Las maniobras militares de la Alianza han sido calificadas por Putin como una “provocación”

Aumentan las tensiones entre la OTAN y Rusia en el mar Negro

photo_camera REUTERS/SERGEY SMOLENTSEV - El destructor Tipo 45 de la Marina Real Británica HMS Defender llega al puerto de Odessa, Ucrania, en el Mar Negro el 18 de junio de 2021

Desde que se produjese el incidente entre Rusia y Reino Unido en la costa de Crimea la tensión ha ido en aumento en la región del mar Negro. Después del ataque ruso al destructor británico HMS Defender, otros países de la OTAN han comenzado maniobras militares en la zona. “El destructor fue avisado de que se usaría armamento si rebasaba la frontera de la Federación Rusa. No reacción al aviso”, argumentó el Ministerio de Defensa ruso. El buque británico había navegado hasta tres kilómetros por aguas reclamadas por Rusia.

Bajo la operación Sea Breeze 2021, la OTAN y otros aliados de la región como Ucrania están desarrollando acciones militares en el mar Negro que se extenderán hasta el 10 de julio. Estos ejercicios incluyen aproximadamente 5.000 soldados, 40 buques de guerra y más de 100 trasportes, incluidos vehículos blindados. Esta operación es la más grande en décadas, según el medio alemán DW. Entre los países que participan se encuentran Japón, España, Israel, Italia, Francia y Marruecos. Para Estados Unidos, el gran número de participantes en el ejercicio demuestra el “compromiso compartido de garantizar el libre acceso a las aguas internacionales”.

No obstante, Moscú ha decidido también desplegar su Ejército en la zona. Según informa la agencia rusa TASS, aviones de combate rusos están realizando operaciones militares en el mar Negro. A los ejercicios aéreos se han sumado también maniobras navales con los barcos Saratov y Orsk. Portavoces de la Flota del Mar Negro rusa aclararon que estos entrenamientos ya “estaban planificados de antemano”.

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Estos buques rusos hacen frente a los trasladados por la OTAN, como el USS Laboon y el USS Ross, ambos estadounidenses; el barco de apoyo de buceo francés FS Alizé A645; la fragata holandesa HNLMS Evertsen; o el destructor de misiles británico HMS Defender. Las fuerzas rusas instaron a estos dos últimos buques a alejarse de la costa, llegando incluso a sobrevolar los barcos. El ministro de Defensa holandés, Ank Bijleveld-Schouten calificó estas acciones como “irresponsables”, señalando que Evertsen “tiene todo el derecho a navegar allí”.

El presidente ruso Vladimir Putin no ha hecho referencia a la controversia con el buque holandés, aunque sí ha acusado al Ejército británico y estadounidense de organizar una “provocación”. Sin embargo, el mandatario ruso ha declarado que “saben que no pueden ganar este conflicto”. “Estaríamos luchando por nuestro propio territorio, no viajamos miles de kilómetros para llegar a sus fronteras, ellos sí lo hicieron”, puntualizó Putin.

Por otra parte, el Ministerio de Defensa ucraniano se refirió a estas acciones como un intento por lograr una mejor cooperación y “mantener la paz regional”. Desde la crisis en Crimea entre Ucrania y Rusia, la OTAN y, sobre todo, Estados Unidos han mostrado su respaldo a Kiev. El territorio ucraniano ha sido, desde entonces, escenario de tensiones entre Moscú y Washington, como ocurrió el pasado abril cuando tropas rusas se desplegaron cerca de la frontera ucraniana.

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El mar Negro, punto de enfrentamientos entre Rusia y la OTAN

Desde la crisis de Ucrania, el mar Negro se ha convertido en un foco de tensiones entre la OTAN y Rusia. Tal y como explica Mark Simakovsky, miembro del Atlantic Council, este mar “crea el potencial de una explosión en la tensión entre Estados Unidos y Rusia”. El mar Negro baña las costas de varios miembros de la OTAN, como Bulgaria, Rumania y Turquía. Ucrania, por otra parte, es un aliado muy relevante de la Alianza Atlántica. Georgia, aunque no pertenezca a la OTAN, se convirtió en aspirante en 2017 y desde entonces ha desarrollado maniobras conjuntas con países la organización. Estas operaciones, según el expresidente georgiano Georgui Gajaria, “son un claro ejemplo de las aspiraciones de Georgia de acercase a la unión euroatlántica”. Además, tal y como señala EFE, más del 70% de los ciudadanos del país apoyan el ingreso en la OTAN, y más después de la guerra ruso-georgiana de 2008.

En una cumbre celebrada en mayo por el B9, los países de Europa del Este miembros de la OTAN, los líderes políticos pidieron “más presencia de la organización” en la zona para hacer frente a las “crecientes acciones desestabilizadoras de Rusia”

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