El 18 de agosto, Donald Trump conocía oficialmente el nombre de su rival para las elecciones norteamericanas. Era la tercera vez que Joe Biden, de 77 años, se presentaba como candidato demócrata a la presidencia, y fue la vencida.
Lo que quedaba por pasar desde mediados de agosto era una campaña bronca, marcada por la pandemia de la COVID-19 -entre medias Trump dio positivo por coronavirus-, las protestas raciales y la recesión inminente de la economía americana.
Ambos candidatos a la presidencia han llevado a cabo actos para sus votantes. Aunque de maneras muy diferentes: Biden siguiendo las recomendaciones sanitarias y evitando grandes aglomeraciones; Trump, haciendo caso omiso de estas y aglutinando forofos y simpatizantes en sus encuentros como en Carolina del Norte, Pensilvania o Florida.
Este martes, millones de estadounidense han acudido ha las urnas. Antes del día de las elecciones, algo más de 100 millones de personas emitieron sus votos anticipados, por correo o en persone, según el US Election Project.

El total de votos ha batido el récord y ha llevado a algunos expertos a predecir que las tasas de votación de estos comicios serán las más altas desde 1908.
Los primeros centros de votación cerrarán a las 23:00 GMT, pero la votación concluirá oficialmente a las 06:00 GMT de el miércoles, cuando cierren las últimas juntas ubicadas en Alaska.
Para conseguir la victoria, Biden o Trump no necesitan tener más votos. Pasó en 2016, Hillary Clinton obtuvo casi tres millones de votos más, pero el republicano Trump consiguió la victoria porque ganó el voto electoral. Por ello, para ganar las elecciones hay que conseguir al menos 270 de los 538 votos del colegio electoral estadounidense.
Los votantes también decidirán qué partido político controlará el Congreso de los Estados Unidos durante los próximos dos años, con los demócratas muy favorecidos para recuperar una mayoría en el Senado y retener el control de la Cámara de Representantes.
"Creo que vamos a tener una gran noche", dijo Trump durante una aparición en Arlington, Virginia, al otro lado del río Potomac desde Washington, donde agradeció a los trabajadores de la campaña. “Pero es política y elecciones, y nunca se sabe”.
“Ganar es fácil. Perder nunca es fácil, no para mí no lo es”, agregó Trump.
Trump, que parecía algo cansado y admitió que su voz estaba "un poco entrecortada" después de pronunciar discursos en numerosas manifestaciones estridentes en los últimos días de la campaña, dijo que aún no estaba pensando en hacer un discurso de concesión o un discurso de aceptación.
El candidato demócrata viajó a su lugar de nacimiento para pasar la noche electoral, en Scranton, en el estado de Pensilvaina. Hablando con un par de docenas de voluntarios que usaban un megáfono, Biden regresó a algunos de los temas familiares de su campaña, prometiendo unir a los estadounidenses y "restaurar la decencia y el honor básicos en la Casa Blanca".
Biden, el exvicepresidente demócrata que ha pasado medio siglo en la vida pública ha mantenido una ventaja constante en las encuestas de opinión nacionales sobre el presidente republicano y parece tener una mayor ventaja para llegar a la Casa Blanca.
Los primeros resultados de toda la jornada -que hasta el momento ha transcurrido sin mayores incidentes- fueron dados a conocer en Dixville Notch, New Hampshire, cuando el día apenas empezaba.
Ahí la victoria fue para Biden, quien recibió todos los cinco votos emitidos. Por su parte, en el poblado de Millsfield, Trump obtuvo su primer triunfo del día con 16 votos a su favor, por solo seis del demócrata.

Entre los estados más controvertidos que se espera que determinen el resultado se encuentran Pensilvania, Florida, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte, Arizona y Georgia, y los demócratas esperan que Biden incluso pueda amenazar a Trump en estados que alguna vez parecieron escudos republicanos como Ohio, Iowa y Texas.
Votación con el virus de fondo
La pandemia, que ha matado a más de 231.000 estadounidenses y ha dejado a millones más sin trabajo, ha hecho que el día de las elecciones se sintiera más extraño de lo normal, con trabajadores electorales y votantes enmascarados y personas manteniéndose a distancia. Los expertos predicen que el total de votos podría llegar a 160 millones, superando los 138 millones de votos emitidos en 2016.
Trump ha afirmado, sin pruebas, que las papeletas de voto por correo están sujetas a fraude. También ha argumentado que solo deben contarse los recuentos de votos de la noche de las elecciones, aunque los estados históricamente se han tomado más tiempo para finalizar los recuentos. Ha sugerido que podría intentar utilizar los tribunales para detener el conteo.
Por ello, y anticipándose a posibles protestas, algunos edificios y tiendas fueron tapiados en ciudades como Washington, Los Ángeles y Nueva York. Las autoridades federales erigieron una nueva valla alrededor del perímetro de la Casa Blanca.