La Fundación FAES da comienzo al proyecto “China y la rivalidad entre las grandes potencias en América Latina: Repercusiones para España” que servirá como espacio para el debate sobre las estrategias del gigante asiático

Los equilibrios globales frente a la entrada de Pekín en América Latina

photo_camera REUTERS/CARLOS GARCÍA - El presidente de China Xi Jinping y el presidente de Venezuela Nicolás Maduro

Durante muchos años, China fue el gran gigante dormido de Asia. Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas, el país ha despertado de su letargo para cobrar fuerza en la escena internacional. La estrategia de Pekín parece haber virado desde el posicionamiento político en apoyo de otras potencias, hacia el fortalecimiento de los vínculos económicos con otros mercados; lo que ha permitido al país llevar a cabo una expansión sin precedentes de sus alianzas y asociaciones comerciales.  
Tanto es así, que las regiones en las que China ha comenzado a llevar a cabo sus políticas inversionistas y empresariales abarcan desde Oriente Medio hasta Latinoamérica, generando grandes cambios en el equilibrio de poderes internacional, y forzando al resto de potencias a redefinir sus posiciones en los mercados financieros.

A la luz de todos estos cambios, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) ha puesto en marcha un ambicioso proyecto denominado “China y la rivalidad entre las grandes potencias en América Latina: Repercusiones para España” que se desarrollará en 6 seminarios –de forma presencial o telemática en función de la situación sanitaria –, entre los días 31 de enero y 14 de marzo. La ronda de coloquios se inauguraba ayer con la conferencia “El auge de China en LATAM: consecuencias para España, la UE y EEUU”, en la que la Fundación FAES contó con la presencia de Álvaro Uribe, el expresidente de la República de Colombia. Junto a él, Mira Milosevich, miembro del patronato de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, moderó la ponencia

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En su intervención, el expresidente colombiano hizo hincapié en el cambio de la táctica china. Lejos de ser aquel país maoísta de la década de los 40 que incentivaba una “fuerte literatura de promoción de la revolución comunista” –en palabras del propio Uribe–, el gigante asiático ha apoyado todo su crecimiento sobre el comercio y la inversión. Y, en esta línea, Pekín se ha acercado económicamente a una región cada vez más interesante por sus recursos naturales, su enorme población y el crecimiento de la capacidad financiera de sus ciudadanos.

El surgimiento de la pandemia de la COVID-19, así como los problemas relacionados con la vacunación y el material sanitario en Latinoamérica, provocaron que la región estrechara sus lazos con China. Especialmente después de que ésta diera respuesta a las necesidades del territorio, mientras la población local veía cómo Norteamérica y Europa les dejaban atrás en la carrera por la inmunización colectiva.

No obstante, para Álvaro Uribe, –al menos en lo que a Colombia se refiere –, la creciente influencia económica china en Latinoamérica no debería suponer un problema político. “En aras de la objetividad, y como defensor de la democracia y el pluralismo que soy, no puedo decir que la entrada China en Colombia haya dado señal alguna de querer intervenir o distorsionar la política colombiana”, afirmaba el expresidente, que subrayó en repetidas ocasiones que, para Pekín “el interés económico está por encima del político”, aunque ello no implique, necesariamente, bajar la guardia.

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Si bien es cierto que la inversión del gigante asiático en Colombia se encuentra por detrás de la de Estados Unidos y España, las cifras de importaciones aportadas por Uribe arrojan una luz diferente sobre la realidad del país. En el año 2019, Pekín contabilizó exportaciones al país latinoamericano por valor de 11.000 millones de dólares, solo 1.000 millones de dólares por detrás de EEUU. Además, a pesar de estar aún muy por debajo de las inversiones realizadas en otros Estados del territorio, las aportaciones chinas de capital empresarial y de infraestructuras en Bogotá han aumentado paulatinamente durante los últimos años.

En lo que respecta a la guerra comercial entre China y EEUU, aunque aún sigue liderada por Washington, podría derivar en una rivalidad que afectase a los socios económicos y comerciales de ambas potencias. Al ser preguntado por esta hipotética situación, Álvaro Uribe planteó tres posibilidades: la “emulación política y económica” –tendencia natural de personas y Gobiernos –, la creación de tensiones económicas o la trascendencia de esto a movilizaciones militares, aunque este escenario sería poco probable.

Finalmente, al abordar la cuestión de la injerencia de Pekín en los conflictos políticos de la región, el expresidente colombiano afirmó que la relación que “más preocupación” debería causar –sin llegar a tildar de “problemática” – es la que el país asiático pudiese tener con el régimen de Venezuela. A pesar de no hacer nada distinto del resto de países occidentales en lo relativo a la venta de armas, la mención de unos posibles acuerdos militares entre Caracas y Pekín por parte de Nicolás Maduro habría de ser motivo de inquietud; aunque, hasta el momento, China no se ha pronunciado al respecto.

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En términos globales, el proyecto “China y la rivalidad entre las grandes potencias en América Latina: Repercusiones para España” tendrá como principales objetivos el impulso del debate sobre los propósitos geopolíticos y comerciales de España en Latinoamérica, así como la contribución al análisis de la política exterior de nuestro país en la región, teniendo en cuanta las relaciones entre China y el resto de las potencias implicadas.

La ronda de seminarios, que se celebrarán semanalmente hasta mediados del mes de marzo, acogerá entre sus participantes a Nicolás Pascual de la Parte, embajador de España; los periodistas John Müller y Juan Pablo Cardenal; Román Ortiz, vicepresidente para América Latina y Head of Internal Security en Cordillera Applications Group en Washington; o Shiany Pérez-Cheng, investigadora asociada en Resilient Futures, Londres, y especializada en sharp power chino. Del mismo modo, estarán presentes Jorge Heine, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston; Pepe Jang, analista y director asociado de The Atlantic Council y Andrei Serbin Pont, director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES) en Buenos Aires; entre otros expertos.

Coordinador de América: José Antonio Sierra
 

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