"Regresé a Bruselas con una profunda preocupación por las perspectivas de desarrollo de la sociedad rusa y las opciones geoestratégicas de Rusia", ha declarado

Borrell hace balance de su visita a Moscú y Rusia se muestra “sorprendida”

photo_camera PHOTO/Jennifer Jacquemart/Comisión Europea - El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó este domingo su profunda preocupación por la negativa de las autoridades rusas a entablar un diálogo “más constructivo” con la Unión Europea.

Las autoridades rusas no quisieron aprovechar la oportunidad para tener un diálogo más constructivo con la UE. Es lamentable y tendremos que sacar conclusiones de ello (...) Corresponderá a los Estados miembros decidir los próximos pasos, y sí, estos podrían incluir sanciones”, dijo en un mensaje colgado en su cuenta de Twitter a su regreso del viaje que realizó a Moscú la semana pasada. Por primera vez, Borrell abrió la puerta a activar la norma recién aprobada por la UE que permite imponer sanciones por violación de derechos humanos, similar a la ley Magnitisky de EEUU. De imponer sanciones la decisión debería tomarse por unanimidad a propuesta de los Estados miembro.

Rusia se ha mostrado este lunes "sorprendida" por la evaluación del alto representante de su reunión con el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, porque considera que difiere de la que hizo en Moscú el pasado viernes.

"Con sorpresa hemos conocido la evaluación de Borrell de los resultados de la visita, que difieren marcadamente de sus declaraciones en la rueda de prensa de Moscú", señalaron hoy desde el Ministerio de Asuntos Exteriores a la agencia oficial rusa TASS.

Los líderes de la UE se reunirán el 22 de febrero para sacar conclusiones de la misión llevada a cabo por Borrell y decidir las actuaciones que se darán ante el rechazo del Kremlin a las demandas de liberación del opositor Alexey Navalny y la expulsión de tres diplomáticos de la UE durante la reunión entre Borrell y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov. 

El caso Navalny ha sido el último escollo en la relación entre el bloque comunitario y Moscú, primero tras su envenenamiento, y después por su detención a su regreso de Alemania donde había recibido tratamiento médico. Borrell apeló a Rusia para que libere al líder opositor, que tendrá que cumplir dos años y ocho meses de cárcel por un antiguo caso, así como a otras personas encarceladas por protestar contra el gobierno ruso. 

Atalayar_Serguei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia

“Por supuesto, hemos estado hablando del caso Navalny y de las personas detenidas en las manifestaciones y he transmitido al ministro Lavrov nuestra profunda preocupación y le he reiterado nuestro llamamiento a una investigación imparcial de su envenenamiento”, dijo Borrell.

Ante las quejas del exministro de Asuntos Exteriores, el jefe de la diplomacia rusa contraatacó afirmando que en algunos países europeos también hubo uso excesivo de la fuerza en manifestaciones y “fallos judiciales sospechosos de estar políticamente motivados”. La tensión llegó al punto de atacar personalmente a Borrell a cuenta de los políticos independentistas catalanes presos.

“Los líderes independentistas catalanes están en prisión por organizar un referéndum, una decisión que la justicia española no ha revocado pese a que tribunales de Alemania y Bélgica hayan fallado en contra". "Ante esto, España ha defendido su sistema judicial y ha pedido no dudar de sus decisiones. Eso es lo que queremos de Occidente en términos de reciprocidad", ha argumentado Lavrov, estableciendo un paralelismo con el caso Navalny.

El otro gran momento de tensión durante la visita de Borrell tuvo lugar durante el almuerzo con Lavrov, cuando el jefe de la diplomacia europea se enteró de la noticia de la expulsión de tres diplomáticos europeos – de Alemania, Polonia y Suecia – que fueron declarados “persona non grata” acusados de participar en las protestas opositoras.

Según trasladó a los medios, Borrell le hizo saber a Lavrov su indignación por la decisión tomada por las autoridades rusas.

El alto representante insistió en que “el Estado de derecho, los derechos humanos, la sociedad civil y la libertad política” son imprescindibles para construir un “futuro común” entre Rusia y Europa. 

Josep Borrell aprovechó la visita para reunirse con representantes de la oposición y defensores de los derechos humanos. Además, un miembro de su equipo se reunió con el abogado de Navalny.

“Mi encuentro con el ministro Lavrov y los mensajes enviados por las autoridades rusas durante esta visita confirmaron que la relación entre Europa y Rusia está a la deriva. Parece que Rusia se desconecta progresivamente de Europa y ve los valores democráticos como una amenaza existencial”. Es la conclusión del jefe de la diplomacia europea tras el fracasado intento de tender puentes.

Más en Política