Cae el Gobierno del país africano tras meses de inestabilidad política

Dimite el primer ministro de Lesoto

photo_camera Thomas Thabane, prime minister of Lesotho

Para Lesoto, ese pequeño estado en el interior de Sudáfrica, la crisis de la COVID-19 es un añadido más a una situación de crisis e inestabilidad política generalizada. Aunque el contexto político empieza a agitarse de forma irremediable a partir de enero, esta inestabilidad hunde sus raíces en un hecho acaecido en junio de 2017. El hecho en cuestión es, además, algo grave, pues se trata de la muerte de la anterior esposa del primer ministro, Thomas Thabane, y las sospechas sobre la autoría de su muerte. Lipolelo Thabane murió a causa de un disparo cerca de la capital de Lesoto en junio de 2017, apenas dos días antes de la victoria electoral de su exmarido, con el que había estado en litigio por el divorcio que ella rechazó en 2012, y en el que habían sido reconocidos sus privilegios por ser primera dama. Las teorías sobre una posible autoría intelectual del primer ministro y su nueva esposa, Maesaiah Thabane, surgieron desde el primer momento, y decisiones como la de la retirada del comisario de policía Holomo Molibeli que había apuntado en esa dirección, no hacían más que alimentarlas. El propio Holomo ha solicitado ahora la revisión de esta decisión ante el Tribunal Supremo, tras los acontecimientos que se vienen sucediendo desde principios de año. 

El nuevo periodo al frente del país que Thomas Thabane comenzaba a mediados de 2017 -ya había ostentado el cargo de primer ministro entre 2012 y 2015- no empezaba de la forma más sólida posible, teniendo en cuenta además que, a pesar de la victoria de su partido, la Convención de Todos los Basotos (ABC) tuvo que acordar una coalición con otros tres partidos para poder gobernar. Éstos fueron la Alianza Demócrata (AD), el Partido Nacional de Basoto (BNP) y el Congreso Reformado de Lesoto (RCL). La sombra de la sospecha que ha sobrevolado durante estos dos años y medio de gobierno a Thabane, ha provocado que la coalición haya estado marcada por la fragilidad, pues ni siquiera su propio partido se ha mantenido plenamente leal al primer ministro. A principios de enero, una orden de arresto contra Maesaiah Thabane y la posterior puesta en libertad bajo fianza, fue el desencadenante de una serie de movimientos políticos que se han ido resolviendo en el último mes.

Tras la detención de su actual esposa y su propia citación judicial, Tom Thabane, que tiene 80 años, anunció que dejaría el cargo a finales de julio debido a la falta de energía y vitalidad. Este hecho, junto a la alusión a su inmunidad política en la vista oral del juicio, hizo saltar todas las alarmas. Desde la oposición que lidera el partido Congreso Democrático (DC), pero también desde su propio partido, se comenzó a presionar a Thabane para su dimisión inmediata, algo que el octogenario mandatario rechazó frontalmente. Comenzó entonces un tira y afloja entre todos los partidos para forzar a la renuncia del dirigente lesotense y formar de nuevo un gobierno que estuviera legitimado para lidiar, además, con la amenaza del coronavirus.

Con la excusa del coronavirus, el primer ministro declaró en marzo la suspensión de la Asamblea Nacional durante tres meses, debido a la aprobación de una ley que le negaba la posibilidad de convocar elecciones si perdía una moción de confianza, posibilidad que estaba sobre la mesa dado el interés en la salida del primer ministro incluso en su propio partido. Esta suspensión fue anulada por el Tribunal Constitucional tras la apelación de varios partidos, lo que provocó que Thabane desplegara al ejército en la capital del país, Maseru. Thabane indicó que esta medida se llevaba a cabo para garantizar la seguridad y el confinamiento al que estaba sometido el país desde finales de marzo. Esta decisión puso en alerta a Sudáfrica, pues la situación geográfica de Lesoto obliga a la potencia africana a mantener al país que se encuentra incrustado en el seno de su territorio en una situación controlada y pacífica.

Thomas Thabane primer ministro de Lesoto

La creciente preocupación en Pretoria derivó en el envío de una delegación diplomática a Lesoto para destensar la situación política. La comitiva sudafricana alcanzó un compromiso de los partidos de la coalición en el poder para garantizar una salida digna y segura al mandatario. Este comunicado recogía la inquietud manifestada por Thomas Thabane, que había planteado que podría retirarse antes de julio siempre que se dieran las condiciones idóneas. Buscar estas condiciones era el principal objetivo de la delegación que mandó Pretoria, pero también lo era conseguir la retirada del ejército, algo que también obtuvo. En ese momento, la presión política sobre el primer ministro era ya máxima, tanto desde la oposición como desde su propia coalición y desde el entorno internacional más inmediato, encabezado por Sudáfrica. Empezó entonces un tira y afloja político que se ha resuelto en los últimos días.

El viernes 8 de mayo, se produjo en la Asamblea Nacional una votación de no confianza sobre el Primer Ministro Thabane, en la que participaron 33 de los diputados de su partido ABC, junto con el principal partido de la oposición, el DC, un votó salvó a Thabane de su salida forzosa, pero su posición estaba ya condenada. El lunes siguiente, el presidente de la Asamblea Nacional, Sephiri Motanyane anunciaba la caída del gobierno tras la retirada del apoyo de los tres pequeños partidos que sostenían en el poder al ABC. Se anunciaba también un acuerdo entre el ABC y el principal partido de la oposición, el DC, para un nuevo gobierno de coalición que encabezará previsiblemente el hasta ahora ministro de Finanzas Moeketsi Majoro. 

Thomas Thabane seguirá de primer ministro interino hasta el 22 de mayo, cuando tendrá que abandonar el cargo, poniendo fin a meses de inestabilidad política. Tendrá entonces que enfrentarse al proceso judicial para esclarecer la autoría de la muerte de su exmujer, ya que según se ha informado a los medios de comunicación por el portavoz del DC, Montoeli Masoetsa, las cuestiones relativas al proceso judicial al que deberá ser sometido Thabane, no han formado parte de las negociaciones entre los dos principales partidos para formar este nuevo gobierno que se irá concretando en las próximas semanas. El hecho de que el acuerdo se haya alcanzado entre los dos partidos que se han repartido el gobierno durante los últimos años, arroja un futuro a corto plazo esperanzador para la política de Lesoto, algo que dada su historia reciente no debe tomarse a la ligera. Lo que sí está claro es que Thomas Thabane queda visto para sentencia.

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