El estallido social y la desestabilización azotó Francia. Durante varios días ya, ha habido serias protestas y disturbios en varios puntos del país galo a raíz de la polémica surgida por la muerte de un adolescente de 17 años en Nanterre, uno de los suburbios de la capital París, tras el disparo de un policía francés cuando el joven no se detuvo en un control policial.
Cuando se conocieron los hechos, mucha gente se echó a la calle y aparecieron los disturbios con tintes de protesta denunciando los abusos policiales en Francia y el racismo existente, teniendo en cuenta que el menor muerto en Nanterre era de origen argelino. Además de en París, la violencia urbana se extendió a muchos suburbios de las principales ciudades francesas, con fuerte presencia de población perteneciente a familias inmigrantes, principalmente árabes, que mostraron su furia tras el asesinato del joven Nahel.
En los últimos seis días desde que se produjese la muerte de Nahel, se han producido graves disturbios con saqueos, incendios provocados y asaltos a centros educativos, alcaldías y diversos edificios públicos, por parte de miles de ciudadanos, muchos de ellos jóvenes de origen foráneo, que ha supuesto un auténtico desafío al Estado francés.

Según medios como Maghreb Intelligence, el Gobierno argelino, que ha tenido fuertes polémicas con el Ejecutivo Francia en los últimos tiempos, podría haber utilizado toda esta corriente para desestabilizar a la Administración francesa. En Argelia no sentó bien el aplazamiento de la visita a Francia del presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, tanto en mayo como en junio. La visita de Estado que el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune tenía previsto realizar el 2 de mayo fue anulada, por parte argelina, debido a una decisión de la cúpula del Ejército argelino, para muchos el verdadero poder en el país norteafricano. Mientras, la anulación de la visita de junio vino del lado francés, donde diversos sectores de la Administración francesa consideran que el presidente argelino no cumple los criterios para realizar una visita de Estado a París. Entre las razones por las que Tebboune no es deseado en el país francés se encuentran las violaciones de los derechos humanos y la represión ejercida contra los opositores argelinos.
Según diversas fuentes consultadas por Maghreb Inteligence, Argel habría programado una estrategia perversa para aprovecharse de esta violencia urbana y de la cólera popular surgida en los suburbios franceses a raíz de la trágica muerte del joven Nahel en Nanterre. Para Argel, esta crisis que ha sacudido Francia podría ser una oportunidad inesperada para reposicionarse en la escena política francesa e intensificar su influencia en la diáspora argelina, que forma la mayor comunidad extranjera establecida en suelo francés. El régimen argelino habría convertido esta crisis en una “oportunidad” para atacar a los grupos de presión más antiargelinos de Francia, según señaló a Maghreb-intelligence una fuente de seguridad argelina. Dentro de estos grupos de presión se integrarían los servicios policiales y de inteligencia franceses y el propio Ministerio del Interior, que no ofrecen ayuda al Estado argelino para controlar a todos los opositores al Gobierno de Argel presentes en territorio francés, según se señala desde la propia Argelia.

En primer lugar, el 27 de junio, cuando la muerte de Nahel conmocionó a la comunidad magrebí en Francia, Argel dio instrucciones a su Embajada en París y a sus oficinas diplomáticas en las principales ciudades francesas para que se “implicaran” a fondo en la gestión de la crisis, poniéndose rápidamente en contacto con los familiares de la víctima y utilizando a fondo sus “orígenes argelinos”, según Maghreb Intelligence. Incluso, el 29 de junio la diplomacia argelina emitió un comunicado en el que señalaba que el Gobierno argelino estaba muy pendiente del asunto y seguía con “mucha atención” la evolución del caso de la “brutal y trágica” muerte de Nahel en Francia.
Según estas informaciones, el Gobierno argelino habría utilizado la baza de denunciar el supuesto racismo en el seno de la Policía francesa para agitar a todos aquellos ciudadanos miembros de familias argelinas para generar problemas a la Administración francesa. Todo ello canalizado a través de delegaciones diplomáticas argelinas en suelo galo. Según Maghreb Intellgence, la Oficina de Seguridad del Consulado de Argelia en Nanterre, uno de los consulados argelinos más importantes de la capital francesa, París, y los miembros del servicio consular recibieron el 28 de junio instrucciones de ponerse en contacto con la familia del fallecido Nahel y de posicionarse en todas las acciones populares que exigieran verdad o justicia por el fallecimiento del adolescente, a quien la diplomacia argelina presentó rápidamente como un miembro de la comunidad argelina establecida en Francia, aunque su relación con el país argelino era superficial.

En este contexto, el 29 de junio, día de la Marcha Blanca por Nahel organizada en Nanterre, numerosos diplomáticos argelinos asumieron abiertamente su participación en esta acción de protesta contra el “racismo de la Policía francesa”, según Maghreb Intelligence.
En esta línea, las marchas en Francia en protesta por el asesinato de Nahel fueron difundidas profusamente por los medios argelinos presentando a la comunidad argelina en la diáspora como víctimas de abusos y racismo por parte de efectivos policiales franceses.