El Pentágono anunció el despliegue de más cazas F-35 y F-16, así como de un buque de guerra, en Oriente Medio para vigilar las principales vías fluviales de la región. La decisión se tomó en respuesta a las actividades iraníes en el estrecho de Ormuz. “En respuesta a una serie de alarmantes acontecimientos recientes en el estrecho de Ormuz, el secretario de Defensa ha ordenado el despliegue del destructor USS Thomas Hudner, cazas F-35 y cazas F-16 a la zona de responsabilidad del Mando Central de EE. UU. para defender los intereses estadounidenses y preservar la libertad de navegación en la región”, ha declarado Sabrina Singh, vicesecretaria de Prensa del Pentágono.
Desde 2019 y el aumento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, la navegación en las aguas estratégicas del Golfo ha sido objeto de una serie de ataques. El 5 de julio de 2023, según un comunicado de la Armada estadounidense, Irán había intentado apoderarse de dos petroleros, el TFR Moss y el Richmond Voyager, cerca del estratégico estrecho de Ormuz. Al parecer, la Armada recibió una llamada de socorro de este último petrolero, que se encontraba cerca de la costa de Mascate, la capital de Omán, tras ser detenido por un buque iraní. Antes de que el destructor USS McFaul llegara al lugar, el personal iraní ya había disparado varias ráfagas de fuego de armas ligeras.

Según la Marina estadounidense, Irán ya ha apresado al menos cinco buques comerciales en los dos últimos años y hostigado a más de una docena de otros en torno al estrecho de Ormuz. Estos ataques son tanto más preocupantes cuanto que esta estrecha desembocadura del Golfo es una vía navegable crucial para el abastecimiento energético mundial; el 20 % de todo el crudo transita por ella.
No se trata del primer despliegue de material militar estadounidense en Medio Oriente desde la reanudación de las tensiones entre Irán y Estados Unidos en el Golfo. Tras un ataque iraní a principios de diciembre de 2022 contra buques de la Armada estadounidense y el apresamiento por parte de Irán de un buque de investigación no tripulado del Ejército estadounidense en el estrecho de Ormuz el pasado agosto, se realizaron varios despliegues estadounidenses, incluidos patrulleros y helicópteros. Tras los ataques de principios de julio, Washington desplegó el destructor de misiles USS McFaul, un avión no tripulado MQ-9 Reaper y un avión de patrulla P-8 Poseidon. En total, se cree que Irán ha acosado, atacado u obstruido los derechos de navegación de quince buques comerciales en los últimos dos años, según Israel National News.
Además, según Al-Arabiya, aviones de combate A-10 llevan ya una semana sobrevolando el estrecho de Ormuz, mientras que el mes pasado se envió una flota de cazas F-22 Raptors en respuesta al comportamiento peligroso y poco profesional de Rusia en Siria. De hecho, desde marzo, la actividad militar rusa ha aumentado activamente, tanto en frecuencia como en agresividad. Este es el resultado de la creciente cooperación y coordinación entre Moscú, Teherán y el Gobierno sirio de Bashar al-Assad, que intenta presionar a Estados Unidos para que abandone Siria.

Según el responsable estadounidense de Defensa, el despliegue de F-16 proporcionaría cobertura aérea a los buques que se desplazan por la vía fluvial y aumentaría la visibilidad del Ejército en la zona, para disuadir las operaciones iraníes. También se dice que Estados Unidos está considerando una serie de operaciones militares para hacer frente a la creciente agresión rusa en los cielos sirios, que está obstaculizando la lucha antiterrorista estadounidense en Siria.
Desde que Estados Unidos se retiró del acuerdo del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) bajo la Administración Trump en 2015, las tensiones entre Teherán y Washington no han dejado de aumentar. A pesar de las sanciones, Irán ha intensificado sus actividades nucleares, que afirma son puramente pacíficas, lo que preocupa a las autoridades estadounidenses. Además, la posición de Irán en la guerra de Ucrania, como principal proveedor de drones armados a Rusia, preocupa aún más a Estados Unidos.
En la actualidad, la Administración de Joe Biden cuesta relanzar las discusiones sobre un nuevo JCPOA. Según estimaciones estadounidenses, Teherán sería capaz de producir en una docena de días el material fisible necesario para construir una bomba. Aunque Irán niega que quiera dotarse de armas nucleares, muchos países, entre ellos Israel y los Estados árabes del Golfo, se sienten cada vez más amenazados por su vecino persa.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.