Natalia González Velázquez
Los Jefes de Estado y de Gobierno se reúnen hoy en una cumbre extraordinaria con el fin de aumentar los recursos de Frontex, la agencia europea encargada de vigilar las fronteras exteriores. Esta ha sido la reacción de la Unión Europea para tratar de hacer frente a las catástrofes migratorias, después de que la semana pasada se produjera el naufragio de un pesquero en Libia, en el que murieron más de 700 personas.
El primer paso fue reunir el pasado lunes en Luxemburgo a los ministros de Asuntos Exteriores y de interior de la Unión Europea para proponer un plan de acción de 10 puntos. Ese plan europeo incide en la lucha activa contra las mafias traficantes y promete “un esfuerzo sistemático para capturar y destruir buques utilizados por los contrabandistas”. También destaca que “se trabajará para recopilar información sobre el modus operandi de los traficantes”.
El documento hace referencia también a un nuevo programa para “un retorno rápido de los inmigrantes irregulares”, algo que ha provocado polémicas declaraciones como las de la Alta Representante Mogherini, “a veces devolver a los emigrantes es otra forma de matarlos”.
Otra de las propuestas del plan de acción es crear un proyecto piloto que ofrezca una serie de plazas para las personas que necesitan protección. También, en el último punto, destaca un posible despliegue de oficiales de enlace para recabar información sobre los flujos migratorios.
Por su parte, los ministros de Interior de la UE han insistido en no cambiar el mandato de la agencia ya que piensan que si los traficantes saben que hay barcos de rescate tendrán todavía menos escrúpulos. Según el ministro español, Jorge Fernández, “el objetivo principal de Frontex seguirá siendo controlar las fronteras”.