El Foro Mundial de Derechos Humanos abre sus puertas en Marrakech

Por Jamal Eddine Mechbal y Rachid Elalamy
Foto: Driss El Yazami,  presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos de Marruecos.
 
Marrakech acoge el Foro Mundial de Derechos de Humanos (FMDH) a partir de este jueves hasta el próximo domingo. El Consejo Nacional de Derechos Humanos de Marruecos (CNDH), organizador del evento, espera la presencia de unos  5.000 asistentes  procedentes de casi un centenar de países. Durante cuatro días,  las diversas delegaciones  debatirán  sobre   temas relacionados con los derechos humanos  en  todo el mundo. En Marruecos,  la mayor parte de la sociedad civil se ha movilizado para que el acontecimiento sea un rotundo éxito. No obstante,  varias asociaciones anunciaron que boicotearán el Foro, son principalmente grupos  de la extrema izquierda como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), la versión marroquí de la ONG ATTAC y un grupo que pertenece a la extrema derecha religiosa,  Justicia y Caridad.  El presidente del CNDH, Driss El Yazami, no se muestra  preocupado por este boicot, sino todo lo contrario, lo considera algo saludable. “Lo que es dramático para una democracia, es que haya un consenso del 100%”, declaró El Yazami  a la prensa. Insistió en  que el Foro Mundial es un espacio de reivindicaciones para todas las asociaciones y la sociedad civil del mundo, incluso las presentadas como próximas al Frente Polisario y Argelia. En  círculos  de juristas y militantes a favor de los derechos humanos en Marruecos, se respira un buen ambiente y una sorprendente madurez. Se puede concluir que para ellos,  las libertades públicas, la democracia y los derechos humanos, son cuestiones por las que están dispuestos a luchar  con coraje para mejorarlas. Estos sectores de la sociedad son conscientes de los avances logrados y que los denominados ‘años de plomo, el periodo de mayor represión en Marruecos, quedaron muy atrás. Según dichos círculos, la defensa de los derechos humanos no puede ser utilizada por aquellos que abusan de los mismos para fines que no tienen nada que ver con este noble objetivo.   
 
El papel de la sociedad civil
En efecto, nadie puede negar el eficaz papel que jugaron las asociaciones, instituciones y organizaciones no gubernamentales en promocionar y defender los derechos humanos en el mundo. En gran medida, a ellos se deben los progresos y logros obtenidos en la materia, gracias a sus campañas de denuncia y las movilizaciones de la sociedad civil. Pero tampoco  hay que negar que algunos grupos con determinadas   ideologías e ideas  preconcebidas y estereotipadas no son imparciales y utilizan demagógicamente y de forma oportunista  la defensa de los derechos humanos.  Como destacan los círculos consultados por Atalayar, “los nobles principios de los derechos humanos no pueden ser defendidos con maniqueísmo y demagogia y utilizando la mentira. La demagogia se convierte en una eficaz mano invisible que asesina los valores humanitarios, como la libertad, la democracia y  los derechos humanos. En un  mundo en que todo se ha globalizado, incluso las mafias y el crimen organizado, estamos viendo graves indicios de que las libertades, la democracia y los derechos humanos se están  mercantilizando. Incluso el lenguaje progresista y los nobles principios de los derechos humanos, vemos cómo se someten a profundas metamorfosis para servir intereses creados”. En la misma línea, estos sectores consultados lamentan que “en  algunos ricos países petroleros se silencian o se minimizan graves atropellos a los derechos humanos,  mientras se exageran casos limitados y aislados en otros. Incluso en regímenes dictatoriales donde el poder lo ostentan los generales, como en Argelia, no solo son silenciados los asesinatos, desapariciones y toda clase de  atropellos, sino que se permiten campañas de desinformación en materia de derechos humanos contra su vecino Marruecos, que es  el país de la zona donde más avances se han realizado, y la celebración del actual Forum Mundial de Derechos Humanos es el mejor testimonio”. 
 
El conflicto del Sáhara    
Una cuestión que enturbia el desarrollo de los derechos humanos en el Magreb es el conflicto del Sáhara Occidental, que opone a los dos países clave de la región, Argelia y Marruecos. La gran potencia petrolera que es Argelia, según sus críticos, se gasta mucho dinero en este conflicto. Según el diario ‘Argelia Times’ del 14 de noviembre de 2013, en los presupuestos generales de 2014, el régimen argelino  reservó 750 millones de dólares para gastos relativos al conflicto del Sáhara, a los que hay que añadir  “200.000 millones de dólares que gastaron los gobernantes de Argel en el conflicto saharaui”. En Marruecos, las autoridades y algunas ONGs  se quejan de que Argel utiliza este dinero para “financiar campañas anti-marroquíes y para minimizar los logros en materia de  derechos humanos”. Así las cosas, según informa Rachid Elalamy desde Rabat, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) valora positivamente la evolución que vive Marruecos en materia de derechos humanos y reforma de la Justicia, pero considera que estos cambios son insuficientes. En un informe sobre una misión que llevó a cabo en el país magrebí el pasado mes de junio, la FIDH “constata con inquietud”  la represión de manifestaciones pacíficas y lamenta “la utilización excesiva de la fuerza” contra las protestas  callejeras, así como “el recurso a procedimientos judiciales contra activistas y personas acusadas de atentar contra la seguridad del Estado”. Karim Lahidji, presidente de la FIDH, lamenta también las malas condiciones de detención en prisiones como las de Oukacha, en Casablanca, Salé 1 y Salé 2, cerca de Rabat, y la cárcel de El Aaiún, en el Sáhara Occidental. Por ello, la FIDH pide a “las autoridades marroquíes que pasen de las palabras a los actos”.

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