Redacción Atalayar/Agencias
Pie de foto; El rey Felipe VI, junto al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko; el rey Guillermo-Alejandro de Holanda; el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, y el rey de Jordania, Abdalá II, durante una recepción hoy con el nuevo rey saudí, Salman bin Abdulaziz, a quien ha trasladado el pésame por la muerte de su hermano Abdalá bin Abdelaziz, el anterior monarca. EFE
Felipe VI, Barack Obama, Francois Hollande y el ministro de Asuntos Exteriores de Irán entre los dirigentes internacionales que han expresado sus condolencias a la Familia Real Saudí, encabezada por el nuevo rey Salmán quien aseguró la continuidad en el reino durante su primer mensaje.
El rey de España, Felipe VI, expresó este sábado sus condolencias al nuevo monarca saudí, Salman bin Abdulaziz bin Saud, por la muerte de su hermano, el rey Abdalá, durante un encuentro de "unos minutos" en Riad, dijo una fuente de la casa real española.
El ministro de Defensa español, Pedro Morenés, que acompañó a Felipe VI en este viaje, también estuvo presente en ese encuentro con Salman, en el que ambos le dieron el pésame por la muerte este viernes de Abdalá, a los 90 años de edad, tras permanecer ingresado varias semanas en el hospital por una neumonía que le dificultaba la respiración.
Felipe VI ha regresado a Madrid tras esta visita que "únicamente tenía el objetivo de trasladar las condolencias del pueblo español al saudí", agregó la fuente. Dada la naturaleza de la visita, el monarca español "solo ha intercambiado los habituales saludos" con los demás jefes de Estado de visita también en Riad, puesto que "ni el lugar ni las circunstancias" permiten otro tipo de reuniones. El rey y el ministro fueron recibidos por el embajador en Arabia Saudi, Joaquín Pérez Villanueva, y por el gobernador de Riad, Turki bin Abdalá bin Abdulaziz, con quien han mantenido una breve conversación después de aterrizar en el aeropuerto de Riad. También ha acudido a Riad el rey Juan Carlos, quien estuvo de viaje oficial en Arabaia Saudí en mayo del año pasado.
Pie de foto: El rey Felipe VI acompañado del ministro de Defensa, Pedro Morenés, expresan sus condolencias al nuevo rey de Arabaia Saudí./ En mayo, el rey Juan Carlos con el entonces Príncipe Heredero Salmán bin Abdulaziz bin Saud.
Dirigentes internacionales.
Varios líderes internacionales han acudido a Riad para trasladar sus condolencias al nuevo rey saudí, Salmán bin Abdulaziz, por la muerte de su hermano Abdullah bin Abdulaziz al Saud, en un gesto de continuidad del compromiso con esa monarquía.
Mientras que Arabia Saudita llora la muerte de su anterior monarca, dirigentes como el presidente francés, François Hollande; el egipcio, Abdelfatah al Sisi; el rey español Felipe VI; el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko; el rey Guillermo-Alejandro de Holanda; el rey Abdalla II de Jordania; el rey Carlos Gustavo de Suecia o el primer ministro británico, David Cameron, viajaron a Riad para dar el pésame a la familia Bin Abdulaziz, y así, reafirmar su intención de seguir colaborando con su Casa Real.
También se espera la próxima visita a Riad del presidente estadunidense, Barack Obama, y su vicepresidente, Joe Biden.
En tanto, el presidente venezolano anunció este sábado que viajará a Arabia Saudita para presentar sus condolencias a las autoridades de ese país por la muerte del rey.
Al final de un acto en el centro de Caracas, Nicolás Maduro dijo que partiría a Arabia Saudita para llevar personalmente las condolencias de su gobierno a los funerales de estado del rey Abdullah.
Quien también visitó hoy Riad fue el ministro iraní de Exteriores, Yavad Zarif. Un viaje de un miembro del gobierno de la república islámica chií a la monarquía suní no es algo habitual: esto supone empezar con buen pie el arreglo de las diferencias entre ambos países, que no son pocas, y no solo religiosas.
Irán ha jugado un papel determinando en los conflictos abiertos actualmente en la región. Desde la guerra en Siria con su apoyo al régimen de Bachar al Asad, hasta su cooperación con el movimiento chií de los hutíes en el Yemen, lo que está provocando un laberinto político en Saná.
Continuidad saudí
En su primer discurso como monarca saudí, Salmán hizo hincapié en “la necesidad extrema de unidad y cooperación” entre las naciones árabes y musulmanas, lo que, en un contexto de rivalidad con Irán y de división regional, adquiere especial importancia.
El rey Salmán se huele la que se le viene encima y el Oriente Medio que le espera. Tras la muerte de su hermano Abdullah, escribió en su cuenta de Twitter un mensaje en el que le pide a Alá que le ayude a mantener la seguridad y estabilidad en el país, así como “protegerlo de todos los males”.
En otras circunstancias, esas palabras pasarían inadvertidas, pero en la situación de explosión regional suponen el establecimiento de las prioridades del nuevo rey, un hombre de avanzada edad que afronta desafíos a nivel interno en cuanto a derechos humanos, pero también externo con la guerra antiterrorista.
El nuevo monarca se refirió a los desafíos externos, pero no hizo mención alguna a los internos. Incluso sentenció que habrá una continuidad con las políticas tradicionales y conservadoras vigentes en el país desde la instauración de la actual Casa Real, descendiente de la dinastía Al Saud.
En un informe tras la muerte del rey Abdullah, la organización Human Rights Watch estableció los retos que tiene por delante Salmán, entre las que remarcó especialmente el campo de las mujeres, con la necesidad de poner fin al sistema de tutela masculina (para viajar, obtener pasaporte, casarse o estudiar) y la prohibición de conducir.
Asimismo, mostró su preocupación sobre la situación de las libertades de expresión, opinión y reunión, y exigió paralizar la detención de activistas pro derechos humanos, y la excarcelación de los que están presos con penas de más de diez años por delitos relaciones con el uso del lenguaje.
Entre un largo listado de tareas, también añadió su queja por el castigo con cárcel a personas acusadas de practicar “brujería” o de “sembrar la discordia”, y criticó duramente la ley contra la ciberdelincuencia de 2007, que permite procesar a usuarios de las redes sociales