Azerbaiyán y Armenia acercarán posturas el 25 de mayo en Moscú

La región de Nagorno-Karabaj vuelve a sumirse en un clima de tensión y violencia que ha llevado a las partes a replantearse la situación en el antiguo Óblast Autónomo soviético. Los enfrentamientos reportados hace una semana dejaron el fallecimiento de un soldado armenio y otros dos heridos. Según el comunicado del Ministerio de Defensa de Armenia, “las fuerzas armadas de Azerbaiyán violaron el alto el fuego en Sotk, empleando drones”. Pocos días antes, la víctima fue un soldado azerí, lo que hizo aumentar la tensión pocos días antes de la reunión que mantuvieron el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev.
El encuentro auspiciado por la Unión Europea fue uno de los numerosos esfuerzos que está llevando a cabo la comunidad internacional por calmar las aguas en el Cáucaso. A principios de este mes, fue Estados Unidos quien intentó mediar para la resolución del histórico conflicto. Las administraciones armenia y azerí mantuvieron intensas conversaciones durante cuatro días en Washington, algo que no ha sentado nada bien en Rusia. De hecho, Moscú ha contestado con una invitación a los líderes de ambos países para ser el presidido por Vladímir Putin el que acoja esas conversaciones, previstas para el próximo 25 de mayo.
“Hemos recibido una propuesta de Rusia para celebrar una cumbre trilateral en Moscú bajo la mediación del presidente ruso. Hemos aceptado la oferta”, ha asegurado Pashinyan en un comunicado emitido por la agencia armenia de noticias Armenpress. También ha hecho referencia a la reunión que mantuvo con su homólogo azerí en Bruselas, donde, dice, “se dio otro paso”. Una reunión que “estuvo orientada a resultados en lo relativo a avanzar en la agenda de normalización entre ambos países”. En Ereván tienen claro que cualquier solución al conflicto pasa por el reconocimiento mutuo de la integridad territorial de los dos países.

Este paso del reconocimiento es, según el presidente armenio, un factor clave “de cara a finalizar el texto del tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán y la delimitación fronteriza”. La esperanza es que, gracias a la sucesión de estas reuniones, se avance de forma rápida en el acercamiento del acuerdo. Y lo es, sobre todo, por la preocupación que genera en Occidente la tensión en la región de Nagorno-Karabaj, donde cada vez más países quieren ganar influencia debido a su posición estratégicamente ventajosa. De ahí que Rusia haya actuado rápidamente para no perder la ventaja que ganó actuando como mediador en 2020 para poner fin a la segunda guerra del Alto Karabaj.
Los intereses en la región han crecido exponencialmente en los últimos tiempos. Azerbaiyán cuenta con una importante ventaja debido al apoyo brindado por Turquía, mientras que Armenia, aunque ayudada por Rusia, no cuenta con el mismo nivel de respaldo. Es Irán quien se erige como una de las alternativas para Ereván, que pretende adquirir drones iraníes empleados por los rusos en la invasión de Ucrania. La prueba de su buen funcionamiento en el campo de batalla ha hecho que Armenia se interese en ellos para reforzar su capacidad militar.

Por su parte, Teherán ve con muy buenos ojos estrechar sus vínculos con el país presidido por Nikol Pashinyan. Pretenden ganar influencia en Europa Oriental, y Armenia puede ser una de las opciones más suculentas para los de Ebrahim Raisí. En la recámara, Serbia – gracias a su enfrentamiento con los kosovares – se postula como la otra gran alternativa. De ahí que la inestabilidad de la región esté favoreciendo los intereses de países como el iraní y, por consecuencia, ponga en alerta a Europa y Estados Unidos, que han puesto toda su maquinaria a trabajar para intentar alcanzar un acuerdo que acabe definitivamente con el enfrentamiento que comenzó hace casi cuatro décadas con la primera guerra del Alto Karabaj (1988-1994).