El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, desvelaba ante la comunidad internacional la localización de una planta centrifugadora de energía nuclear, que ha calificado de “desconocida previamente” y que estaría conectada al programa nuclear de Teherán de principios de los años 2000.
Tras la reunión entre la Agencia Internacional para la Energía Atómica y las autoridades iraníes correspondientes del sector nuclear, Netanyahu desenmascaraba las imágenes vía satélite del recinto ubicado a las afueras de la ciudad de Abadesh, al sur de Isfahan, que corresponde con la localización de desarrollo de energía y armas nucleares escogida por parte de Irán.
La información sobre la planta de Abadesh se encontraba adjuntada en un archivo sobre actividades nucleares iraníes detectadas por agentes israelíes el pasado enero de 2018. Sin embargo, y como declaraba Netanyahu al mostrar las fotografías, una vez el gobierno de Irán tuvo noticia de las indagaciones de Israel sobre Abadeh, procedieron a “la destrucción de pruebas o, al menos, a intentar llevar a cabo esta destrucción”, dando como resultado el “antes y después” presentado por el primer ministro israelí. Desde Tel Aviv declaran que el operativo iraní debido de tener lugar “a finales de junio o principios de julio” de este año.

“No cedo”, afirmaba contundentemente Netanyahu en sus declaraciones sobre la amenaza para la seguridad de Israel que supone cualquier tipo de actividad nuclear por parte del régimen de los ayatolás.
No es la primera vez el Gobierno de Tel Aviv destapa información detallada sobre el programa nuclear de Irán. Ya en mayo de 2018 hicieron la primera declaración pública acerca de una operación secreta por parte de sus agentes en la que retiraron documentos y materiales que pertenecían a una planta nuclear en Teherán.
Para el líder israelí, estas revelaciones no son otra cosa que una prueba más de que Irán miente sobre su programa nuclear, y pidió a los líderes mundiales que sigan a Estados Unidos para impulsar una línea dura sobre las sanciones. “Pido a la continuidad internacional que se despierte, que se dé cuenta de que Irán está mintiendo sistemáticamente, y pido a la comunidad internacional que se una a las sanciones del presidente Trump para ejercer más presión sobre Irán. La única forma de detener la marcha de Irán hacia la bomba, y su agresión en la región, es presión, presión y más presión”, dijo.

El pasado 8 de septiembre, la Agencia Internacional para la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) informaba sobre la reunión mantenida entre el director general interino Cornel Feruta con el vicepresidente y presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, el ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, y otros altos funcionarios iraníes, en su visita a Irán.
Las muestras tomadas por el organismo de control nuclear de la ONU en Teherán revelaron rastros de uranio que Irán aún no ha explicado, según han declarado dos diplomáticos que siguen de cerca las inspecciones de la agencia.
De acuerdo con las declaraciones de los mencionados diplomáticos que recoge Reuters, la Agencia Internacional de Energía Atómica está investigando el origen de las partículas y ha pedido a Irán que explique los rastros. Pero Teherán no lo ha hecho, según los diplomáticos, avivando así las tensiones entre Washington y Teherán. Las sanciones estadounidenses han reducido drásticamente las ventas de petróleo iraní y el país asiático ha respondido incumpliendo su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales.

Las muestras recogidas de los rastros eran, según los diplomáticos, de uranio, el mismo elemento que se cree que Irán está enriqueciendo y uno de los dos únicos elementos fisibles con los que se puede formar el núcleo de una bomba nuclear. Sin embargo, uno de los declarantes afirmó como que el uranio no estaba muy enriquecido, al menos no lo necesario para la creación de armas nucleares.
"Hay muchas explicaciones posibles", continuó. Pero dado que Irán aún no ha entregado nada al OIEA, es difícil verificar el origen de las partículas, y tampoco está claro si los rastros son restos de material o actividades anteriores al acuerdo histórico de 2015 o más reciente, dicen los diplomáticos.
Así, el secretismo que rodea a la actividad nuclear pasada y presente de la República Islámica podría explicar por qué se encontraron rastros de uranio en un lugar que nunca fue declarado al OIEA.

El calificado como “histórico” acuerdo de 2015 entre Irán y otras seis potencias internacionales (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Rusia) para limitar el programa nuclear iraní a cambio de levantar las sanciones impuestas, según afirmaba el expresidente estadounidense Barack Obama en su día, no depende de la confianza, sino de la verificación.
Siguiendo esta labor de seguimiento y verificación, las últimas declaraciones por parte de Netanyahu sobre Abedeh supondrían, de esta forma, que Irán ha estado incumpliendo un acuerdo (JCPOA, por sus siglas en inglés) que, cabe recordar, se puede resumir en siete puntos clave: primero, Irán no producirá uranio altamente enriquecido durante los próximos 15 años; segundo, Irán se deshará del 98% del material nuclear que posee; tercero, Irán eliminará dos tercios de las centrifugadoras que tiene instaladas; cuarto, las potencias podrán verificar "por primera vez" el grado de cumplimiento del acuerdo; quinto, Naciones Unidas levantará todas las sanciones que pesan sobre Irán vinculadas al programa nuclear, aunque con algunas limitaciones; sexto, levantamiento estará condicionado a que previamente Irán deberá cumplir con los “pasos básicos” del acuerdo; séptimo y último, las sanciones se mantendrán durante los próximos cinco años en el caso de las armas y durante los próximos ocho en el caso de los misiles balísticos.

El ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, tomaba la red social Twitter para acusar directa y abiertamente a Netanyahu de “querer guerra” y recordaba que las denuncias de Israel no son más que suposiciones sobre una zona que actualmente se encuentra en ruinas en Irán.

Los esfuerzos de Netanyahu por mantener la seguridad de Israel en la región son continuos. Paralelo a las tensiones nucleares con Irán, el primer ministro israelí volará el próximo jueves a Sochi, donde tiene previsto mantener una reunión con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con el fin de discutir un fortalecimiento de la cooperación en materia de seguridad respecto a otro de sus bandos abiertos con Irán: Siria.

En este sentido, Netanyahu asegura que está haciendo esfuerzos por organizar otra cumbre entre Estados unidos, Rusia e Israel para discutir la retirada de tropas iraníes de Siria, como continuación a las conversaciones que se iniciaron a este respecto en el mes de junio en Jerusalen.