Argentina, hacía una política exterior integradora y previsible

Alexandra Dumitrascu

Foto: Tras 12 años de paulatino aislamiento internacional, Argentina apuesta de nuevo por una política exterior de inserción en el mundo. 

A menos de un mes en el cargo de presidente, Mauricio Macri, devolvía a Argentina la oportunidad de relacionarse en el plano internacional, al participar, tras 12 años de ausencia, en el Foro Económico de Davos. En el mismo, mantuvo los primeros contactos con dirigentes extranjeros que, posteriormente, posibilitaron las primeras visitas oficiales de los presidentes y primeros ministros de Italia, Francia, e incluso, Estados Unidos. El mandatario argentino quería dejar claro desde el primer momento que en su país se había producido un cambio para bien; que Argentina estaba preparada ya para volver a relacionarse con el mundo, pero, sobre todo, para volver a ganarse la confianza internacional.

Desde entonces han pasado cinco meses, y los pasos se han dado en orden a este objetivo principal del Gobierno de Macri. Una de las más activas en este sentido ha sido la ministra de Asuntos Exteriores, Susana Malcorra, que más allá de su candidatura a la Secretaria General de la ONU, pero gracias a ello, ha llevado a cabo una gira internacional a mitad del mes de mayo que comprendió a Líbano, Qatar, Estambul, China, Reino Unido, México y Estados Unidos. La gira estaba pensada para buscar apoyo a su candidatura, sin embargo también constituyó un aspecto favorable para la política exterior de Argentina, en general.

Apertura internacional

A principios de mes de junio la ministra compareció en la Cámara de los Diputados para exponer las directrices generales de la política exterior argentina y para responder a las inquietudes de los diputados. De acuerdo con lo desprendido de las intervenciones de los diputados, la presencia de la ministra se dio gracias a la presión ejercida por la presidenta de la comisión y diputada, Elisa Carrió, en un momento en el que todos los diputados estaban exigiendo la comparecencia de la canciller para que esclarezca las dudas en cuanto al rumbo futuro de la política exterior argentina.

En su exposición, Malcorra enfatizó que el objetivo a largo plazo es la orientación hacía una política de inserción en el mundo y una proyección cada vez más previsible, en una búsqueda perpetua de un punto medio que permita vincular al país de acuerdo con sus intereses y, también, en concordancia con los intereses de los ciudadanos. Así, la visión expresada por la ministra se enmarca dentro de una política exterior de círculos concéntricos, en la que se buscará fortalecer las relaciones desde los regional hacía fuera, sin que quede excluida ninguna región del mundo, en donde se vislumbran oportunidades de interrelación bilateral y/o multilateral.

La región como prioridad

En este sentido, uno de los aspectos centrales de Argentina es y será la relación con el MERCOSUR, en el que se deberá avanzar hacia una mayor integración como necesidad para eliminar las “barreras autoimpuestas” y seguir en la interrelación. No obstante, la ministra ha reclamado una apertura del bloque hacia el mundo como fuente de oportunidades para empezar a negociar, especialmente con la Unión Europea - por la que Argentina muestra desde la llegada del presidente Mauricio Macri gran interés -, con la que se necesita “encontrar un balance satisfactorio para ambas partes”.

Latinoamérica y el Caribe son regiones en las que se debe, asimismo, conseguir una mayor integración, y utilizar los instrumentos existentes para priorizar el comercio, la cadena de valores, y el intercambio tecnológico y de inversión. La ministra ha dejado claro que la tendencia de la política exterior en la región pasa por la multilateralidad y defiende la coexistencia de la pluralidad institucional en el continente americano, para que haya lugar para todos los organismos, sin excluir alguno, e hizo especial mención a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la Comunidad de Estados de Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en un momento en el que varios estados de la región se cuestionan la necesidad y/o la pertenencia en la OEA del que forma parte también Estados Unidos.

Brasil, sigue siendo el principal socio de Argentina, no ya en el plano económico, sino también en lo político y lo estratégico. La crisis política que vive Brasil como consecuencia del impeachment de la presidenta de Dilma Roussef es visto con preocupación por Argentina, ya que si bien un debilitamiento de su vecino constituiría una oportunidad para competir y llegar a ocupar su puesto, la fuerte dependencia del mismo, constituye una amenaza para la recuperación de Argentina. Así, el proceso del impeachment ha sido observado muy de cerca por Argentina, para corroborar que este se haya desarrollado dentro de los marcos legales, aunque no haya intervenido de ninguna manera para evitarlo, aunque en una ocasión así se lo hayan pedido desde el lado brasileño.

En cuanto a Venezuela, la ministra Malcorra ha suavizado el tono marcado por Macri al llegar a la presidencia, y ahora la canciller apela a la legitimidad tanto del presidente Maduro, como de la oposición que ha ganado la mayoría en la Asamblea General en las elecciones del 6 de diciembre, y aboga en pro del diálogo entre las dos partes para encontrar una solución a la crisis económica, política y social que enfrenta el país bolivariano.

Restablecer relaciones con el mundo

Estados Unidos, China y Rusia, pero también los países árabes, y los del continente africano, todos se encuadran dentro de la nueva vuelta de Argentina al mundo.

En el caso de Estados Unidos, la ministra destacó los nuevos acuerdos firmados durante la visita del presidente estadounidense Barack Obama, el pasado mes de marzo que  tal como ha asegurado contribuirían a “reforzar ciertas áreas del comercio y de la inversión” tras el acuerdo alcanzado con los fondos buitres que ha permitido la salida del default de Argentina.

A la hora de plantearse un Estados Unidos con Donald Trump como presidente, Malcorra se mostró preocupada con que se pueda hacer alguna política con la aseveración mostrada por el candidato republicano.

Los rumores acerca de los puntos de fricción con China han quedado disipados después de que haya reafirmado la alianza estratégica entre los dos estados, y al destacar la llegada de un acuerdo en lo que tiene que ver con la base de Neuquén en donde la central nuclear planificada, únicamente va a tener fines civiles y pacíficos.

La cuestión de las islas Malvinas

Un tema sensible que inquietó a varios diputados en sus turnos de preguntas fue el tema de las Malvinas. Malcorra ha reiterado en diversas ocasiones las divergencias que separa a Reino Unido de Argentina en torno a este asunto, aunque, tal como ha asegurado, esto no impide que puedan llegar a acuerdos de beneficio mutuo en distintas áreas. La postura del lado argentino respecto a la cuestión de las Malvinas es si será muy clara, de acuerdo con la ministra, y es la obligación que tiene adquirida Argentina con los postulados preestablecidos en la Constitución, y así es como de lo dejó ver el presidente Macri al primer ministro David Cameron en las dos reuniones mantenidas hasta la fecha. En el punto primero de la Carta Magna Argentina, la soberanía de las islas es imprescriptible e incuestionable, siendo la recuperación de las mismas un objetivo „permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.

No obstante, un cambio de tono en el diálogo tradicional es lo que busca el nuevo Gobierno argentino, para “ver desde donde se pueden dar algunos pasos de construcción de alguna confianza mutua”, entendiendo que las causa de fondo va a tardar mucho tiempo hasta que sea encauzado hacia una resolución. Aunque para ello, Malcorra enfatizó que el único marco en donde se pueda dar respuesta al conflicto es en el seno de Naciones Unidas. “Nada se va a hacer en algún oscurantismo, sino mediante el protocolo y los medios establecidos”, contestó la ministra ante la preocupación de algunos diputados de la ausencia de mención alguna del término soberanía durante el encuentro mantenido en el mes de mayo con su homólogo británico.

Y es justo dentro de la ONU en donde la ministra resulta más ”agresiva” respecto a este asunto. En la reunión anual del Comité de Descolonización celebrada el 25 de junio Malcorra ha expresado que “cuando el Reino Unido ocupó las islas por la fuerza en 1833, expulsó de ellas a las autoridades y a la población del Estado que se encontraba en legítimo ejercicio de su soberanía, procediendo luego a llevar sus propios colonos y controlar férreamente la política migratoria a través de la cual se decide hasta hoy la composición poblacional del territorio”, y ha rechazado una vez más la versión de Gran Bretaña que alude al derecho de autodeterminación de los isleños, que tampoco es reconocido por Naciones Unidas. Así, en el marco de la reunión, Argentina ha conseguido una nueva Resolución adoptada por consenso por los miembros del Comité en el que se insta a las dos parte a reabrir el proceso de negociación para llegar a un acuerdo justo y duradero del conflicto que se prolonga desde hace cinco décadas.

La próxima salida del Reino Unido de la Unión Europea abre nuevas incertidumbres en lo que tiene que ver la orientación del asunto. Preguntada por como va a afectar este hecho en la cuestión de las Malvinas, la ministra ha destacado el nuevo rumbo de las relaciones bilaterales comenzadas previas a la decisión de Londres de abandonar el club europeo, evitando en todo momento entrar en polémicas fuera del marco autoestablecido.  

El compromiso de Argentina para con una nueva política exterior ha quedado manifiesta en múltiples gestos que el Gobierno de Macri ha hecho en los últimos seis meses. No hay dudas acerca de la voluntad de éste de volver a reinsertar al país en el plano internacional. Sin embargo, todavía hacen falta muchas más acciones positivas, en concordancia con las reglas internacionales, para que el país recupere la confianza en el plano externo. 

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