La crisis en el Este de Europa continúa viviendo sus días más tensos. Estados Unidos mandará tropas al Este de Europa y a los países de la OTAN “a corto plazo”, eso es lo que ha asegurado el presidente estadounidense Joe Biden en una rueda de prensa, una declaración que no rebaja el clima prebélico que se está viviendo en esta parte del mundo.
Biden ya aseguró que contaba con 8.500 soldados en “alerta máxima” y que estos estarían preparados para responder rápidamente en caso de un ataque armado en Ucrania. Frente a los 100.000 efectivos que el presidente ruso, Vladimir Putin, envío a la frontera con el país ucraniano, el posible despliegue por parte de Estados Unidos parece algo mínimo. Sin embargo, el anuncio por parte de Biden es una declaración clara de intenciones que evidencia la disposición de Estados Unidos de actuar y responder.

Mientras que las autoridades ucranianas afirman que las tropas rusas dispuestas en la frontera “no son suficientes para iniciar una invasión”, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin subraya que “hay que remontarse muy atrás hasta los días de la Guerra Fría para ver algo de esta magnitud”.
Esta disposición por parte de Estados Unidos está levantando ciertas críticas entre los líderes políticos de Ucrania. Es el caso del jefe de la facción del partido Servidor del Pueblo en la Rada, quien ha criticado la postura estadounidense tras afirmar que desconoce “la verdadera razón por la que EE. UU. está haciendo esto”. Asimismo, ha cargado contra Occidente tras declarar que estarían fomentando “el pánico en torno a la invasión rusa”.

A pesar de que desde Kiev instan a Occidente a seguir actuando “con firmeza y vigilancia” ante los posibles pasos que pueda dar la Federación rusa, acusan a Biden de “incendiario” y de “crear el pánico” después de que desde Washington afirmaran que Moscú podría invadir el país ucraniano en un mes.
En este aspecto, el propio presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky, declaró en una rueda de prensa que “no puede estar agradecido a Estados Unidos solo porque es Estados Unidos”. Añadió que agradecía el papel estadounidense en la defensa de la soberanía ucraniana pero que “conocía detalles más profundos que ningún presidente” en cuanto a la estrategia estadounidense.

Un año después de que el mandato de Joe Biden experimentase una clara caída de popularidad, el mandatario está tratando de ganar terreno en la escena internacional, después, además, de la estrepitosa retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.
En esta línea, Biden ha conseguido que la voz de Estados Unidos se escuche sobre las del resto de países de la OTAN, además de las de la Unión Europea. Asimismo, ha conseguido llegar a un acuerdo para que, de producirse un posible conflicto con Rusia, Estados Unidos consiga suministrar de gas a los 27.

En caso de producirse una ocupación, los generales estadounidenses ya han vaticinado una “catástrofe de grandes magnitudes” debido al “tipo de fuerzas que ha amasado Moscú”. Entre estas destacan el envío de misiles balísticos tierra-aire, artillería pesada y capacidad aérea, un arsenal que Moscú lleva gestando desde hace años después de que invirtiera un mayor presupuesto con este fin, llegando a crear incluso una unidad de operaciones especiales.
Además, Rusia ha enunciado el envío de lanzaderas a Bielorrusia, junto con bombarderos como parte de los preparativos anunciados para las maniobras conjuntas que se realizaran en ambos países en febrero. A pesar de que estos ejercicios forman parte de una serie de simulacros Kiev mira con preocupación estos movimientos debido a que se llevaran a cabo en la misma frontera.

A pesar de esta situación, Zelenski se reafirma en su postura y subraya que “a pesar de la probabilidad de ataque”, no existe ninguna “escalada superior a la que ya había el año pasado”.
Desvinculándose de la postura estadounidense, los líderes europeos siguen apostando por fomentar la vía diplomática. Es el caso de países como el Reino Unido, país que anunció a través de la figura de su primer ministro, Boris Johnson, que viajará a Ucrania en los próximos días y tratará de mantener una conversación telefónica con Putin con el objetivo de “evitar un derramamiento de sangre”. Además, el ministerio de Exteriores británico tiene previsto anunciar el endurecimiento de sanciones a Rusia en caso de que se produzca una invasión.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, viajará a Ucrania junto a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, para “reducir las tensiones”. Ante estas posturas, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitri Kuleba, señaló que “ayudar a la economía ucraniana se había vuelto una cuestión prioritaria”, ya que, debido al pánico acrecentado por la situación, el país ha sufrido una fuga de capitales de “11 mil millones de euros” un panorama al que el Estado ucraniano “no puede hacer frente”.
Coordinador de América: José Antonio Sierra