La ONG Médicos sin Fronteras informó del abandono de más de 4.600 personas por parte de Argelia quienes se encuentran en circunstancias infrahumanas en territorio nigerino

Conmoción en Níger tras la incesante afluencia de miles de inmigrantes procedentes de Argelia

photo_camera AP/FATEH GUIDOUM - Migrantes se sientan después de recibir alimentos de residentes o asociaciones locales en Argel, el viernes 10 de marzo de 2023

El acto de deportar inmigrantes por parte del Ejecutivo de Argel se está convirtiendo en una práctica común por parte del Gobierno de Abdelmadjid Tebboune desde que los casos aumentaran de forma exponencial en junio de 2017. En lo que va de año, las autoridades argelinas han extraditado a más de 13.000 inmigrantes solo en las fronteras con Níger, incluyendo niños y mujeres embarazadas, que se encuentran en el desierto del Sáhara en condiciones deleznables, sin agua ni alimentos. En junio de 2022, Médicos Sin Fronteras (MSF) estimó que más de 14.000 personas habían corrido la misma suerte desde principios de año a 15 km de Assamaka, y 27.208 en 2021. 

“Miles de migrantes expulsados ​​de Argelia y abandonados en el desierto (al norte) de Níger están varados, sin acceso a albergue, atención médica, protección y artículos de primera necesidad”, atestigua la ONG en nota de prensa. Es “una situación inédita” según ella. Del total de los inmigrantes expulsados por Argel, solo el 15% ha logrado beneficiarse de las ayudas de protección y albergue. Al Gobierno nigerino no le sorprende para nada esta situación por lo que, en colaboración con asociaciones humanitarias, creó el complejo humanitario de Assamaka que actualmente está al límite de su capacidad tras esta nueva ola de inmigrantes procedentes del país norteafricano. 

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El Centro de Salud Integrado (CSI) en Assamaka, donde MSF “distribuye artículos no alimentarios” y ofrece “consultas de salud gratuitas”, está “abrumado”. Afirma MSF que la mayoría fueron a pie, y concretamente desde el 11 de enero al 3 de marzo el flujo de inmigrantes que llegaban en esas condiciones ha marcado cifras nunca vistas. “La situación es preocupante”, dice Schemssa Kimana, coordinadora de campo de MSF en Agadez. Añade que los migrantes corren un gran riesgo de sufrir graves problemas de salud debido a las temperaturas extremas y la falta de alojamiento adecuado. Según un informe de New Humanitarian, Argelia se ha convertido en un país de paso de inmigrantes, de destino de refugiados y de solicitantes de asilo. “La gente duerme en todos los rincones del establecimiento”.

“Algunos han instalado tiendas de campaña improvisadas en la entrada o en el patio. Otros acampan frente a la sala de maternidad, en el techo o en el área de desechos”, concluyó el CSI. A pesar de ello, afirman desde MSF y desde New Humanitarian que el país argelino carece de un marco legal claro para controlar a los inmigrantes, lo que está provocando impedimentos para que los inmigrantes puedan estandarizar su situación en Argelia. El informe señaló que, desde 2017, el país comenzó a vaciarse de solicitantes de asilo y refugiados, especialmente de África Central y Occidental, arrojándolos en su frontera con Níger, “muchos de ellos se han visto obligados a caminar distancias de hasta 30 km (18 millas)” decía. 

En Assamaka, donde los inmigrantes durante semanas no saben qué va a ser de ellos, es una región árida donde se alcanzan los 48°C, lo que obliga a las personas a buscarse refugios, después de haber recorrido muchos de ellos más de 30 kilómetros a pie. La organización de salud hace un llamado a la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS por sus siglas en inglés) para que brinde protección de inmediato a las personas abandonadas en condiciones extremadamente precarias en Assamaka. “Esta situación ahora es una emergencia, es insostenible que alguien siga viviendo en estas condiciones”.

En febrero fueron deportados exactamente 899 inmigrantes de Guinea, Benín, Mali, Costa de Marfil, Nigeria, Senegal, Gambia, Sierra Leona, Camerún, Burkina Faso y también Costa Rica. Se dice que quienes han sido detenidos también sufren condiciones inhumanas en los centros de detención. Esto ha sido objeto de una fuerte reacción por parte de los actores humanitarios que constantemente han criticado a las autoridades argelinas por ignorar por completo los derechos humanos básicos, incluidos los derechos de asilo. “Es como estar en una prisión al aire libre. Para las comidas lo que recibimos está muy mal preparado porque hay más arena que comida. Nos enferma y nos da diarrea y dolor de estómago”, dijo el migrante citado por MSF. 

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