 29.000 millones de dólares, así como docenas de acuerdos de inversión en varios sectores. Estos acuerdos también incluyen proyectos conjuntos en la ciudad saudí de NEOM por un valor de 500.000 millones de dólares.
El acuerdo entre Arabia Saudí y Boeing fue un acuerdo económico que reforzó los lazos comerciales entre Washington y Riad. La Administración estadounidense confirmó que la relación es sólida, pero también destacó que el reino saudí es una nación que prioriza sus propios intereses por encima de los de sus aliados. Los funcionarios estadounidenses han dado a entender que las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí no cambiarán significativamente tras el anuncio del acuerdo. Esta decisión se basa en el hecho de que el Gobierno saudí es un socio económico indispensable para Estados Unidos, y sus decisiones políticas no han sido necesariamente dañinas para el país. Asimismo, el hecho de que los precios del petróleo no aumentaron tras el acuerdo demuestra que la lectura de los saldos de mercado de Arabia Saudí fue correcta y no política. Esto indica que Estados Unidos seguirá manteniendo una relación estable con el país árabe.

El aumento de los ingresos de la petrolera estatal Saudi Aramco en los últimos años es una señal clara de que Riad está tomando medidas para diversificar su economía y aprovechar sus principales recursos. Una estrategia que tiene que ver con el programa Visión 2030 enfocado a acabar con la dependencia del petróleo. Estas inversiones presentan una oportunidad de crecimiento para el Reino, donde sus ingresos aumentarán significativamente en los próximos años. Los observadores señalan que hay una tendencia clara en la política internacional como la búsqueda de una postura equitativa y equilibrada entre todas las potencias. Esta posición política es una forma de crear un entorno internacional más armonioso, con el fin de promover una cooperación más eficaz y estable entre las naciones.
Por su parte, Rusia ha aceptado que Arabia Saudí es una potencia económica emergente que puede servir como un aliado confiable, respetando los lazos con todos, pero sin estar al servicio de nadie. Esta nueva visión del reino saudí se ha visto respaldada por sus proyectos de refinación y petroquímica que está implementando en varios países del sur de Asia, pero que no representan una amenaza para las oportunidades de otros competidores petroleros. Esto refleja la estabilidad comercial y el respeto a la parte inversora que se necesita en la región, lo que ha generado que Estados Unidos reconsidere su posición con respecto al país.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.