Kazajistán ha vivido en la última semana los peores disturbios de sus 30 años de historia como país independiente. Lo que empezó como unas protestas contra la subida del precio del combustible rápidamente se convirtió en un episodio de violencia que ya se ha cobrado la vida de 164 personas. Además del rechazo al incremento de precios, los manifestantes también expresaron su descontento hacia el Gobierno kazajo, encabezado por Kasim Jomart Tokayev y hacia el expresidente Nursultán Nazarbáyev. El exlíder kazajo, que comenzó a gobernar el país cuando todavía era una república soviética, dejó el poder el 2019, aunque numerosos analistas señalan que continuó liderando el país en la sombra.
Poco después de que las revueltas se volviesen violentas, dejando numerosos edificios gubernamentales en llamas y comercios saqueados, el Ejecutivo kazajo solicitó ayuda militar a la Organización de Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza integrada por seis repúblicas exsoviéticas: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán. Putin, que ha enviado más de 75 aviones militares, se ha convertido en el principal aliado de Tokayev, llegando a calificar las protestas de "un acto de agresión".

Asimismo, el mandatario ruso, ha señalado que existen "fuerzas externas" que buscan "desestabilizar Asia Central" y no quieren traer paz y estabilidad a la región. "Los eventos en Kazajistán no son los primeros ni serán los últimos intentos de inferir en la región desde el exterior", añadió. En este contexto, Putin ha informado que las tropas rusas abandonarán el país “una vez finalizada su misión". El Gobierno de Tokayev, al igual que el Kremlin, ha indicado que las “agresiones armadas” han sido provocadas por actores externos. En este caso, el Ministerio kazajo de Relaciones Exteriores ha hablado de “grupos terroristas bien coordinados y entrenados en el extranjero". "Según datos preliminares, los atacantes incluyen personas que tienen experiencia en zonas de combate militar en las filas de grupos islamistas radicales", explicó el Ministerio según informa la agencia Reuters. Desde que comenzaron las revueltas, el Ejecutivo kazajo se ha mostrado muy duro con los manifestantes, calificándolos de "bandidos y terroristas". Por este motivo, el pasado viernes Tokayev ordenó a las fuerzas de seguridad disparar a matar sin previo aviso.

Estados Unidos, por su parte, ha criticado la presencia rusa en Kazajistán en medio de nuevas negociaciones entorno a la crisis de Ucrania. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó en una rueda de prensa que “una vez que los rusos están en tu casa, a veces es muy difícil conseguir que se vayan", mientras que la secretaria de prensa del gobierno, Jen Psaki, tachó las declaraciones de Putin sobre las "fuerzas externas" como "estrategias de desinformación que claramente forman parte del manual ruso". En esta línea también se encuentran las declaraciones de Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. El jefe de la diplomacia europea expresó en su cuenta de Twitter su preocupación por la situación en Kazajistán, señalando que "la asistencia militar externa es un recordatorio de situaciones que deben evitarse". No obstante, Rusia no es el único país que ha enviado tropas a petición de Tokayev, otros estados de la OTSC como Armenia o Bielorrusia también han socorrido a las autoridades kazajas.
Las tropas extranjeras en Kazajistán, especialmente las rusas, no solo han provocado el rechazo de Occidente, sino que también han causado la creación de milicias antigubernamentales y antirrusas en la república exsoviética. En redes sociales ha circulado un vídeo de cuatro individuos armados que dicen haber fundado una milicia denominada "Movimiento de Liberación de Kazajistán". En la grabación declaran la guerra al Gobierno de Putin y de Tokayev. No obstante, varias fuentes afirman que Rusia podría estar detrás de este vídeo para justificar su intervención en el país.

A pesar de que el Gobierno kazajo ha asegurado tener bajo control la situación, la cifra de detenidos asciende a casi 8.000, según datos del Ministerio del Interior. Por otro lado, la ciudad de Almaty tardará bastante en recuperarse de los violentos sucesos, ya que, según lamenta el corresponsal de la BBC Abdujalil Abdurasulov, “la ciudad parece sacada de una película del apocalipsis”. Estas revueltas también han vuelto a reafirmar el compromiso de Putin con sus aliados de Asia Central. "Las medidas tomadas por la OTSC han demostrado claramente que no permitiremos que la situación se tambalee en la región y no permitiremos que se produzcan las llamadas 'revoluciones de color'”, declaró en una reunión virtual con los otros líderes de la alianza. Asimismo, ha aprovechado para alabar el trabajo de la OTSC, argumentando que la “organización ha demostrado su potencial, su capacidad para actuar con rapidez, decisión y eficiencia".