Los dos políticos han mantenido una reunión en Reikiavik junto con el resto de los miembros del Consejo Ártico

Blinken-Lavrov: primer encuentro entre la diplomacia rusa y estadounidense en torno a la cuestión del Ártico

photo_camera REUTERS/SAUL LOEB - El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, saluda al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a su llegada a una reunión en la sala de conciertos Harpa, al margen de la cumbre ministerial del Consejo Ártico, en Reikiavik, Islandia, el 19 de mayo de 2021

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se ha reunido con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, la pasada noche del miércoles en Islandia. Este encuentro se sitúa dentro de la sesión ministerial del Consejo Ártico en Reikiavik.

La cumbre entre Blinken y Lavrov es la primera entre los jefes de las diplomacia rusa y estadounidense. Que se celebre en la capital islandesa tiene un valor simbólico, ya que en 1986 se reunieron los expresidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov.

“Buscamos una relación estable y predecible con Rusia”, declaró Blinken. Las relaciones entre Moscú y Washington se han enfriado notablemente en los últimos meses. Las primeras sanciones de la Administración Biden estuvieron dirigidas a autoridades rusas por el caso Navalny. Además, el presidente estadounidense calificó de “asesino” a Vladimir Putin. Por otra parte, la escalada de tensión en la frontera ruso-ucraniana llevó a tensar todavía más esos lazos. “Tampoco es ningún secreto que tenemos nuestras diferencias”, aseguró el secretario de Estado, haciendo clara alusión a esas discrepancias. Blinken también ha advertido que, tal y como Biden ya ha informado a Putin, “si Rusia actúa agresivamente contra nosotros, nuestros socios y nuestros aliados, responderemos”.

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Días antes de la reunión, Lavrov hizo referencia a las sanciones estadounidenses contra Rusia y el obstáculo que representan para establecer unas buenas relaciones bilaterales. “Aparentemente, hay una decisión para promover relaciones estables y predecibles con Rusia. Sin embargo, si esto incluye constante y predecible sanciones, eso no es lo que necesitamos”, aseguró el ministro ruso. Asimismo, agregó que la actitud rusa hacia Estados Unidos se basaba en “acciones específicas más que en palabras”. Lavrov se refería no solo a las sanciones por el caso Navalny, sino también a las nuevas sanciones por un oleoducto europeo. El Gobierno de Biden impuso sanciones a la empresa Nord Stream 2, controlada por Rusia, por la construcción del gasoducto entre Rusia y Alemania. Berlín, en contra de la decisión estadounidense, ha insistido en que estas sanciones son “una injerencia en sus asuntos internos”. Washington ha considerado este proyecto como un “riesgo geopolítico para la seguridad”.

Sin embargo, en medio de este encuentro y con el fin de rebajar tensiones, Washington ha levantado las sanciones contra Nord Stream 2, pero sí las mantiene contra buques y empresas implicadas en la construcción del oleoducto.

A pesar del intento de mejorar los lazos, Lavrov y Blinken han discrepado en algunas cuestiones, como la militarización del Ártico, donde el secretario de Estado ha mostrado su “preocupación”, argumentando que esto puede incrementar “el peligro de accidentes”, además de ser incompatible con el objetivo de un “futuro sostenible y pacífico para la región”. Lavrov, por el contrario, ha declarado que tienen toda “la obligación de mantener la costa del Ártico protegida”, insistiendo que en “todo lo que Rusia está haciendo es absolutamente legal”. El ministro ruso también ha recordado la militarización de otros países, aludiendo a la OTAN. “Tenemos preguntas para nuestros vecinos, como Noruega, que está tratando de todas formas posibles de justificar la necesidad del traslado de la OTAN al Ártico”.

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No obstante, y pese a las diferencias en temas como Ucrania, Lavrov informó a los periodistas después de la reunión que las conversaciones habían sido “constructivas”. Autoridades estadounidenses coincidieron con el ministro ruso, calificándolas como “un buen comienzo” que permitió “abordar muchos temas”. Blinken anunció que esta reunión también serviría para discutir otros asuntos relevantes como la nueva escalada en el conflicto palestino-israelí, Irán o el medio ambiente.

Este encuentro puede ser la antesala de la reunión entre Putin y Biden, que podría celebrarse en los próximos meses. Tal y como aseguró Blinken, las conversaciones “cara a cara” son clave para intentar tener una relación más estable.

El interés ruso en el Ártico

El Ártico puede ser otro escenario que cause disputa entre Biden y Putin, ya que es un objetivo principal de la política exterior rusa. De hecho, algunos países como Canadá, miembro del Consejo Ártico, ya alertó a Rusia por sus acciones en el Ártico en 2007. En ese año, dos submarinos rusos descendieron hasta el fondo del océano Ártico, posteriormente plantaron una bandera rusa en una cápsula de titanio. “Este no es el siglo XV. No se puede vagar por el mundo levantando banderas y diciendo: exigimos esta región”, declaró el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Peter MacKay.

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El techo del mundo ha sido una de las prioridades de Rusia desde la época soviética. No obstante, fueron los zares los que trazaron los primeros mapas del norte de Siberia. En 1937 se llevó a cabo la primera misión soviética en el Polo Norte. A partir de este hecho histórico se comenzaron a desarrollar infraestructuras en la región, como caminos o puentes.

Rusia no fue el único país que muestra interés por esta desconocida parte del mundo. Otros Estados, con parte de su territorio nacional en el Ártico también han comenzado a reclamar su papel en la zona. Por este motivo se creó el Consejo del Ártico en 1996, mediante la Declaración de Ottawa. Este foro internacional está formado por Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia, Rusia y Estados Unidos. Los objetivos del Consejo es cooperar en asuntos del Ártico, desarrollar programas de desarrollo sostenible y proteger el medio ambiente, así como las minorías indígenas de la zona.

El calentamiento global está jugando un papel clave dentro del Ártico. El deshielo abre nuevas posibilidades de explotación. El Instituto Geológico de Estados Unidos anunció en 2008, en plena expansión hacia la zona, que el Ártico albergaba 90.000 millones de barriles de petróleo y 44.000 millones de gas natural. Estos cálculos suponen un 13% y 30% respectivamente de las reservas mundiales de estos recursos tan preciados. Además de todos los materiales valiosos que contiene, podría llegar a ser una ruta marítima importante a nivel internacional.

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Por estos motivos, la zona del Ártico será una zona clave en el plano geopolítico, además de poder ser el detonante de conflictos internacionales. Tal y como señala el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), a pesar de no existir un enfrentamiento armado, los actores interesados en la región demuestran su presión constantemente. Uno de los problemas que tiene el Ártico, según el IEEE, es que carece de un texto jurídico internacional, al igual que la Antártida. 

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